EDITORIAL

Medio mes sin ministro de Educación

El gobierno de Santos sigue sin designar un jefe de la cartera educativa tras la renuncia de Gina Parody. Desde Semana Educación hacemos un llamado para que se ponga fin a esta irresponsabilidad.

18 de octubre de 2016
| Foto: Semana Educación

La cartera educativa lleva 20 días sin cabeza visible y, por el momento, parece que la situación no se resuelve. Mientras tanto, Francisco Cardona sigue como ministro encargado a la espera de que el gobierno tome una decisión. Fuentes cercanas al Ministerio de Educación (MEN) aseguraron a esta publicación que él no será quien reemplace a Gina Parody y que el nombre del nuevo ministro debería hacerse público en los próximos días. Pero eso no le impide mantener una agenda política adscrita a la administración Santos y tomar decisiones, inaugurar colegios o liderar ruedas de prensa. 

Tras la renuncia de Parody el pasado 4 de octubre, quien arrastraba bajos índices de popularidad después de la polémica de las cartillas de educación sexual, su intención de incluir el enfoque de género en los currículos de las instituciones públicas y su apoyo a la campaña del Sí en el plebiscito, el número de posibles candidatos a sucederla no deja de ensancharse a medida que se suceden los días.

Si la semana pasada sonaban con fuerza los nombres de Isabel Segovia, ex viceministra de Educación Preescolar, Básica y Media, y Alfonso Prada, director del Sena, estos días también se habla de Óscar Sánchez, ex secretario de Educación de Bogotá; Mauricio Vega Lemus, gerente de la campaña por el Sí y presidente de la Cámara de Comercio de Pereira, y José Manuel Restrepo, rector de la Universidad del Rosario.

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Mientras el tiempo pasa y no se concreta un sucesor que, además, cuente con el beneplácito de la comunidad educativa, el vacío de poder está haciendo mella en el funcionamiento y gestión del Ministerio. Funcionarios del MEN han manifestado a Semana Educación “que se están tomando decisiones importantes para la viabilidad de la educación sin contar con el aval ministerial”, y que ciertas personas “están aprovechando el momento para llevarse el crédito de algunas labores que el ministerio venía realizando desde antes y ahora dan sus frutos”.

Según se dice en los pasillos del MEN, la ex ministra “tomó una decisión muy apresurada a la hora de renunciar”. Especialmente ahora, que Colombia está inmersa en el debate sobre la reforma tributaria. Resulta injustificable que una de las carteras que más dinero estatal recibe se mantenga todavía sin ministro, y que no hubiera un plan b de contingencia ante la marcha de Parody.

En 2016 el Ministerio de Educación gestionó unos presupuestos de 2,56 billones de pesos para destinarlo a inversión, y 28,9 billones más para su funcionamiento (inamovible y subordinado a la subida del IPC). El anuncio no oficial es que estos montos, y el del resto de carteras, sufrirán un recorte significativo para el próximo año fiscal, y eso que el ministro encargado Francisco Cardona remitió una propuesta ante el Congreso recientemente por el que pedía un aumento de 6,26 %. Pero la realidad es otra: se habla de que el MEN dispondrá finalmente de 2,24 billones para inversión en proyectos de educación. 

Ante esta reducción presupuestal que, indudablemente, obligará a reformular las prioridades de la cartera educativa y redefinir proyectos que todavía esperan financiación como Ser Pilo Paga, el Programa de Alimentación Escolar (PAE) o el Sistema Nacional de Educación Terciaria (Snet), ¿cómo es posible que el presidente Juan Manuel Santos no se decante todavía por un ministro de Educación?

Desde esta publicación hacemos un llamado para que el gobierno de una pronta solución al vacío de poder que pone en juego el devenir de la educación en este país. 14 días de irresponsabilidad son suficientes.