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El alentador mensaje sobre los inmigrantes del nuevo presidente de Harvard
“Debemos abrazar la diversidad. Es el camino hacia la excelencia”, fue una de las ideas principales que compartió en su discurso Lawrence S. Bacow, rector de la universidad más antigua de Estados Unidos.
El cinco de octubre fue un día de celebración en Hardvard: estudiantes, docentes, delegados de más de 215 universidades alrededor del mundo y directivos se reunieron para darle la bienvenida oficial a Lawrence S. Bacow (o Larry, como insistió en ser llamado), el nuevo presidente del claustro más antiguo de Estados Unidos.
Bacow se posesionó como el presidente número 29 de la institución y su mensaje se orientó hacia la importancia de la inmigración, en un momento en que están teniendo eco en la sociedad las voces que promueven el rechazo hacia los inmigrantes. La universidad misma, de 382 años de existencia, ha estado en el ojo público, acusada de rechazar y discriminar a estudiantes asiáticos.
“La educación es el pilar de la democracia y si es rechazada convertirá este país en algo fundamentalmente más sombrío y pequeño",-Lawrence S. Bacow.
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Con ese contexto Bacow subió al estrado y pronunció por varios minutos palabras de aliento sobre la razón de ser y la responsabilidad de la comunidad educativa que lidera desde este año.
Frente a delegados de Oxford, Cambridge, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad Complutense de Madrid y muchas otras, agradeció a sus colegas de la prestigiosa universidad Tufts y del Instituto Tecnológico de Michigan (MIT) por enseñarle a ser un líder de la educación superior. Y su discurso se centró en transmitir un mensaje claro: Harvard ha moldeado los guías gubernamentales. En un país como Estados Unidos, construido por inmigrantes a partir del “sueño americano", debe ser una universidad abierta al mundo.
“La educación es el pilar de la democracia y si es rechazada convertirá este país en algo fundamentalmente más sombrío y pequeño. Cada paso que hemos dado para incluir a quienes fueron excluidos anteriormente ha acercado a Estados Unidos a la igualdad y la oportunidad para todos. Así que la educación superior no solo ha apoyado nuestra democracia sino que, en cierto sentido, la ha creado. y ese trabajo aún no está terminado”.
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El nuevo presidente afirmó que todas las universidades deben basarse en tres valores esenciales: la verdad (que es diferente a los hechos), la excelencia y la oportunidad. Y que para enaltecer esos principios es el deber de todos los educadores enseñarle a sus estudiantes a aprender rápido y juzgar lento.
“Apoyar y promover la excelencia en nuestro campus no va en contra de aquellos que han sido relegados de la sociedad. Le tenemos que enseñar a nuestros alumnos que ellos aprenden de escuchar a los otros, especialmente a aquellos con los que están en desacuerdo. Acá en Harvard debemos abrazar la diversidad en todas las dimensiones posibles. Porque, como dijeron antes, aprendemos de nuestras diferencias. Y eso incluye la diversidad ideológica”.
Su mensaje es clave para un claustro que es, sin duda, uno de los más codiciados por las grandes mentes provenientes de todos los hemisferios.Un grupo de los 109 colombianos que actualmente cursan estudios de posgrado en las escuelas de Harvard (como la Escuela de Gobierno John F. Kennedy) escucharon el poderoso mensaje sobre los inmigrantes, de la boca de un hijo de inmigrantes.
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“Cuando recuerdo la travesía de mis padres para llegar a este país, recuerdo lo afortunado que soy. Cómo uno puede pasar de bajarse de un barco, sin nada literalmente, a poder disfrutar del tipo de vida que mi familia y yo tenemos hoy. Fue la educación superior la que lo hizo todo posible. La educación superior tiene la capacidad de cambiar la vida y la trayectoria, no solo de la persona que se está educando. En muchos casos cambia la vida de sus generaciones siguientes”, dijo días antes en un video. El cinco de octubre enfatizó en la idea que promueve de abrazar a los inmigrantes y abrirle las puertas de la educación superior americana.
“Debemos acoger a los estudiantes internacionales, son seres extraordinarios. Un tercio de nuestros estudiantes nacieron en algún lugar diferente a Estados Unidos. Y más de un tercio de los premios Nobel concedidos a americanos en Química, Medicina y Física (desde el año 2000) se los han ganado hombres y mujeres provenientes del extranjero. Y el 40% de las fortunas de 500 compañías fueron fundadas por inmigrantes o por sus familias”.
La diferencia hace al mundo más rico. Y en palabras de Bacow, Harvard es un lugar para engrosar el capital humano e intelectual. Eso es lo que debe hacer una nación si quiere ser próspera. Por eso la investigación de esa universidad se orienta a que, más allá de los conocimientos específicos de cada disciplina, sus estudiantes creen una nueva visión sobre la condición humana. Y eso se nutre a partir del conocimiento cultural: “Después, cuando la tecnología sea obsoleta, la gente seguirá leyendo a Shakespeare y a Gabriel García Márquez. Seguirá escuchando a Mozart, Bob Dylan y a Aretha Franklin. Expandimos la humanidad de nuestros estudiantes al enseñarles lo que es hermoso en el arte, sociedad y naturaleza”.
Finalmente, el rector se comprometió a que ese claustro no sentirá miedo de recibir a los diferentes y le apostará a quienes desafíen la sabiduría convencional, a seguir brindando educación liberal. Prometió que él y su vasto equipo trabajarán para incrementar los recursos y “garantizar que cualquiera de sus estudiantes puedan ver el mundo y repararlo”. Todo, gracias al acceso en igualdad de condiciones a la educación superior.
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