EDUCACIÓN
¿Es inviable la Universidad Autónoma de Colombia? El rector responde
Ricardo Gómez habla de la crisis económica de la universidad y del plan para mantenerla en operación en medio de las dificultades de la pandemia.
Hace poco más de un mes, una noticia causó mucha preocupación en la comunidad universitaria de la Fundación Universidad Autónoma de Colombia (Fuac), después de que se conociera una carta en la que el rector, Ricardo Gómez pidiera en una misiva al Consejo Superior Universitario que se considere no abrir las matrículas para el segundo semestre del año, tanto para estudiantes nuevos como antiguos. En la carta el directivo asegura que si se abren las matrículas, se haría "sin tener las condiciones mínimas de funcionamiento para garantizar calidad en la prestación del servicio".
Para estudiantes y docentes, esta eventual decisión significaría el fin de la universidad con 50 años de historia, todo debido a una crisis económica que acarrea desde hace varios años. La situación llegó a su límite hace un año, cuando los profesores se fueron a 76 días en paro, después de haber trabajado cinco meses sin recibir salario y sin que les pagaran la prima y obligaciones laborales de 2018.
Para levantar la huelga, que tenía sin clases a 4.500 estudiantes, intervinieron los ministerios de Trabajo y Educación. Hubo compromisos de pago y en agosto se puso en cabeza de la universidad a Gómez, quien en su momento fue rector de la Universidad de Caldas, con el fin de enderezar el rumbo. No obstante, el panorama de la universidad en este nuevo año no cambió y con la llegada del coronavirus la situación parece más complicada.
En diálogo con SEMANA, el rector de la Fundación Universidad Autónoma de Colombia, Ricardo Gómez (R.G.), se refirió a la crisis económica de la institución. Aseguró que salvar la institución es tarea de todos y no solo del rector.
SEMANA: ¿Cómo se han desarrollado las clases en la Autónoma en medio de la crisis económica que atraviesa sumada a la pandemia?
R.G.: Académicamente, el desarrollo del semestre ha sido normal, con la interrupción y el cambio de metodología ue tuvo que llegar con la pandemia para casi 2.800 estudiantes. Nosotros, al día siguiente de decretarse que las universidades no podían operar presencialmente, empezamos con los trabajos remotos. En las encuestas a estudiantes, un 40 por ciento dice que están aprendiendo más, un 30 por ciento dice lo contrario. Sabemos que fue de imprevisto, en lo posible académicamente estamos normal. Financieramente, el tema es muy distinto: desde enero advertí que no hay caja, recién pagamos el salario de abril y estamos buscando recursos para pagar los otros dos meses de este semestre.
SEMANA: Se conoció un documento en el que usted pedía al consejo superior no abrir matrículas para el segundo semestre debido a la situación económica. ¿Es inviable la universidad?
R.G.: El 3 de abril le presentamos un documento al consejo superior en el que demostramos que la universidad sí es viable de aquí al 2025 si suceden varias cosas: que se suspendan los pagos exagerados de la convención sindical, que logremos el retiro de muchos empleados y profesores, que podamos adquirir un crédito y que se logren vender algunos bienes. Esta universidad es financieramente viable si suceden esas cosas.
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Sede de la Autónoma de Colombia en el centro de Bogotá. Un alternativa para salvarla es vender bienes.
SEMANA: ¿Entonces por qué la solicitud en el documento?
R.G.: El documento que usted menciona, que era completamente interno, dice que para abrir matrículas tienen que suceder esas cosas que le mencioné, y realmente a la fecha no ha pasado tanto como es indispensable. La ministra de Educación, cuando me pide asumir esta tarea, es para salvar la universidad, y el año pasado se hizo algo importantísimo, que fue separar los intereses de los fundadores con los de la institución misma, pero para la sostebibilidad se requieren más cambios, como los de la convención sindical y el retiro de varios empleados.
SEMANA: ¿Qué se les puede decir a los estudiantes que mantienen incertidumbre sobre lo que pasará?
R.G.: La oferta académica de la universidad para el semestre 2020-II se abre completa para todos los estudiantes nuevos. Así lo decidiónuestro consejo académico. Previamente, se había decidido cerrar un poco el espectro, pero eso se cambio buscando tener una oferta más competitiva y que nos dé un respiro financiero.
SEMANA: ¿Por qué es necesario cambiar la convención sindical?
R.G.: Tiene algunas dificultades que acarrea sobrecostos para la universidad. La Autónoma tiene 9 estudiantes por profesor y 14 por administrativo, lo que implica varios costos que nos hacen muy pocos competitivos frente a otras universidades. La planta de la universidad tiene un peso en este costo. Debido a la convención colectiva de trabajadores y su comisión de estabilidad, no se permite despedir a nadie con o sin justa causa. Llevamos 23 procesos disciplinarios y ningunos prosperó. Hemos tenido 12 reuniones con el sindicato. Queremos hacer unas reformas y no se han logrado acuerdos. En Uniautónoma se pagan 17 salarios al año por la convención y por eso buscamos algunas reformas. No vemos que se estén reuniendo para que cedan en algo. La convención es tan generosa que incluso incluye a los directivos, muchos ya hemos renunciado a los beneficios.
SEMANA: ¿Cuál es la deuda de la universidad?
R.G.: En junio del año pasado, el Ministerio de Educación intervino la universidad porque no se pagó un solo día de salario de enero a julio de 2019. Tenemos casi 15 mil millones de pesos en deudas salariales, más 7.000 millones que se deben de seguridad social. Solo en esas obligaciones son 22 mil millones. El punto es que la Autónoma desde 2009 no ha generado excedentes, siempre ha dado pérdidas. Si seguimos operando sin suspender la convención y no se retirán algunos empleados, el déficit de la universidad a final de año puede ser de 12.000 millones de pesos.
SEMANA: ¿Qué hacer para saldar esa deuda?
R.G: Está la opción de un crédito y la opción de la venta de bienes. Esto último no gusta mucho dentro de la universidad, pero es un salvavidas. Sin embargo, no se puede vivir de eso. Para lograr el crédito, ya tenemos los estados financieros y estamos esperando la respuesta de los bancos.
SEMANA: Los ingresos de la universidad dependen casi exclusivamente de las matrículas. Con la pandemia, se habla de un incremento en la deserción. ¿Le preocupa el tema en medio de la crisis de la Fuac?
R.G.: No me atrevo a mencionar una cifra en deserción. Está, sin embargo, la incertidumbre latente. Lo que sí es cierto es que la mayoría de nuestros estudiantes son gente que trabaja y es gente que, sin duda, se está viendo afectada por la pandemia, y eso nos terminaría afectándonos también.