LA TECNOLOGÍA POR LA EDUCACIÓN

Inteligencia artificial, ¿reto u oportunidad en educación?

La creencia sobre la extinción de la labor de los maestros en las aulas debido al desarrollo veloz de la tecnología se desmitifica. Hoy, hay nuevas herramientas que buscan apoyar, mas no suplantar, el trabajo de profesores y líderes a través de la tecnología y la inteligencia artificial.

1 de octubre de 2018
Microsoft es una de las empresas que en su línea de educación ha incursionado con la innovación que ofrece la inteligencia artificial. Foto: cortesía Microsoft. | Foto: Foto: cortesía Microsoft.

Se estima que, para 2030, las megatendencias tecnológicas y demográficas van a cambiar el mundo. La migración global, el aumento de la inequidad, la desagregación de los empleos en tareas más pequeñas y el incremento de la edad promedio de la población transformarán las necesidades en cuanto a calidad, cantidad y diversidad de labores.

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Estas tendencias no se comprenden como simples desarrollos tecnológicos. Sin duda, la inteligencia artificial (IA) hace referencia a la habilidad mejorada de las máquinas para aprender. Además, ha empezado a marcar un cambio significativo, pues su uso no solo implica reemplazar tareas manuales y rutinarias, lo cual cambiará los trabajos del futuro y las aptitudes que estamos formando, sino también facilita la expansión y la capacidad de predicción del ser humano.

Estos cambios parecen lejanos, pero están muy cerca y han comenzado a introducirse en procesos educativos en los que se hace necesario preparar a los estudiantes desde las aulas de clase. En este contexto, la labor de los profesores nunca ha sido más importante. Desde herramientas que apoyan y guían a alumnos a través de recomendaciones, pasando por herramientas que permiten al docente expandir su conocimiento del estudiante, hasta sistemas de alerta a nivel institucional que den cuenta del potencial de la IA en los ecosistemas educativos.

La inteligencia artificial ampliará el alcance del sistema educativo, y profundizará en el entendimiento de las rutas de aprendizaje individual y la combinación de talentos, necesidades y contextos de los estudiantes.

Foto: cortesía Microsoft. 

En palabras de Cathy Cavanaugh, PhD, directora de Investigación de Analítica de Aprendizaje en Microsoft Corporation, “cuando se entienden los datos de todas las actividades y evaluaciones de aprendizaje de los estudiantes, se logra visualizar las tendencias e iluminar relaciones complejas para contribuir finalmente a que docentes, escuelas y sistemas educativos sean más eficaces y eficientes”.

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Así, para hallar nuevas oportunidades para apoyar a los profesores y líderes a través de la tecnología y la IA, Cavanaugh hace referencia a casos como el del distrito de escuelas de Tacoma, en Estados Unidos. Allí, la implementación de un sistema de alertas tempranas que usa tecnologías de IA de Microsoft ha permitido identificar el perfil de riesgo de deserción de los estudiantes y facilitar intervenciones eficientes, personalizadas y efectivas, que han logrado un mejoramiento de la tasa de graduación del 55% al 82,6%.

En Colombia, las instituciones no son ajenas a esta realidad; a la fecha, algunas ya lideran este camino. La Universidad del Rosario, por ejemplo, ha recurrido a la IA para prevenir la deserción de alumnos y personalizar las rutas de aprendizaje y desarrollo de sus profesores. A partir de la información que provee el docente sobre su plan de trabajo, enriquecido por la retroalimentación de la institución y los datos de avance profesoral, es posible obtener recomendaciones más personalizadas para que cada maestro logre un proceso exitoso de enseñanza e investigación.

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Igualmente, la Universidad Cooperativa de Colombia está usando IA para mejorar su planeación institucional, con la idea de llegar de manera más eficiente a sus 17 sedes en el país. Así lo confirma Maritza Rondón, rectora de la institución: “Trabajamos todos los días por el bienestar de los estudiantes y su éxito. Es nuestro deber aprovechar la tecnología para maximizar las oportunidades de los jóvenes que hacen parte de nuestra institución. La inteligencia artificial nos permite hacer predicciones más acertadas sobre el futuro, y ser precisos en nuestra labor”, cuenta.

La intersección entre emprendimiento, ciencia de datos y educación también es un aspecto que cada vez tiene más auge a nivel global por su impacto en los resultados de los estudiantes. U-Planner, por ejemplo, es una empresa latinoamericana que a través de sus algoritmos de IA, ahorra costos y mejora las operaciones de sus instituciones. Juan Pablo Mena, CEO de U-Planner, da cuenta del caso de la red universitaria Aliat en México. “En tres años, Aliat Universidades se transformó en una institución de alto desempeño usando inteligencia artificial. Tan solo en el primero, logró aumentar el aprovechamiento de aulas un 47% a través una asignación inteligente de cursos. Esto representa un ahorro de costos contundente que se vio reinvertido en acreditación y mejora de los servicios y la experiencia del estudiante”.

Otro asunto relevante es que la inteligencia artificial transforme la educación pública para que sea más transparente. Desde la predicción y prevención de fraudes y corrupción hasta sistemas de planeación de inversión eficiente, esta puede fortalecer la función pública y hacerla más eficaz. La firma Delloitte estima que tan solo el gobierno federal de Estados Unidos podría ahorrar 1,2 mil millones de horas y un total de 31 mil millones de dólares a través del uso de inteligencia artificial en sus operaciones.

En un mundo con alta incertidumbre sobre el futuro, todavía hay desafíos humanos y operativos para sacar el máximo potencial de maestros y alumnos. Por ello, esta herramienta ampliará el alcance del sistema educativo y profundizará en el entendimiento de las rutas de aprendizaje individual y la combinación única de talentos, necesidades y contextos de cada estudiante.

Isabel Hilliger, directora de evaluación en la Universidad Católica de Chile y líder en este frente afirma: “Dada la conciencia del valor que aporta la ciencia de datos a la mejora de los sistemas, hemos fundado el proyecto Learning Analytics for Latin America (LALA, por sus siglas en inglés). Invitamos a los líderes a unirse a esta red, que busca desarrollar la capacidad local de instituciones de educación superior para crear, adaptar y usar herramientas de analítica de aprendizaje”. De esta manera, América Latina está marcando la ruta, pero queda mucho por recorrer. Establecer alianzas entre empresas e instituciones nunca ha sido más urgente, pues a futuro los tutores personalizados, herramientas que curan rutas de aprendizaje a lo largo de la vida y que aumentan la experiencia humana, serán parte de nuestro sistema educativo.

Este artículo hace parte de la edición 37 de la revista Semana Educación y es un contenido patrocinado por la Microsoft.

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