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EDUCACIÓN SUPERIOR

Los pros y contras de trabajar y estudiar al mismo tiempo

La educación virtual se ha convertido en una opción que facilita realizar ambas actividades. Sin embargo, existen circunstancias que hay que tener en cuenta antes de optar por esta modalidad.

19 de abril de 2017

Hace varios años la educación presencial era la única forma en la que niños, jóvenes y adultos podían optar para obtener una formación que les permitiera tener los conocimientos y desarrollar habilidades necesarias para desempeñarse en alguna profesión a futuro. Sin embargo, ahora eso es cosa del pasado gracias a la evolución de la tecnología, que desde hace algunos años ha venido cambiando el paradigma.

En estos tiempos, la enseñanza se ha valido de las herramientas que la tecnología ha dispuesto para que cualquier tipo de contenido se pueda impartir en el momento que sea. De este modo, la educación virtual elimina todo tipo de barreras y  excusas para que las personas puedan iniciar un proceso de aprendizaje en cualquier etapa de la vida.

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Sin embargo, la realidad en el país ha hecho que se piense que quienes optan por esta modalidad es porque no tienen los recursos para pagar una carrera en modalidad presencial o porque no tienen las habilidades. No obstante, se trata de solo un estereotipo. “No es cierto que la modalidad virtual haga del proceso educativo algo más rápido, más sencillo. Los niveles de exigencia y de dedicación incluso en algunas ocasiones pueden ser mayores debido a la autonomía que debe adquirir el alumno”, dijo a Semana Educación Jennifer Scott, vicepresidente de Servicios Académicos de Academic Partnerships.

Scott es experta en educación virtual y líder mundial en el diseño, desarrollo e implementación de programas en educación superior en línea. Para ella es necesario mirar a la virtualidad como una estrategia y una herramienta que puede ayudar a la ampliación de la cobertura en todos los niveles de la enseñanza.

Y es que en Colombia, diferentes universidades le están dando importancia y relevancia a los modelos de educación virtual; para el 2025, cuando se espera que Colombia sea supuestamente “la más educada”, una meta que invita a todas las instituciones educativas, es la de tener diferentes alternativas que permitan descentralizar la educación.

Según informes del Instituto Internacional de la Unesco para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (Iesalc), desde el año 2001 en América Latina las universidades han comenzado a implementar diferentes programas de formación virtual, con cursos y estudios completos de pregrado y postgrado en instituciones públicas y privadas. Los dos países con mayores progresos con la aplicación del modelo de educación virtual han sido Brasil y Argentina. La tendencia aterrizó en Colombia a finales de la década del 90.

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Las ventajas
Aunque parezca que la mayor diferencia entre la educación presencial y la virtual radica en el espacio y las herramientas empleadas, lo cierto es que la mayor diferencia está en el acceso casi ilimitado a los océanos de conocimiento disponibles en Internet. Esto le permite a cualquier aprendiz desarrollar habilidades en áreas del saber de su interés, apoyándose en el tuto como un guía. “La educación virtual no es una modalidad mejor o peor que la educación presencial, es una forma diferente de asumir el proceso de aprendizaje, incluso ambas son modalidades que pueden complementarse”, explica Scott.

De acuerdo con Scott, la educación virtual se puede fundamentar en los siguientes puntos básicos.

  1. Flexibilidad: La educación virtual permite al estudiante manejar sus tiempos de trabajo y estudio; también los medios y plataformas que desee utilizar para acceder al contenido.
  2. Interactividad: Gracias a esta, estudiantes y profesores pueden comunicarse directamente sin afectar el ritmo de estudio. Además, los mismo estudiantes pueden entre ellos compartir información.
  3. Materiales didácticos: Los elementos empleados permiten el acceso a conocimientos especializados y de calidad.  
  4. Ritmo: La asincronía en la educación virtual ha permitido a cada estudiante adaptar el estudio a los ritmos profesionales de cada uno.
  5. Sistema de evaluación: El estudiante es consciente y responsable de su proceso de aprendizaje, a la vez de que tiene mecanismos alternativos de evaluación diferentes al examen final tradicional.

No obstante, Scott señala que no siempre la educación virtual se imparte con una sola metodología. Pues dependiendo de la entidad, algunas universidades pueden ofrecer programas que se enfoquen en los contenidos, y hay otras que se centran en el estudiante o el profesor.

Los contras
Aunque parezca que la educación virtual traiga consigo solo aspectos positivos, lo cierto es que también tiene sus desventajas que se deben tener en cuenta al momento de optar por esta metodología. “El estudiante necesita habilidades como la autonomía y la independencia. Sin estos elementos no podrá avanzar en sus estudios”, dice Scott.

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Otro factor para tener en cuenta es que, dentro de lo posible, este modelo debería ser acompañado por un factor de práctica, que sí tiene la educación presencial en el entrenamiento real en campo y no solo en la transmisión de conocimiento. Así mismo, permiten aplicar herramientas lúdicas, creativas y experienciales, cuyo potencial ya comprobado, se puede aprovechar en su totalidad en modelos presenciales.

Por último existe una recomendación fundamental al respecto, especialmente cuando se trata de programas de educación de universidades extranjeras: “sobre todo con instituciones españolas que ofrecen títulos que llaman ellos “master” y allá, ese concepto no es el mismo de acá que traduce en “maestría” y menos en algunos casos donde hay máster que no son regulados por ministerio de educación allá”, advirtió Josep María Duart, profesor de la Universidad Abierta de Cataluña. Es por eso que es necesario hacer una evaluación previa de los programas a los cuales busca acceder, pues en Colombia puede que ese estudio no sea validado como usted espera y la inversión, por lo general, puede ser mucho más alta.

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