Educación
En un 43 % creció el número de estudiantes que no volvieron al salón de clases en el país, reveló la Defensoría del Pueblo
Ante esta situación, el organismo pidió a las secretarías de Educación acciones urgentes para frenar esta situación.
Un llamado de atención hizo este viernes la Defensoría del Pueblo ante el incremento de los casos de deserción escolar en el país.
El titular de ese despacho, Carlos Camargo, indicó que de acuerdo con las cifras oficiales, en 2021 aumentó en un 43 % el número de estudiantes que se retiraron de colegios y escuelas, respecto al mismo periodo de 2020.
Señaló que, en total, 477.157 menores de edad dejaron de asistir a las aulas escolares, por lo que esa entidad pidió a las secretarías de educación del país revisar las estrategias para garantizar la permanencia y reducir este fenómeno.
“Para la Defensoría del Pueblo, esta información reviste preocupación porque un estudiante que se retire de la institución educativa genera mayor desigualdad y falta de oportunidades”, indicó.
Agregó que “así mismo, la deserción escolar impacta en la protección de los derechos de los niños, niñas y adolescentes como un asunto asociado al acceso limitado de condiciones de aprendizajes”.
Así mismo, señaló que esta situación expone a los menores de edad a riesgos relacionados con el accionar de los grupos armados al margen de la ley, a ser utilizados en actividades ilegales, a ser víctimas de reclutamiento forzado, a trabajo infantil, entre otros, principalmente en las regiones con mayor conflictividad.
Camargo, citando cifras del Ministerio de Educación Nacional, señaló que del total de estudiantes retirados, 334.180 ingresaron a la medición de la tasa de deserción intra-anual y pertenecen a grados de educación regular (transición a once) y aceleración del aprendizaje.
En ese sentido, para el 2021, la tasa de deserción presenta un valor preliminar de 3,62 % para el total del país y 3,58 % para el sector oficial, lo que representa un incremento de 1,1 puntos con relación al 2020 (2,52 %).
Por esa razón, ese organismo envió una carta a todos los secretarios departamentales, distritales y municipales, en el que advierte que el aumento evidenciado en la deserción escolar podría estar asociado a la deficiencia en el seguimiento por parte de las entidades territoriales durante la pandemia, debido a las medidas de bioseguridad adoptadas para la prevención de la trasmisión de la covid-19.
La situación más delicada se presenta en los departamentos de Antioquia, Cundinamarca, Boyacá, Cauca y Valle del Cauca, en donde se concentra el mayor número de niños y niñas retirados.
El defensor del Pueblo enfatizó en la necesidad de asegurar que los niños, niñas y adolescentes asistan al colegio para garantizarles entornos protectores en donde ellos podrán desarrollarse integralmente y prevenir distintas formas de violencia que los afectan.
Camargo, aseguró que los rectores y los profesores también juegan un papel fundamental en la prevención de la deserción escolar.
“Un solo retiro del colegio debería movilizar a toda la institucionalidad en la búsqueda urgente e inmediata del estudiante para garantizar su regreso y, por ello, el papel de las secretarías de educación es fundamental para la adopción de políticas a nivel departamental y municipal que contribuyan a la disminución de las brechas de aprendizaje y se generen oportunidades educativas para contar con una educación de calidad y lograr su permanencia hasta finalizar sus estudios”, puntualizó el defensor del Pueblo.
Entre tanto, la región de Latinoamérica y el Caribe retrocedió más de una década en términos de educación por la pandemia de covid-19, alertó el Banco Mundial, que urgió a tomar medidas “para salvar a una generación”.
La región, que ya padecía una crisis de aprendizaje antes de la emergencia sanitaria declarada en 2020, sufrió un “agravamiento sustancial” de la situación, reveló un informe publicado por el Banco Mundial y la Unicef, en colaboración con la Unesco.
Debido al cierre de las escuelas para evitar la propagación del virus, toda una generación de estudiantes, esto es, unos 170 millones de niños y niñas, perdieron en promedio entre uno y casi dos años de aprendizaje.