MARADONA

“Diego Maradona me enseñó a fumarme un puro”: Jacanamijoy, el pintor colombiano que cautivó al 10

Carlos Jacanamijoy, artista indígena inga, fue uno de los grandes amigos de Diego Maradona en Colombia. El astro mundial se quedó varias veces en su apartamento en Bogotá y él estuvo en Cuba entregándole una de sus obras.

28 de noviembre de 2020
Cortesía Carlos Jacanamijoy
Carlos Jacanamijoy y Diego Maradona | Foto: Cortesía Carlos Jacanamijoy

Fue en 2003 cuando el pintor colombiano Carlos Jacanamijoy conoció al astro argentino Diego Maradona. El encuentro se dio después de que un amigo común le hablara al 10 sobre el trabajo de ‘Jaca’, como le dicen sus amigos, razón por la que decidió adquirir una de sus obras, con la condición de que él mismo se la llevara hasta la casa en la que vivía en esos momentos en La Habana.

Desde entonces entablaron una amistad inmediata. Maradona quedó impresionado con la historia de vida de Jacanamijoy, a tal punto que terminaron compartiendo toda una semana en Cuba, “creo que se sentía muy identificado, los dos tuvimos infancias duras, constantemente me preguntaba por cómo era mi vida cuando era niño, cómo estudié, la discriminación que tuvimos”, relata Jaca, quien ha recorrido las más grandes galerías retratando la visión del mundo que tiene el pueblo indígena inga en el Putumayo.

Cortesía Carlos Jacanamijoy
Carlos Jacanamijoy y Diego Maradona | Foto: Cortesía Carlos Jacanamijoy

Recuerda las largas charlas que tenían. A Maradona se le escurrían las lágrimas recordando a sus hijas Dalma y Gianinna, relatando las vivencias con su papá, “era una persona alegre, un señor supremamente divertido y muy sentimental, me mostraba los tatuajes de sus hijas mientras lloraba. Conocí a esa persona detrás de la figura mundial”.

De esa semana, Jacanamijoy recuerda el gusto de Maradona por el golf. Durante un par de noches estuvieron jugando en Varadero, “debíamos jugar tarde porque de día la conmoción que causaba era impresionante. Bromeaba diciendo que el golf era de 18 hoyos porque una botella de whisky tenía 18 tragos, entonces jugábamos tomando unos tragos, hablando, recordando. Fue un momento único, muy personal y especial”.

Entre risas, también rememora cuando el mejor jugador de la historia del fútbol le enseñó a fumarse un puro aunque nunca lo había hecho, “Diego sacó unos habanos y dijo que íbamos a hacer un cursos de cómo fumarse un puro. ‘Hasta quemarse los labios como el Che’, así me decía mientras estallaba en risa. Efectivamente yo me quemé los labios pero es de esos recuerdos que quedan para siempre”.

Cortesía Carlos Jacanamijoy
Carlos Jacanamijoy y Diego Maradona | Foto: Cortesía Carlos Jacanamijoy

Desde ese momento quedó entablada la amistad entre los dos, a tal punto que en 2007 Maradona se quedó por un par de meses en el apartamento de Jacanamijoy en La Macarena, mientras el artista vivía en Nueva York, “él quería evitar hoteles por el tema de la prensa, me pidió el apartamento y se quedó ahí, pero la prensa no sé cómo se entera y desde ese día fotógrafos de todo el mundo llegaron hasta el edificio, no podía estar tranquilo. Para ese entonces, Diego tenía un doble que los despistaba para él poder salir tranquilo después”.

Esa falta de privacidad que tenía el 10 era lo que más impresionaba a Jaca, era muy difícil para él tener un momento de privacidad, “uno ya veía recientemente que subían videos de él tomado, y yo digo, ¿Quién no se ha emborrachado alguna vez? ¿Quién no comete un error?, pero a él lo atacaban por todo, no le permitían tener esa intimidad y él era un ser rebelde y libre que muchos no entienden”.

Al laureado pintor colombiano le queda el recuerdo de que Diego guardó hasta el final su obra, así como él atesora en su apartamento varios regalos del que es considerado el mejor jugador de la historia. Cada uno de sus hijos tiene un balón firmado, él también guarda uno en su hogar así como varias camisetas firmadas, las cuales hoy tienen un valor sentimental aún más grande.

“Recuerdo que hace varios años un jugador colombiano me visitó en el apartamento y al ver la pelota firmada por Diego la besaba y se arrodillaba, decía que era invaluable, pensar que cuando me regaló varias mis hijos jugaban con ellas y yo les decía que no porque se le iba a borrar la firma”, dice.

Hoy Jaca se queda con todos los recuerdos de su amigo, de los cuales no descarta surja alguna inspiración futura.