EDUCACIÓN

Educación multicultural en la era de la globalización

Aprender a trabajar con otras culturas y a construir soluciones globales es el comienzo de una verdadera educación internacionalizada. Así es la experiencia en Francia.

14 de marzo de 2019
l sistema educativo es la primera experiencia multicultural que puede tener un estudiante antes de enfrentarse a los retos que trae una realidad globalizada | Foto: Rennes School of Business

Es un hecho que los estudiantes de hoy se enfrentan a un mundo globalizado lleno de oportunidades, pero también de retos. Los jóvenes se desarrollan en medio de un ambiente digital que les permite comunicarse con personas de todo el mundo, con las que a su vez competirán en el mundo laboral.

El sistema educativo se convierte entonces en la primera experiencia multicultural que puede tener un estudiante antes de enfrentarse a los retos que trae una realidad globalizada. Por esto, cada vez más jóvenes colombianos optan por salir del país a terminar sus estudios, ampliar sus horizontes y compartir con diferentes culturas, antes de enfrentarse a la búsqueda de trabajo dentro o fuera del país.

Si bien hay muchos jóvenes que salen de Colombia con la idea de quedarse en el exterior, muchos viajan con el propósito de regresar a construir país. “Siempre he soñado con ayudar a mi país y creo que lo que puedo aprender de otras culturas me ayudará a volver a Colombia con una idea más clara de cómo hacerlo” dice Juan Sebastián Méndez, de 23 años.

Méndez hace parte de los 50 estudiantes colombianos que estudian en la Escuela de Negocios de Rennes, una institución al norte de Francia cuyo objetivo principal es “establecer una experiencia multicultural y multilingüe”, según lo explica su decano, Thomas Froehlicher. Para Méndez la pluralidad en la escuela es esencial para lograr su objetivo final, “entendiendo las experiencias de otros países, puedo comenzar a pensar en soluciones para el mío”.

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El modelo educativo en la Escuela de Negocios de Rennes está pensado para que los estudiantes deban trabajar diariamente con otras culturas. Solo el 10 por ciento de los profesores es de nacionalidad francesa y en el cuerpo estudiantil se encuentran cerca de 70 nacionales diferentes, por lo que cada salón de clase es en sí una experiencia multicultural. “Las conexiones y la cercanía nos ayudan a entender mejor los problemas y soluciones de otras culturas” explica Athziri Leos Raygoza, estudiante de Monterrey, México.

En este tipo de modelo educativo, los estudiantes trabajan constantemente en equipos con personas de otras culturas y deben ser parte de una de las asociaciones escolares, de tal forma que aprenden desde la experiencia a interactuar y negociar con otras nacionalidades. Esto por supuesto viene acompañado de de grandes retos, tanto para los estudiantes como para los profesores. Los problemas que se presentan en el salón de clase, posiblemente se repetirán en el mundo laboral, por lo que aprender a enfrentarlos es una de las prioridades del modelo educativo multicultural.

“Nos hemos enfrentado a muchos estereotipos sobre nuestra cultura, algunos lo único que conocen de México es lo que han visto en Narcos” dice Luis Chávez, estudiante de Ciudad de México, “es cuestión de aprender a responder que Latinoamérica tiene mucho más que eso, he aprendido a mostrarles que estereotipos hay de todos los países y que a nadie le gusta que lo encasillen en una idea preconcebida”.

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Para los profesores, cada alumno representa un desafío, pues entender cada cultura y mediar entre ellas puede resultar abrumador. “Hay momentos que no sé cómo responder a una situación, he tenido casos de estudiantes que no quieren hablar de homosexualidad porque en su país es considerada pecado y es mi trabajo enseñarles que están en un mundo donde se debe respetar a todos por igual” explica Cyrlene Claasen, profesora de la ética de los negocios.

Finalmente cada situación en el salón de clase es una experiencia que refuerza a los estudiantes la importancia del trabajo en equipo. “Está claro que los negocios se hacen entre varias personas, las compañías no toman decisiones solas, por lo que es necesario que los alumnos se enfrenten a lo que significa trabajar con otros y aprendan a construir soluciones” dice Julia Roloff, profesora de la ética de los negocios.

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Con el paso del tiempo, los mismos estudiantes comienzan a ver soluciones donde antes veían limitaciones. “Veo que en primer semestre se quieren hacer en grupo con los de su país, pero a medida que avanzan se retan a hacerse con personas de nacionalidades diferentes para medir su capacidad de trabajo” explica Julia Roloff “tengo un estudiante americano que prefirió un grupo asiático en lugar de uno europeo, es un reto, porque sabe que todos los miembros de su equipo se pueden comunicar en otro idioma, pero decidió hacerlo porque también quiere aprender de ellos”.

Francia como destino educativo

Con el endurecimiento de políticas migratorias en países como Estados Unidos e Inglaterra, Francia se ha convertido en uno de los destinos favoritos de los estudiantes. Ofrece ventajas en cuanto a subsidios y visados que atraen a los extranjeros no solo a estudiar, sino también a trabajar.

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Cualquier estudiante que llega a Francia cuenta con un subsidio de vivienda y un seguro de salud, además de una extensión de la visa para quedarse en el país un año después de que termina sus estudios. La visa de estudiante le permite además trabajar medio tiempo durante los años de su carrera. 

"Recibir estudiantes internacionales es una forma de ejercer diplomacia suave" afirma Santiago García, decano de la escuela internacional, "los estudiantes se convierten en embajadores naturales del país que visitan y eventualmente pueden ayudar a construir negocios trasnacionales".