EDUCACIÓN

“La universidad no solo es un espacio de aprendizaje, es un espacio de encuentro más allá del aula”

En entrevista con Semana, el rector de la Universidad del Rosario, Alejandro Cheyne, aseguró que si bien la virtualidad ha ganado terreno y en 2021 seguirá marcando la pauta, no se debe olvidar la importancia de la presencialidad y la vida alrededor del campus.

7 de diciembre de 2020
Alejandro Cheyne, rector de la Universidad del Rosario
Alejandro Cheyne, rector de la Universidad del Rosario | Foto: Cortesía Universidad del Rosario

La covid-19 provocó una revolución en la educación que alterará para siempre el mundo educativo y universitario, aún después de que se supere la pandemia. Así lo han entendido rectores y profesores, quienes saben que la virtualidad ha llegado para quedarse, razón por la que las instituciones de educación superior han adelantado sus planes de digitalización.

Sin embargo, esto no significa que la presencialidad y la vida universitaria alrededor del campus vayan a perder protagonismo. Así lo considera el rector de la Universidad del Rosario, Alejandro Cheyne, quien asegura que la alternancia marcará la pauta en 2021 razón por la que las instituciones deben adaptarse a este nuevo escenario, siempre manteniendo los más altos estándares de calidad.

SEMANA: ¿Cómo cree que debería ser el modelo de educación en 2021? ¿Alternancia, mayor presencialidad, debe seguir predominando la virtualidad?

Alejandro Cheyne (A.C.): Para 2021, la Universidad del Rosario ha decidido acuñar una aproximación metodológica para su oferta académica en el marco de un modelo HyFlex (híbrido y flexible). Este modelo es una propuesta innovadora que otorga a los cursos características de flexibilidad y adaptación a los nuevos retos pedagógicos que propone la denominada nueva normalidad. En este orden de ideas, combina impartición de la docencia tanto presencial, remota y, permitiéndole a la comunidad estudiantil navegar, no solo en el modo de interacción del curso, sino en un conjunto de servicios y herramientas que garanticen el respeto a su diversidad en el aprendizaje. Como fase 1 del modelo, se tiene previsto para 2021-1 que al menos el 60% de la oferta académica tenga atributo híbrido. De esta manera, la universidad puede adaptarse rápidamente al avance en materia de la emergencia sanitaria.

SEMANA: ¿Cree que la educación virtual seguirá ganando terreno y el campus universitario será cada vez menos protagonista?

A.C.: Considero que sí sucederá, pero no en detrimento de los campus universitarios. La pandemia logró acelerar la estrategia de educación digital de nuestra universidad, es decir, hoy hemos cumplido buena parte de los objetivos que nos habíamos trazado para el largo plazo. Sin embargo, el campus universitario es parte central de la experiencia de vida de los estudiantes en la universidad. Lo que sí va a cambiar es la manera en la que los estudiantes significan la presencialidad en las universidades. La pregunta que todo estudiante se empieza a hacer es: ¿para qué debo ir a la universidad?, y es ahí donde todas las universidades debemos responder con claridad este cuestionamiento.

SEMANA: ¿Por qué el campus universitario es irremplazable en la vida y formación universitaria? ¿O es algo que cada vez es menos relevante?

A.C.: Es un error creer que una persona que accede a un proceso de formación a través de un medio digital, lo hace porque no busca o no le interesa una experiencia de campus universitario. Así las cosas, es irreemplazable justamente porque la universidad no solo es un espacio de aprendizaje, es un espacio de encuentro y relacionamiento que va más allá de la clase en aula. El regreso a lo presencial debe repensarse de manera distinta a como funcionaba antes de la pandemia, y debe manifestarse en una experiencia de usuario significativa.

SEMANA: ¿Cree que la calidad de la educación virtual es equiparable a la presencial?

A.C.: Esta es una discusión muy interesante que converge en un falso dilema que ronda en muchas redes y medios. La educación digital, como la llamamos en la Universidad del Rosario, tiene sus propias formas, prácticas y herramientas que aseguran calidad. El problema está en usar instrumentos de la educación presencial para valorar la educación digital, y viceversa. En nuestra universidad somos conscientes de la necesidad de propender al alcance de altos estándares de calidad en educación, independientemente del formato o modalidad en el que se desarrollan. Conviene reconocer lo mejor de cada escenario y fortalecerlo para generar innovaciones pedagógicas que transformen las prácticas de enseñanza y aprendizaje, todo esto considerando como fundamental el reconocimiento de los distintos modos de aprendizaje de las nuevas comunidades estudiantiles.

SEMANA: Muchos universitarios llevan meses sin ver a sus amigos, a los profesores, sin ir al campus, situación que afecta a algunos más que a otros, ¿Qué les diría a esas personas que extrañan la vida universitaria?

A.C.: Lo primero es decirles que también extrañamos a cada uno de nuestros estudiantes, y para ello nos hemos preparado detalle a detalle para el regreso progresivo y seguro a las clases. La inclusión de la bioseguridad en nuestros hábitos de vida nos propone nuevas formas innovadoras de relacionamiento, y es por esto que hemos desarrollado un sin número de iniciativas que le permiten a nuestros estudiantes salir de la pantalla del computador, espacio que hoy resume mayor parte de las actividades de su vida, para retomar la vida universitaria bajo los principios de autocuidado, y el cuidado de los demás.

Las universidades en Bogotá tienen permitido un aforo máximo del 25 por ciento. Por eso manejan la alternancia.

SEMANA: ¿Qué pierde la vida universitaria de un estudiante con el cierre de las instituciones, sin poder ver a sus amigos, sin la vida social alrededor de ir a la Universidad?

A.C.: Creo que se pierde oportunidad de aprendizaje, interacción y relacionamiento de los estudiantes. Sin embargo, hay maneras de garantizar esta relación en escenarios digitales, por ejemplo, a través de actividades de bienestar que desarrolladas remotamente.

SEMANA: ¿Cree que los jóvenes quieren volver al campus?

A.C.: Sin duda. Hemos hecho varios estudios y todos apuntan a lo mismo, los estudiantes quieren recuperar la experiencia presencial de universidad. Sin embargo, esto no elimina el legado de la formación usando medios digitales, los estudiantes entendieron y apropiaron estos medios, y difícilmente renunciarán en su totalidad a ellos.

SEMANA: Con la pandemia creció sustancialmente la oferta de cursos online, muchos estudiantes ven esa alternativa mejor y más económica que la educación formal. ¿Qué cambio cree que deben tener las universidades para seguir cautivando a los estudiantes en esta postpandemia?

A.C.: Creo que es muy importante incluir en esta ecuación a los empleadores. El problema de la educación no se trata de qué es más económico y se percibe como mejor, se trata de cómo las personas pueden transformarse de mejor manera para ser competitivos siendo empleados o emprendedores de sus propias iniciativas. Nosotros nos enfocamos en transformar proyectos de vida soportados en un diálogo constante con el entorno, asegurando competencias pertinentes y de calidad. Además, en la Universidad del Rosario, con base en las exigencias de nuestros estudiantes por tener nuevos aprendizajes, ofrecemos innovación pedagógica. Un buen ejemplo de esta apuesta pedagógica es el aprendizaje basado en retos, y el modelo UR Steam que es aprendizaje basado en la experiencia en laboratorios. Adicionalmente, aprovechamos el uso y la apropiación de las tecnologías, permitiéndole a nuestros estudiantes aprovechar lo mejor de los dos mundos: el digital y el presencial.

SEMANA: ¿Qué es lo que más extraña de la universidad como la conocíamos antes de que llegara la pandemia?

A.C.: Sin duda, la oportunidad de compartir con nuestros estudiantes. Son ellos quienes le dan vida a cada uno de los espacios del hábitat universitario, cada lugar de la universidad está pensado para ellos y por ellos. Contamos los días para poder verlos de nuevo en nuestra universidad.