EDUCACIÓN

“Los cursos abiertos le permiten a la gente explotar su potencial económico”

Adam Medros, presidente de EdX, la segunda plataforma de cursos en línea abiertos y masivos más grande del mundo, habló con Semana Educación. Este tipo de enseñanza viene creciendo en Colombia y el mundo, como vehículo para actualizar y mejorar las competencias laborales de las personas.

17 de febrero de 2019
Adam Medros es presidente y jefe de operaciones de EdX, la segunda plataforma de MOOC más grande del mundo. | Foto: Cortesía: EdX

Los Cursos En Línea Abiertos y Masivos (MOOC, por sus siglas en inglés) pasaron el año pasado la meta de 100 millones de usuarios en todo el mundo. Esta modalidad de estudio, donde una universidad de prestigio abre cursos gratuitos y virtuales para millones de personas, es cada día más popular.

Aunque eso no quiere decir que no hayan retos. Las grandes plataformas de MOOC, como EdX, Coursera o Udacity, han tenido que reinventarse para adaptarse a lo que les pide el mercado.

Ahora cobran por acreditaciones al final del curso y trabajan de la mano con grandes empresas como Microsoft o Google para diseñar cursos adaptados a las necesidades de talento humano de las compañías.

Con la nueva oferta de microcredenciales, donde un estudiante se acredita en un tema específico estudiando uno o varios MOOC encadenados, estas plataformas están teniendo una renovada incidencia en la forma de entender la educación a lo largo de la vida y la formación para el trabajo.

Semana Educación habló con Adam Medros, presidente y jefe de operaciones de EdX, sobre la actualidad y el futuro de los MOOC, que prometen revolucionar este tipo de aprendizaje.

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Semana Educación: Háblenos de EdX, ¿cuál es la misión de la organización?

Adam Medros: Somos una organización sin ánimo de lucro. Fue una iniciativa de Harvard y MIT, y nuestro objetivo es aumentar el acceso a la educación. Esa es una gran misión. Yo trabajé en la industria de viajes por 13 años y llegué a entender que hay dos pilares en cada cultura: uno es la comida y otro es la educación. A donde vayas, la gente se interesa por esos dos temas y aprendes mucho de una cultura y una persona viendo cómo piensan sobre estos.

En EdX tenemos 20 millones de estudiantes en todo el mundo, más de 2.000 cursos y trabajamos con 140 socios, la mayoría de los cuales son instituciones educativas. Aunque también trabajamos con empresas como Logyca o Microsoft. Creo que lo distintivo de estas organizaciones es que están enfocadas en la idea de educar a las personas para mejorar la economía, fortalecer sus carreras y evolucionar con el mercado laboral.

S.E.: No es fácil decir eso en el mundo educativo. Algunos se molestan cuando se habla de la educación como un vehículo para mejorar las ganancias...

A.M.: Cierto. Yo soy un capitalista (risas). Yo estoy de acuerdo con que la gente estudia para mejorar un factor de su vida, ya sean los ingresos o algo más. Creo que ahí es donde los MOOC encuentran su lugar.

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S.E.: Hubo un momento cuando los MOOC se desinflaron ante la opinión pública porque no cumplieron las altas expectativas que se tenían como medio para democratizar la educación. ¿Por qué?

A.M.: Yo no hacía parte de EdX cuando empezaron los cursos masivos, pero entiendo completamente por qué fueron tan revolucionarios. Tenían esa idea de abrir el acceso a la universidad. En los últimos 200 años, la educación superior ha girado en torno a una ubicación geográfica. Las universidades están organizadas físicamente para ello, son un lugar para juntar estudiantes y lograr esa magia que sucede cuando los pones en un mismo salón, para investigar y aprender en conjunto.

Luego aparece Internet y la gente se empieza a preguntar ¿por qué no podemos abrir al mundo todos estos beneficios que hay dentro de las universidades? Todo el mundo quisiera estar en una sociedad donde las personas tienen curiosidad de aprender siempre y quieren explorar nuevas ideas. Y, siendo franco, creo que lo que hace a un buen educador es tener esa curiosidad constante.

Pero esa es su profesión, en eso radica su valor agregado. Mientras que para otro profesional, un vendedor, un organizador o un programador, etc, el potencial económico radica en un tipo diferente de curiosidad. Claro, ellos pueden tener intereses en un área del conocimiento distinto a su campo laboral, pero cuando deciden en qué gastar su tiempo, lo harán aprendiendo temas que les sirva para su desarrollo profesional.

La promesa de los MOOC fue ese gran ideal de que el mundo entero se mantuviera curioso y aprendiera siempre. Yo estoy de acuerdo con ese sueño, pero creo que era un concepto adelantado a su tiempo. Y luego, cuando no se hizo realidad, el mundo se decepcionó un poco.

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S.E.: Pero ahora vuelve a hablarse con mucha esperanza de los cursos masivos y abiertos. ¿Cuál ha sido el éxito de esa transformación?

A.M.: Ahora vemos que los MOOC están siendo exitosos en cursos enfocados a mejorar el desempeño laboral. Los estudiantes más comprometidos son los que están tratando de cambiar algo sobre su carrera y mejorar su potencial económico. Eso se da especialemente en áreas como Ciencias Computacionales, Negocios, Liderazgo, Ciencias de Datos. A la gente le interesa ahora armar ese set de habilidades corporativas. Y, ojo, no son solo habilidades duras; son blandas también.

S.E.: Y a las empresas también les interesa formar el talento que no les está llegando...

A.M.: Las empresas están diciendo que los egresados de los programas de pregrado no tienen las competencias necesarias y que no van a esperar a que las universidades les enseñen esas cosas. Ellos están tomando esa responsabilidad. Y entre más pase eso, que los negocios construyan el capital humano que necesitan y lo hagan de la mano de grandes educadores, más rápidamente veremos un mercado para las microcredenciales.

S.E.: Pero, ¿por qué acudir a un MOOC y no a los cursos tradicionales de capacitación empresarial?

A.M.: Si miras el entrenamiento corporativo de los últimos dos años, la mayoría es muy aburrido y muy poco pertinente. Claro, tú tienes que enseñarle a tus empleados temas prácticos como usar Excel o competencias básicas de computación. Pero, más allá de eso, los negocios necesitan gente con habilidades básicas que les permita innovar. Uno no le puede enseñar a la gente a ser creativa, pero puede darle herramientas para ser innovadora. Por eso los departamentos de Recursos Humanos están volteando a mirar las clases universitarias, que son muy buenas enseñándole a la gente cómo pensar.

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S.E.: En Colombia, muchas universidades tienen MOOC. La Universidad Javeriana y el Rosario tienen cursos con EdX. ¿Cómo ve al país en producción de estos contenidos abiertos?

A.M.: Nosotros tenemos 400.000 estudiantes en Colombia, 18 instituciones educativas y 200 cursos en español. Colombia está, sin duda, adelantado. Dos universidades muy prominentes, eso es más que ningún otro país de habla hispana.

Otra cosa interesante que está sucediendo acá, tanto en Colombia como en otros países de América Latina, es que se está creando un contenido muy orientado al desarrollo profesional. En Estados Unidos tuvimos una primera ola donde los principales usuarios eran personas independientes, que querían mejorar sus competencias laborales. Pero en Latinoamérica lo que estamos viendo es que son las empresas las que están dando el paso adelante para liderar estos cambios y brindar cursos para sus empleados. Creo que esa es una evolución interesante.

S.E.: ¿Por qué?

A.M.: Acá el mercado está empezando unos años más tarde que el estadounidense. Creo que eso es algo bueno, porque ya ha pasado el bombo publicitario que tuvieron inicialmente los MOOC en Estados Unidos, y el mercado está mucho más consolidado y enfocado en una visión más pragmática de cómo generar resultados.

S.E.: ¿Y la gente sí está pagando por los certificados?

A.M.: Sí, la gente está pagando por acreditarse. Claro, muchos se presentan a los cursos llenos de intenciones y nunca terminan. Yo a veces digo que nosotros estamos compitiendo con el tiempo libre de las personas, con leer un libro o ver televisión o ir al cine o pasar tiempo con la familia. Eso es complicado.

En EdX para empresas, un buen número de estudiantes terminan el curso. Con los usuarios independientes se ve de todo, depende mucho de sus objetivos. Ahora, creo que una de las cosas importantes es que estamos viendo que los estudiantes se están concentrando mucho en cómo las credenciales redundan en un beneficio para ellos, bien sea una carrera o una promoción laboral o un ascenso.

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S.E.: Un tema del que se habla ahí es que a las generaciones mayores nadie les enseñó cómo consumir contenido digital para otros motivos más allá del entretenimiento. ¿Esto sigue pasando con las nuevas generaciones?

A.M.: Los estudiantes cada vez tienen una expectativa mayor de ¿por qué tengo que pasar 20 minutos metido en el tráfico para ir a la universidad, sentarme allá y escuchar una clase magistral?, ¿por qué no puedo escuchar la lección en mi casa?, ¿por qué no puedo trabajar en un proyecto colaborativo online?

Creo que en un futuro cercano los estudiantes aprenderán en el momento que lo necesitan, no en este cronograma estricto que ha existido siempre. Y, gracias a eso, muchas personas que no tienen tiempo para ir a la universidad podrán estudiar, porque la educación se adaptará a sus horarios y no lo contrario.