EDUCACIÓN

Las escuelas rurales que brillan con luz propia

El proyecto que busca llevar energía solar e internet a escuelas rurales de toda Latinoamérica fue galardonado esta semana en la cumbre WISE para la innovación en la educación en Doha. SEMANA habló allí con Paulo Speller, el secretario de la OIE, la organización gestora del programa Luces para aprender.

16 de noviembre de 2017
Aula de cómputo en Negua Colombia, 2013. Foto: Aulas para educar | Foto: luces para aprender

En un día caluroso a principios de mayo del 2012 una luz se prendió por primera vez en el Centro Educativo las Mercedes en la vereda Bocas del Purdú en Chocó. Allí donde ni la electricidad ni el internet llegaban con facilidad, estaba iniciando la implementación de un programa que permitiría que 189 escuelas del país se convirtieran en una luz para su comunidad.

Esa mañana, se instalaron los paneles solares que a su vez permitieron el funcionamiento de computadores en algunas de las aulas. Antes se había capacitado a los maestros para que pudieran implementar las nuevas tecnologías en sus clases y acompañar el proceso de aprendizaje que iniciarían sus estudiantes.

Actualmente en el país existen cerca de 4.000 escuelas rurales que no cuentan con los recursos básicos necesarios para llevar nuevas tecnologías al salón. El proyecto Luces para educar de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) pretende precisamente demostrarle a los gobiernos que no solo es posible llegar a estos terriotorios, sino que es sostenible.

Por supuesto llegar y sostenerse en áreas apartadas presenta un desafío, pero "las dificultades siempre se ven opcadas cuando vemos que las comunidades se adhieren con tanto entusiasmo al programa", afirma Paulo Speller, Secretario General de la OIE.  

"Todavía tenemos que avanzar mucho en el proyecto": Paulo Speller. Foto: SEMANA

"En estos lugares donde la escuela es el único lugar del pueblo que tiene luz e internet, las aulas se convierten en centros comunitarios y los maestros en líderes" explica Speller. Los alumnos son entonces el vínculo entre sus familias y las nuevas tecnologías. Y la escuela el punto de encuentro que permite que toda la comunidad sea parte del proceso educativo.

“Es curioso porque nos encontramos con alumnos y estudiantes que tienen smartphones, pero no tienen Wifi”, dice Speller, "llegamos a ellos y les ayudamos a incluir estas tecnologías en sus planes de estudio, a ir más allá de las redes sociales".

Colombia es el país que más escuelas tiene dentro del programa. Se une a una decena de paises latinoamericanos donde la organización trabaja en conjunto con entes guvernamentales y empresas privadas para implementar el programa. "Los resultados son muy favorables" resalta Speller, "las escuelas se han convertido en verdaderos centros de encuentro en las comunidades y los gobiernos han comenzado a ver que sí es posible". Actualmente más de 556 escuelas y 26.000 estudiantes se han beneficiado de este programa.

Luces para educar fue uno de los seis proyectos galardonados esta semana en la cumbre de innovación para la educación, WISE, en Catar. El premio es un reconocimiento a proyectos que incorporan soluciones creativas a los desafíos de la educación e incluye un incentivo económico para la continuación de las iniciativas.