CURIOSIDADES
El padre que hace volar a su hijo con Síndrome de Down y otras historias
Millones de personas han visto ya las fotografías que Alan Lawrence toma de su hijo Wil. Recogemos las noticias más curiosas de la semana en educación.
Will, el niño que "vuela"
Alan Lawrence abrió un blog hace casi dos años bajo el nombre de ‘That Dad Blog‘ en el que cuelga fotografías de su hijo “volando”. Will, como se llama el pequeño, sufre de Síndrome de Down, lo que no le impide disfrutar de la vida y de las alegrías, explica su padre.
Esa es la idea que guía el trabajo del fotógrafo estadounidense y padre de otros cuatro menores: “demostrar que las personas con esta enfermedad pueden lograr cualquier cosa que se propongan”, indica en su blog. Por eso, realiza montajes con instantáneas de Will en posición de vuelo que luego emplaza en otras fotografías. “El volar simboliza que somos libres, los grandes sueños, que podemos hacer cualquier cosa si nos lo proponemos. Cuando supe por primera vez que Wil tenía el síndrome de Down fue difícil, pero hay un significado profundo en estas fotos, el comprender que Will es una bendición para nuestra familia", le contó a BBC Mundo.
Lawrence abrió una cuenta en Instagram que ya se ha convertido en un fenómeno viral. Gracias al impulso de las redes sociales, sus fotografías vuelven a causar sensación entre los usuarios y a concientizar sobre esta enfermedad.
Le ofrecemos una pequeña muestra de su trabajo:
La madre que debió justificar el porqué deja que su hijo vista con tutú
Jen Anderson Shattuck es una mujer estadounidense y madre de un niño de tres años al que le gusta ponerse tutús, como el que usan las bailarinas de ballet.
El pasado 23 de agosto, como ella misma relató en su cuenta de Facebook, cuando iban los dos caminando por la vía pública, un hombre empezó a increpar a la madre por dejar que su hijo, varón, se vistiera con ropa de mujer.
Al día siguiente, Shattuck publicó en esa misma red social un texto sobre lo ocurrido que suma algo más de 56.700 compartidos. Los comentarios de apoyo no dejan de llegar.
Lo más leído
Lea la carta que escribió y luego, si quiere, opine (traducción de Verne):
A mi hijo de tres años y medio le gusta jugar con camiones. Le gusta hacer rompecabezas. Le gusta comer ciruelas. Y le gusta vestirse con tutús brillantes. Si se le pregunta, dirá que los tutús le hacen sentir guapo y valiente. Si se le pregunta, dirá que no hay reglas sobre lo que los chicos y las chicas pueden vestir.
Mi hijo ha vestido tutú en la iglesia. Ha vestido tutú en el supermercado. Ha vestido tutús en el tren y en la caja de arena. Esto ha sido, en nuestra parte del mundo, nada problemático. Alguna vez nos han hecho preguntas bienintencionadas, las hemos respondido y ha estado bien. ESTUVO bien, hasta ayer.
Ayer, en nuestro paseo por el parque, mi hijo y yo fuimos abordados por alguien que exigió saber por qué mi hijo llevaba falda. Nosotros no lo sabíamos, pero parece que llevaba observándonos bastante tiempo.
"Solo por curiosidad", dijo el hombre. "¿Por qué sigues haciéndole esto a tu hijo?". Él no tenía curiosidad. Él no quería respuestas. Él quería estar seguro de que ambos sabíamos que lo que mi hijo estaba haciendo –eso que yo le estaba PERMITIENDO hacer– estaba mal. "Ella no debería hacerte esto", dijo. Le hablaba directamente a mi hijo. "Eres un niño. Ella es una mala madre, esto es abuso de menores".
Él tomó fotografías nuestras, a pesar de que le pedí que no lo hiciera. Me amenazó. "Ahora todo el mundo lo sabrá", dijo. "Tú verás".
Llamé a la policía. Vinieron, hicieron el parte, elogiaron la falda. Aún así, mi hijo hoy no se siente seguro. Él quiere saber: "¿Volverá el hombre? ¿El hombre malo? ¿Vendrá a gritar cosas inapropiadas sobre mi falda? ¿Sacará más fotos?".
No puedo estar segura. Pero sí puedo estarlo de esto: no me intimidarán. No me harán sentir vulnerable o asustada. No dejaré que extraños furiosos me diga qué se puede o no se puede poner mi hijo.
El mundo puede no querer a mi hijo como es, pero yo sí. Fui puesta en este mundo para asegurarme de que él lo sepa.
Gritaré mi amor por las esquinas.
Defenderé a gritos su derecho a andar por la calle en paz, vistiendo lo que sea que se quiera poner.
Enseñaré a mi hijo, de cualquier manera que me sea posible, lo que vale como persona, creyendo en su visión de sí mismo y apoyando sus decisiones –no importa lo que otros digan, no importa quién intente detenerlo ni cómo.
Nuestra familia tiene un lema:
Nos queremos.
Somos amables.
Somos determinados y persistentes.
Somos bellos y valientes.
Sabemos quiénes somos. Extraños furiosos no cambiarán cómo somos. El mundo no cambiará nuestra forma de ser: nosotros cambiaremos el mundo.
Edito para añadir: este post es público y está permitido compartirlo. ¡Estaremos muy agradecidos por tu amor y apoyo!