EDUCACIÓN
¿Cuál es el pliego de peticiones de los niños?
Los colegios llevan más de un año cerrados y su retorno no parece cercano por la pandemia y el paro. Expertos piden que se escuche a los más afectados por las decisiones de los adultos, los niños.
“Son derechos fundamentales de los niños: la vida, la integridad física, la salud y la seguridad social, la alimentación equilibrada, su nombre y nacionalidad, tener una familia y no ser separados de ella, el cuidado y amor, la educación y la cultura, la recreación y la libre expresión de su opinión. (...) Los derechos de los niños prevalecen sobre los derechos de los demás”. Esto es lo que estipula el artículo 44 de la Constitución colombiana, artículo que para muchos expertos se viene incumpliendo desde hace 15 meses, momento en el que se determinó cerrar los colegios por cuenta de la pandemia.
Hoy, un año después, el panorama no es muy distinto del que se vio cuando llegó el virus al país. La inmensa mayoría de niños permanecen con educación a distancia, con todos los retos que esto conlleva en un país como Colombia, y su regreso no parece cercano, dado que al temor que existe por la propagación del virus hay que sumarle el paro nacional.
A la fecha, de los 9,7 millones de estudiantes de Educación Básica y Media en el país, apenas el 13 % está yendo al colegio bajo el modelo de alternancia. Ciudades como Bogotá, Cali, Barranquilla y Cartagena reportan menos del 7 % de estudiantes de la matrícula oficial en alternancia, una cifra escandalosa teniendo en cuenta que es la población de estas instituciones la que tiene menor acceso a conectividad, lo que seguirá ampliando la brecha educativa.
Por el otro lado, es de destacar el esfuerzo de Medellín, ciudad que a pesar de presentar las mismas situaciones que las otras grandes capitales, tiene al 51 % de sus estudiantes de colegios públicos en alternancia. Un ejemplo a seguir.
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“En Colombia los adultos estamos invisibilizando e ignorando el dolor de los niños”, dijo el neurólogo infantil Jorge Eslava, director del Instituto Colombiano de Neurociencias, quien recordó que por cuenta del cierre de colegios y la falta de interacción el 88 % de los niños y niñas tienen síntomas de alguna afectación en su salud mental.
“En la Constitución dice que los derechos de los niños priman sobre los otros, pero cada decisión que se toma prioriza la salud mental de otros. Cuando autorizaron el ejercicio para los adultos lo hicieron pensando en su salud mental. ¿Y la de los niños? La ignoraron. A diferencia de los mayores de 70, ellos no pueden poner una tutela o llegar a las altas cortes para hacer valer sus derechos”, dice Eslava, quien junto con otros académicos y expertos impulsan la campaña #LaEducaciónPresencialEsVital.
Esta semana, expertos de este grupo, entre los que se destacan Julián de Zubiría, la exviceministra de Educación Isabel Segovia y Moisés Wasserman, entre otros, publicaron el pliego de peticiones que tienen los niños y que ellos expresarían si fueran escuchados tal y como se está escuchando la voz de muchos sectores.
- Cuanto antes, la definición de un cronograma claro y público del plan de reapertura y el retorno urgente a la presencialidad de todos los niños del país.
- La puesta en marcha de un plan de acción contundente para revertir la deserción, con estrategias que aseguren el inmediato retorno y la permanencia de la niñez y adolescencia a sus espacios de cuidado y educación.
- Una política para la recuperación de pérdidas de aprendizajes y de bienestar, y aumento de brechas que han resultado de la desconexión de alumnos y familias con sus profesores y cuidadores.
- La reactivación inmediata de los servicios de protección, nutrición, vacunación y seguimiento al crecimiento y desarrollo, priorizando a la niñez en condición de vulnerabilidad (como lo muestra el DANE, son más del 40 % de la población infantil).
- Un compromiso transparente con la presentación de cifras, inmediato y permanente, que permita la evaluación y toma oportuna de decisiones para devolver a la niñez sus espacios de cuidado, juego y educación. El compromiso debe cubrir tanto a la educación preescolar, básica y media, como a la primera infancia, donde es dramática la absoluta ausencia de información.
- Ajustar inmediatamente el calendario escolar y hacer públicos los calendarios para volver a la presencialidad, en el caso de la primera infancia.
- Definir, publicar y socializar del plan de emergencia para revertir la deserción y asegurar la permanencia y el cierre de brechas.
- Poner en marcha esquemas de diagnóstico para detectar pérdidas de aprendizaje y situaciones de salud mental y física que deben atenderse de manera prioritaria. Implementar estrategias concretas para recuperar las pérdidas de aprendizaje y asegurar el bienestar emocional y físico de todos los estudiantes.
- Monitorear, evaluar y hacer seguimiento a cada uno de los planes, estrategias y esquemas, con veeduría y participación de la sociedad civil y de organismos internacionales.