EDUCACIÓN
La absurda razón por la que miles de niñas dejan la escuela en la India
Poco se habla de las dificultades que viven cientos de mujeres en el mundo por la menstruación. En el país asiático millones de ellas ni siquiera pueden estudiar porque les llega el periodo. ¿Por qué es tan grave esta problemática?
En la edición 41 de los premios Oscar que se entregaron este domingo, el corto “Period. End the sentence.” ganó la estatuilla a mejor cortometraje documental. El filme relata la experiencia de diferentes mujeres indias que luchan contra el estigma de la menstruación.
“No puedo creer que un filme sobre el periodo gane un Oscar”, dijo Rayka Zehtabchi, directora del documental, cuando recibió el galardón.
Y es que este es un tema del que poco se habla en todo el mundo. Un director anónimo de la Academia incluso dijo al Hollywood Reporter, días antes de la ceremonia, que, “aunque el documental está bien hecho, no creo que los miembros voten por él, porque es un tema un poco asqueroso para los hombres”.
A pesar de eso, es un tema muy relevante en muchas partes del mundo. En India cerca de 23 millones de niñas se retiran del colegio anualmente cuando empiezan la pubertad porque les llega el periodo. Eso es el 17% de toda la población escolar en bachillerato, que deja de estudiar por la única razón de ser mujer.
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¿Cómo es que un proceso natural aparta de la escuela a una considerable parte de la población femenina? ¿Por qué hace sentido que la Academia le haya entregado la estatuilla a un cortometraje que habla y pretende generar conciencia sobre este asunto?
Un tema tabú
Todo se origina en un tema cultural. Según un estudio de Dasra, una ONG que opera en la región, un sorprendente 70% de las mujeres indias con hijas adolescentes considera que la menstruación es “sucia”. Por eso, pocas hablan con sus hijas sobre el periodo. En 2012, solo el 38% de las niñas adolescentes había tenido esta conversación con sus familias, incluso después de que les llegara.
Esa falta de entendimiento se traduce en pobres prácticas de higiene menstrual. En las regiones apartadas de India, las mujeres no suelen usar toallas higiénicas, bien sea porque les da pena comprarlas o porque son muy caras para la población más pobre. 70% de las familias dice no poder comprarlas por falta de presupuesto.
Por otro lado, muchas mujeres del campo tienen una noción cultural que riñe con las buenas prácticas de higiene menstrual. “Se resisten a usar una toalla higiénica porque es difícil deshacerse de ella. Temen que caigan en las manos equivocadas y alguien pueda usar magia negra contra ellas”, señala Rani Bang en su libro “Poniendo a las mujeres primero: mujeres y salud en las comunidades rurales”.
En algunos Estados, como Tamil Nadu, hasta un 79% de las mujeres desconocen cualquier práctica de higiene menstrual. La cifra también es grave en Uttar Pradesh (66%), Rajasthan (56%) y Bengala Occidental (51%), señala una encuesta de Unicef.
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La costumbre en buena parte de las mujeres es usar productos caseros, como trapos o trozos de camisas, para manejar el periodo.
Eso puede llevar a problemas de salud, desde infecciones en el tracto urinario hasta cáncer . De hecho, en India se reportan cerca de 60.000 muertes por cáncer cervical al año -la tercera parte de todos los casos a nivel mundial-, y dos tercios de ellos se atribuyen a malas prácticas de higiene menstrual.
A eso se le suma una precaria infraestructura en las instituciones educativas, donde 40% de todas las escuelas oficiales carecen de una batería sanitaria y otro 40% tiene solo una unisex.
Como consecuencia, muchas jóvenes, prefieren cambiarse las toallas higiénicas (o las telas que improvisan) en su casa, aunque tengan que caminar varios kilómetros. No una, sino varias veces al día. O, sencillamente, abandonar la escuela.
Eso ha llevado a una fuerte disparidad de género. Según estadísticas de Global Vision International, entre 2006 y 2010 solo 26% de las niñas de India culminaron el ciclo de educación escolar, comparado con el 50% de los niños. En los últimos años, esa tendencia ha dado un giro drástico, y las proporciones de cobertura está casi a la par.
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Pero el alto número de niñas desertoras sigue siendo una preocupación mayor para el gobierno indio. En especial, si se suma a otros factores que todavía contribuyen a la deserción y al bajo rendimiento escolar de las mujeres, como el matrimonio temprano (una práctica cada vez más en desuso, pero todavía vigente en algunas familias) y una cultura machista en general.
Un problema mundial
Ahora, esta problemática no se restringe a India. En Nepal y Afganistán el problema es similar, y 30% de las estudiantes prefieren ausentarse de clases durante su periodo.
Así mismo, es muy diciente que un programa consistente en llevar baterías sanitarias a las escuelas rurales de Bangladés aumentó la participación un 11%
En África también existe este problema, especialmente por las dificultades económicas de acceso a métodos de higiene menstrual. En Kenia, Ghana y Uganda, cerca del 50% de las niñas no tienen acceso a toallas higiénicas.
Un estudio en Etiopía encontró que la mitad de las estudiantes perdían entre uno y cuatro días de escuela al mes por la menstruación. De hecho, un reporte de la Unesco sugiere que una de cada 10 jóvenes en África Subsahariana pierde clases cuando les llega el periodo.