Foro Colombia 2021 | Universidades en pandemia están ante el reto de hacer currículums flexibles

La llegada de la pandemia hizo de este año el más atípico y retador que hayan tenido el sistema educativo y la sociedad recientemente. Desde hace más de diez meses la inmensa mayoría de alumnos de educación superior no pisa un aula de clase. La vida estudiantil cambió radicalmente y todo parece indicar que el retorno a la normalidad se demora.

A esto se suma el riesgo latente de la deserción universitaria. El 16 de marzo, cuando se suspendieron las clases presenciales en el país, cerca de 40 universidades enviaron una carta al presidente Iván Duque para advertirle que la matrícula podría caer hasta 50 %. Luego, la Asociación Colombiana de Universidades (Ascún), que reúne a más de 80 instituciones, alertó que la deserción estaría entre 23 y 25 %. Pronósticos catastróficos para el sector, que presagiaban entre 600.000 y 1,2 millones de alumnos universitarios menos.

Sin embargo, estos pronósticos no se cumplieron en parte gracias a las estrategias tanto educativas como de descuentos en el precio de las matrículas que adoptaron las universidades para poder dar continuidad al proceso educativo en medio de la coyuntura. Finalmente, la deserción rondó el 10 %, que si bien significan cerca de 200 mil estudiantes menos, es una cifra menor a la presupuestada.

En el marco del Foro Colombia 2021, Dolly Montoya, rectora de la Universidad Nacional, y el rector de la Universidad Javeriana, padre Humberto Peláez, explicaron qué camino deben tomar las instituciones de educación superior en medio de la pandemia.

Para el rector de la Javeriana, las universidades deben evolucionar hacia programas y currículums mucho más flexibles que les permita a los estudiantes seguir en su proceso educativo dependiendo de sus necesidades particulares. Para el rector de una de las universidades privadas más grandes del país, los programas “a veces son muy cuadriculados y no debería ser así; se debe facilitar a cada estudiante trazar su propia ruta, así se forme como abogado o psicólogo, para que pueda incorporar elementos que a cada perfil profesional le interese, ya sea en emprendimiento o generación de empresa”.

Montoya, rectora de la mayor universidad pública del país, coincidió en que desde la academia en ocasiones se es muy rígido en cuanto a la formación de los estudiantes. “Solo hay una entrada y salida: si un estudiante quiere algo distinto, tiene que cambiar carrera. Por eso debemos generar ambientes para que un estudiante pueda hacer su propio camino”, indicó la rectora en el conversatorio ‘Transformación del modelo educativo y desafíos de la formación de profesionales’.

Sobre este tema, Peláez consideró que hoy en día los jóvenes estudiantes no se sintonizan con carreras largas. “Debemos dar la opción de que el estudiante entre, obtenga sus certificaciones, salga, tenga una experiencia laboral, regrese y termine. Tenemos que superar algunos prejuicios de los académicos que somos muy psicorrígidos”.

Finalmente, los dos rectores coincidieron en que el Estado, las instituciones de educación y el sector productivo deben adelantar una gran conversación nacional en la que se defina la ruta de desarrollo que va a tomar el país, para así formar a los jóvenes en las habilidades que se requerirán para lograr esos objetivos conjuntos. Señalaron que este año la educación superior debe seguir funcionando bajo la alternancia, tratando de recuperar cada vez más espacios de presencialidad en la medida que la evolución de la pandemia lo permita.

En estos momentos, cualquier universidad del país puede reabrir sus puertas si los gobiernos locales aprueban su plan de alternancia y sus protocolos de bioseguridad. “Este proceso tiene unas condiciones similares al caso de colegios en cuanto al diálogo con las entidades territoriales, que deben tener en cuenta la evolución de la pandemia, definir horarios, número de estudiantes, capacidad de las instalaciones, entre otros aspectos”, señaló la ministra de Educación, María Victoria Angulo.