PRIMERA INFANCIA

¿Está en riesgo el programa De Cero a Siempre?

La senadora Angélica Lozano denunció que el presupuesto aprobado para atender a más de un millón y medio de niños en 2019 no alcanza. Pese al incremento, el déficit dejaría por fuera del programa a 200.000 infantes. Estos son los cálculos.

30 de octubre de 2018
El presupuesto para la primera infancia incrementó. Entonces, ¿por qué está en déficit? Foto: archivo SEMANA. | Foto: Jesús Lora

Angélica Lozano, senadora por el Partido Verde, ha sido una de las voces más críticas frente al presupuesto hasta ahora asignado para la estrategia De Cero a Siempre. El programa está inserto en la política de Estado para atender integralmente a la primera infancia y busca garantizar la salud, la nutrición y la educación inicial desde la gestación hasta los cinco años.

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Durante los debates en torno al Presupuesto General de la Nación (PGN) para 2019 Lozano expresó en diversas ocasiones que De Cero a Siempre necesita de una inversión mayor para funcionar correctamente y que de no hacerse los aumentos necesarios los niños que viven en las condiciones más vulnerables recibirán un servicio de menor calidad. Así mismo, calificó de “vacío” el lema del actual gobierno en el que dicen tener un compromiso importante con la primera infancia.

El programa quedó con 4.1 billones de pesos en el PGN, 200.000 millones más que en 2018. Sin embargo, la senadora expuso que con ese presupuesto De Cero a Siempre quedaría con un déficit de 611.000 millones, y que todavía se le pueden inyectar más recursos a través del Plan Nacional de Desarrollo.

Está fallando el Estado, porque esta es una inversión prioritaria, debemos seguir incrementando esta inversión.

Semana Educación conversó con Lozano para conocer más a fondo el origen del hueco presupuestal que acusa y qué es lo que el gobierno no está teniendo en cuenta en sus cálculos.

Semana Educación: ¿Cuál fue su propuesta para aumentar el presupuesto del programa De Cero a Siempre y de cuánto es el déficit que usted identificó?

Angélica Lozano: La propuesta que nosotros hicimos fue aumentar a 4.7 billones de pesos los recursos para 2019, asunto que no se logró. Con el monto de 4.1 billones aprobado en el Congreso identificamos que con esa cifra el programa queda con 611.000 millones de déficit.

S.E.: La cantidad aprobada en el Presupuesto General de la Nación significa un incremento del cinco por ciento en el programa. ¿Por qué dice que existe un déficit y en qué rubros hay deducciones?

A.L.: A pesar de que el programa pasa de tener 3.9 billones en 2018 a contar con 4.1 billones para 2019, este aumento es insuficiente porque la asignación que históricamente ha hecho el Ministerio de Hacienda al ICBF para atender a los niños menores de seis años ha aumentado en el valor bruto, pero no en el neto. Esto quiere decir que en la asignación de presupuesto no se ha tenido en cuenta el Índice de Precios al Consumidor (IPC) y el aumento del salario mínimo, dos factores claves que afectan el dinero total que queda para atender a los niños integralmente porque representan costos que suben cada año.

Además de ese faltante, la dirección de primera infancia del ICBF [una de las entidades encargadas de la ejecución del programa] cuenta con un déficit de 178.000 millones en 2018. Es importante mencionar esto porque sin la plata suficiente, el ICBF tendrá que hacer recortes este año en la atención de la primera infancia: la atención en Centros de Desarrollo Infantil, que son como jardines, bajará a 210 días de atención, y los hogares comunitarios prestarán atención solo hasta el 30 de noviembre. Por ello, dejarán sin atención a más de 600.000 niños durante 15 días.

S.E.: Entonces, ¿cómo el déficit afectaría la atención integral que se presta por medio de De Cero a Siempre?

A.L.: Los niños que se atienden en los programas de educación inicial del ICBF son los niños más pobres del país, se seleccionan por medio de una focalización que tiene en cuenta a los infantes de municipios con el Índice de Pobreza Multidimensional mayor o igual al 70%, que están en el Sisben, y con mayor mortalidad materno infantil. El déficit de 611 mil millones para 2019 puede impactar de varias maneras maneras:

-El tiempo de atención se vería reducido: por contar con un presupuesto insuficiente no se atenderían a los niños de enero a diciembre 15 de 2019, sino que serían atendidos solo hasta la primera semana de noviembre. Eso afecta a las mamás trabajadoras de los sectores más vulnerables porque no tendrían con quien dejar a sus hijos. Además, afectaría también la nutrición de millones de menores porque por esos días no recibirían el servicio de alimentación.

-También, afecta la calidad de la atención porque las maestras, trabajadoras sociales, administrativos y nutricionistas que prestan estos servicios de educación inicial entrarían a ganar salarios bajos frente a otros empleadores. Esto genera una alta rotación de profesionales y poca capacidad instalada: se prepara a gente que pronto se va por mejores salarios.

-Disminuye la dotación de material pedagógico vital para los niños y niñas. La última dotación masiva se hizo en 2012. Desde eso, se ha entregado material solo en sitios muy focalizados.

-La canasta de alimentación se vería incluso más perjudicada. Actualmente este servicio está desfinanciado casi en un 50%. hoy se invierten casi dos mil pesos por niño cada día, cuando en realidad se necesitan tres mil ochocientos pesos diarios para cumplir a cabalidad el requerimiento nutricional de los infantes.

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S.E.: ¿Por qué es importante invertir en la atención integral a la primera infancia?

A.L.: Porque es una de las estrategias más efectivas para combatir la pobreza y la inequidad. El Banco Mundial de Desarrollo precisamente plantea que garantizar por igual y con calidad la atención a niños de estas edades cierra las brechas sociales en educación, salud, nutrición, desarrollo integral y es más efectiva y menos costosa si se inicia desde esta edad.

Además, durante los seis primeros años se desarrollan el 85% de las conexiones neuronales y durante el primer año de vida pasa lo mismo con la visión, la audición, el lenguaje y la capacidad de aprender.

Al final, la inversión que se haga en la primera infancia es la más rentable que pueda hacer una sociedad: repercute en un menor gasto social a largo plazo y según el Nobel de Economía de 2000, James Heckman, por cada dólar invertido en educación inicial y preescolar retornan 8 dólares.

S.E.: ¿Qué entidades están fallando a la hora de proteger los recursos que aseguren una atención de calidad?

A.L.: Está fallando el Estado, porque esta es una inversión prioritaria, debemos seguir incrementando esta inversión porque a pesar de los esfuerzos que ha hecho Colombia por mejorar la atención en la primera infancia, el dinero asignado para esta tarea aún está por debajo de varios países de América Latina. Pero, particularmente se está equivocando el poder Ejecutivo que debe priorizar la inversión en las políticas públicas sociales y específicamente en las que tienen que ver con los más pequeños.

S.E.: En este punto de la carrera por un mayor presupuesto, ¿como conseguir la totalidad de los recursos que ustedes proponen?

El desafío es lograr una inversión adecuada en la atención integral de la primera infancia en el Plan Nacional de Desarrollo. Esto fortalecerá lo avanzado y generará nuevos programas y recursos en temas relacionados con los menores como la atención de niños en cárceles, niños de zonas rurales, los que viven en la Colombia más profunda, y la atención de niños en el sistema de protección porque sus derechos han sido vulnerados.