Cumbre Líderes por la Educación
¿Cuál es la radiografía de la educación colombiana en los últimos 10 años?
Durante la última década, el país ha dado pasos importantes para consolidar un sistema educativo que brinde mejores oportunidades para todos. En el marco de la 10.ª Cumbre Líderes por la Educación, exministros y expertos del sector profundizan en los logros alcanzados y los retos que persisten.
Primera infancia
Entre los grandes logros de esta década, la exministra de educación, Cecilia María Vélez, resalta la atención de 0 a 5 años, especialmente del grado transición, que se estableció como obligatorio en 1994 y que hoy tiene una cobertura del 64 por ciento. La declaración de gratuidad en la educación preescolar, básica y media, según José Manuel Restrepo, exministro de Hacienda y rector de la Universidad EIA, es otro gran paso, pues ha logrado la cobertura casi universal en estos niveles. “Este avance es muy importante para luchar contra el analfabetismo”.
Sin embargo, para Hernando Bayona Rodríguez, exviceministro de Educación Preescolar, Básica y Media, la cobertura en primera infancia aún no tiene el ritmo ideal. La buena noticia es que ha tenido avances importantes, “y esto dará sus frutos en el mediano y largo plazo”. Además, sostiene que el país ha logrado tomar conciencia de la importancia que tiene esta etapa del desarrollo y ha creado políticas públicas acordes con ello.
Por su parte, la exministra de Educación, María Victoria Angulo, destacó la política de Estado para el Desarrollo Integral de la Primera Infancia “De Cero a Siempre”, gracias a la cual la educación inicial tiene un enfoque de atención integral organizada en dos ciclos que van desde el nacimiento hasta los seis años. “Dos millones de niños y niñas recibieron atención integral en primera infancia en 2022 por cuenta del trabajo conjunto del ICBF, las Secretarías de Educación y las entidades que conforman la Comisión Intersectorial para la Atención Integral de la Primera Infancia”, precisó.
Educación básica y media
En esta década, la exministra Vélez subrayó la mejora en el indicador de cobertura neta en educación básica, que en primaria se mantuvo alrededor del 89 por ciento y en secundaria pasó del 72 al 80 por ciento. En la media el crecimiento de la cobertura bruta pasó del 70 al 90 por ciento. Y con respecto a la calidad de la educación básica y media, medida por los resultados de las pruebas Pisa, “el sistema ha mantenido más o menos estables los resultados, disminuyendo en unos pocos puntos la distancia con el promedio de Pisa”.
Educación Superior
Alejandro Gaviria, quien fue rector de la Universidad de los Andes y ministro de Educación, resalta los avances en cobertura, “que estuvieron sustentados en un sistema mixto, con participación pública y privada, que toca defender”. Desde la mirada de la exministra Vélez, en los últimos 10 años se dio un aumento importante de cobertura bruta en educación superior al pasar del 43 por ciento en el año 2012 al 54 por ciento en el 2022. Además, “se acreditaron en alta calidad muchos programas (hoy son más de 770) e instituciones (hoy son casi 90)”.
Haber implementado un sistema de acreditación y de aseguramiento de la calidad de la educación superior fue un acierto y actualmente el país es un ejemplo en América Latina, pues gracias a ello se mejoró la calidad del sistema y duplicó el acceso. Angulo agrega que el Sistema de Aseguramiento de Calidad también permitió que el sector estuviera preparado para las innovaciones y cambios que impuso la pandemia. “Hay nuevas modalidades, sistemas de información, normatividad, plan de choque de descongestión, escuela de pares, y mejoramiento y puesta al día del proceso de convalidación en Colombia”.
Por su parte, la exministra Vélez profundiza en la política de gratuidad de la educación superior, que cobija a los estudiantes en condiciones de vulnerabilidad socioeconómica; una iniciativa que quedó aprobada en la Ley 2155 de 2021. “Esta política es un gran legado para los jóvenes del país y permitirá que 720 mil estudiantes por semestre puedan acceder gratuitamente a las 64 Institución de Educación Superior públicas del país”, advierte.
Formación docente
José Manuel Restrepo asegura que ha habido un esfuerzo de mejoramiento en la formación de los profesores: “hoy el 40 por ciento de los docentes que trabajan en educación preescolar, básica y media tienen un nivel de posgrado”. Estas cifras la complementa Bayona: “tenemos más docentes y con mayor formación que hace 30 años. Para 1996 no llegábamos ni al 50 por ciento de profesores con título universitario y tan sólo el 4 por ciento tenía posgrado. Hoy tenemos más del 90 por ciento de profesores con título universitario y el 54 por ciento tiene un posgrado”.
¿Hacia dónde debe ir el sistema?
Para Gaviria la respuesta es clara: “hacia un modelo más equitativo, que iguale las oportunidades, esté más conectado con el mundo y con los cambios sociales. En educación superior los retos no son sólo de cobertura, son también de calidad, de garantizar una mejor inserción en la economía y una mayor capacidad crítica. La educación está siendo desbordada por los cambios tecnológicos y culturales”.
Bayona considera que “Colombia requiere de un sistema articulado que ponga en el centro el derecho a la educación de los niños, niñas y adolescentes, lo que supera el discurso actual de acceso, permanencia y calidad. El derecho a la educación es un constructo más complejo que tiene en cuenta todos los elementos del proceso educativo: infraestructura, docentes, práctica pedagógica, materiales didácticos, alimentación y un largo etcétera.
Vélez cree que se debe consolidar un sistema educativo en el marco que estableció la Constitución del 91 y las leyes que la reglamentan. “Hay que ajustar la legislación para garantizar la financiación de todos los niveles educativos de forma creciente y con incentivos que garanticen la mejora de calidad y la eficiencia. Profundizar la evaluación de todos los niveles educativos, de las instituciones y de los profesores, para garantizar el establecimiento de programas de mejoramiento continuo”.
Restrepo advierte que debemos apuntar a un sistema que tenga como principio la calidad, la eficiencia, la pertinencia de la educación y que responda a las necesidades de la Cuarta Revolución Industrial y a los cambios que generará la inteligencia artificial. “Necesitamos una educación que forme jóvenes para la curiosidad y la sostenibilidad ambiental, social y empresarial; que ponga al humanismo como centro de atención, es decir, que haya una mayor conciencia sobre lo subjetivo de la educación y no sobre lo objetivo de ella”.
Finalmente, Angulo considera que nuestro sistema educativo debe aspirar a ser integrador, transformando las instituciones educativas en centros de aprendizaje integrales y vivenciales a lo largo de toda la vida, acompañando la trayectoria de los estudiantes con experiencias significativas para su desarrollo. “Esto significa implementar planes de estudio basados en habilidades, fomentar el aprendizaje fundamentado en investigación e indagación y crear ambientes de enseñanza que promuevan la formación de personas respetuosas, resilientes y con las competencias y habilidades necesarias para enfrentar las demandas y cambios del mundo actual”.