EDUCACIÓN
Las claves para enseñar (y aprender) una lengua extranjera
¿Por qué hablamos mal otro idioma y cómo podemos solucionarlo? Luis Cerezo, profesor de lingüística aplicada en America University, conversó en exclusiva con Semana Educación sobre la forma más acertada de hacerlo. Cerezo expondrá el tema durante la Cumbre Líderes por la Educación.
Aprender uno o varios idiomas representa una serie de ventajas cognitivas, sociales y de salud. Las personas bilingües o plurilingües no solo aprenden con más facilidad otras lenguas, sino que lo hacen también con otras disciplinas en general. Además, desarrollan enfermedades degenerativas como el alzheimer años más tarde que quienes solo hablan en su idioma nativo, y tienen más empatía porque logran ver el mundo desde distintas ópticas.
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Entender una segunda lengua trae consigo la promesa de estar más calificado para poder enfrentar las necesidades globales del mercado laboral, de responder a la innovación de la industria. Son personas que, por ese plus, pueden tener más ingresos y más calidad de vida. Estos beneficios y la forma más pertinente de adquirirlos según la edad los conoce muy bien Luis Cerezo, profesor de lingüística aplicada en America University y consultor para Berlitz (compañía internacional especializada en la enseñanza de idiomas).
Cerezo ha centrado sus investigaciones en el desarrollo de tecnologías para aprender lenguas extranjeras y es, en especial, conocedor del impacto positivo de los videojuegos para que las personas hagan del inglés o cualquier otro idioma, su lengua franca. En conversación con Semana Educación, este docente, adelantó algunas claves de su conferencia sobre el aprendizaje de una segunda lengua, que tendrá lugar en la Cumbre de Líderes por la Educación, que se realizará en Bogotá el 19 y el 20 de septiembre.
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¿Qué se necesita para que un proyecto de bilingüismo sea exitoso?
Requiere que hayan expertos pedagogos y que apliquen métodos adecuados para las personas que están aprendiendo inglés. Existen diferentes métodos: el clásico, que invita a aprender de forma más democrática y en el que el profesor es el transmisor de información. Y el llamado método implícito, en el que se imparten las clases en la segunda lengua por completo y está basado en la creencia en que los adultos aprenden como niños, entonces se pretende enseñar la segunda lengua como la materna, de una forma muy espontánea. Ambos métodos presentan falencias: una educación sin retroalimentación no invita al pensamiento crítico, y una en la que se cree que los niños y los adultos aprenden igual es una mentira, pues según la madurez del cerebro y la experiencia del mundo, los conocimientos se adquieren de forma distinta.
Entonces, creo que el éxito de un proyecto de bilingüismo es encontrar un punto medio. Intento dotar a mis estudiantes de estrategias de aprendizaje para que ellos puedan encontrar, por sí mismos, las reglas del lenguaje y los conocimientos. A que aprendan a pensar críticamente. Esto representa una especie de resurgimiento y presenta una clase donde hay contenidos, comunicación, proyectos, pero también hay espacios para utilizar la primera lengua para cierto de tipo de cosas. Se trata de involucrar a los estudiantes en un camino de descubrimiento, donde las personas son dueñas de su aprendizaje, pero que requiere de la tutela de los profesores para que guíen el proceso y ofrezcan reflexión sobre lo aprendido.
En ese sentido, ¿cuál es el rol del maestro?
El rol del maestro claramente pasa no por ser alguien transmisionista, difusor del conocimiento, sino en ser alguien que dirija la interacción entre los estudiantes. y por tanto en la clase debemos aprender la lengua extranjera con una conexión real, que les sea interesante, que sean cosas del mundo. El maestro debe saber seleccionar las actividades de acuerdo al nivel de los estudiantes y selecciona estratégicamente las actividades para eso y que tiene una agenda o plan de trabajo y ayudará a los estudiantes a descubrir el conocimiento por sí mismo, no solo explicándoles. Eso necesita de gran formación pedagógica, para saber qué tipo de actividad y de corrección debe el docente dar a los estudiantes.
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¿Y qué tanto tiene que saber el maestro sobre la segunda lengua que está enseñando?
Lo ideal es que el maestro sea un experto en enseñar y en la lengua extranjera, porque no solo está enseñando un idioma, sino también una cultura. Muchas veces, los profesores atrapamos la atención y motivación de los estudiantes cuando les permitimos viajar a otros mundos por medio de la lengua.
Pero, cuando las personas no son nativas angloparlantes también pueden enseñar. Siempre y cuando sean expertos pedagogos y conozcan la cultura. Así podrán crear una enseñanza de la lengua, lingüísticamente y culturalmente. Enseñar una segunda lengua es enseñarle a otros a cómo decir las cosas y el “cómo” depende de la cultura.
¿Qué no puede faltar a la hora de enseñar otra lengua?
Las intensidad horaria en la instrucción de una segunda lengua es un factor clave. Pero no es el único. Es necesario el contacto constante y cotidiano con la lengua. Tener exposición a ella: ver películas y programas de televisión en la lengua que está aprendiendo. No dobladas. Eso hace gran diferencia y complementa la enseñanza tradicional.
Aparte de las películas y la televisión, ¿qué otra actividad cotidiana impacta de manera decisiva en el aprendizaje de otra lengua?
Los videojuegos. Llegué a ese hallazgo, entre otras cosas, por un estudio que intentaba conocer por qué de un tiempo para acá a los niños en Suecia les estaba yendo mejor que a las niñas en las pruebas de inglés. Investigadores manifestaban que por razones biológicas, estrategias de aprendizaje y disposición, históricamente las mujeres han sido mejores a la hora de aprender otro idioma. Entonces, ¿a qué se debía ese cambio?
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Los investigadores de ese estudio encontraron una diferencia en concreto entre las actividades de los niños y las niñas de Suecia: jugar videojuegos. Y no cualquier videojuego... En el caso de los niños, jugaban World of Warcraft y Fortnite, que están diseñados para que los jugadores trabajen en equipo (y de manera virtual) con otros niños ubicados en otros lugares como Arabia Saudí y Gran Bretaña. Todos ellos debían aprender a comunicarse porque luchaban contra un enemigo en común. Entonces debían interactuar muchísimo. Y para eso utilizaban el inglés como lengua franca. En cambio, las niñas jugaban The Sims, un videojuego orientado a una interacción entre el jugador y el computador y no con otras personas, entonces la interacción no es tanta ni tan significativa.
Entender esto entrega otra herramienta al servicio de la educación y reafirma la necesidad de un contacto directo con el idioma que se está aprendiendo. Incluso también habla de una cuestión identitaria con los videojuegos, pues hace que quienes lo juegan se esfuercen más al momento de comunicarse. El desafío está en que el Estado y las instituciones educativas (preescolar, básica, secundaria o superior) logren adaptar este tipo de recursos a las capacidades y necesidades propias.
¿Cómo aplicar herramientas de innovación para enseñar?
La tecnología se puede utilizar de una manera más accesible, pero el profesor debe entender la actividad y la intención de lo que quiere enseñar. Los videojuegos son solo un recurso, pero hay otros al servicio de los docentes y las instituciones de enseñanza de una segunda lengua.
Un ejemplo es lo que ofrece el chat, en el que los estudiantes participan de manera más democrática que en el salón, sin pena. La comunicación basada en chat es accesible, pero más lenta y depende también de cómo el instructor crea sus actividades.
No es lo mismo decirle a sus estudiantes “en la próxima hora se deben comunicar por chat”, que generar esa acción con un ejemplo basado en una situación real, que implique usar materiales, que tenga instrucciones y que invite a los estudiantes a trabajar por un proyecto en concreto, usando el chat. Se trata de cautivar el interés de los estudiantes y proponer la imaginación.
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Este será uno de los temas a tratar en la Cumbre Líderes por la Educación 2018, el evento más esperado del sector. Se llevará a cabo en Bogotá el próximo 19 y 20 de septiembre.
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