EDUCACIÓN
Los colombianos ‘anónimos’ que también están en la misión de la Nasa que llegó a Marte
La científica Adriana Reyes y el ingeniero Jorge Moreno cumplieron roles vitales en la construcción del rover Perseverance que llegó hace unos días a Marte y en los análisis que se están haciendo para saber si hay vida en Marte.
En días pasados, Diana Trujillo, la ingeniera aeroespacial caleña que trabaja en la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (Nasa), se convirtió en la personalidad más buscada por los cibernautas de Colombia. Así lo indicaron los reportes de Google Trends el pasado 18 de febrero, día en que la misión Perseverance llegó a Marte.
Trujillo transmitió en vivo el aterrizaje del vehículo de exploración Perseverance al planeta rojo, uno de los acontecimientos más relevantes para la agencia espacial estadounidense, pues su objetivo será reunir muestras rocosas en la superficie marciana que permitan determinar si hace millones de años hubo vida en dicho planeta.
Si bien la ingeniera aeroespacial ha llamado la atención de todos los colombianos por ser la líder de actividad del Sistema de Muestreo de Superficie en la misión Perseverance, hay más manos colombianas detrás de la misión de la Nasa.
Se trata de la física Adriana Reyes, y el ingeniero mecánico Jorge Alejandro Moreno, quienes mediante sus laboratorios fueron contratados por la agencia especial para colaborar en la construcción del rover que recorre en estos momentos la superficie de Marte.
Lo más leído
Reyes, bogotana que lleva más de la mitad de su vida viviendo en Estados Unidos, estudió una maestría en física en Wisconsin, a lo largo de los años trabajó en compañías especializadas en láseres, experiencia que la llevó al Laboratorio Nacional de Los Alamos, lugar en el que comenzó a colaborar con la Nasa y sus proyectos en Marte.
Desde hace cuatro años, Reyes es quien maneja la Chemcam, cámara del primer vehículo de la Nasa que llegó a Marte, “se han recogido más de un millón de espectros y nosotros los analizamos para aprender más de la composición e historia de creación del planeta. Por ejemplo gracias a esto ya se comprobó que en Marte hubo agua”.
Gracias a ese conocimiento con la cámara y el láser, a Reyes y a su equipo de trabajo en el Laboratorio Nacional de Los Alamos les encomendaron la elaboración de la cámara y láser para la nueva misión, la cual se llama SuperCam. “Estuvimos encargados sobre todo de la ingeniería, ensamblar armar y probar la cámara, hacer pruebas ambientales y calibrarlo”, dice la científica, quien cuenta que su esposo, Raymond Newell, también participó como líder del proyecto.
La experta, quien en Colombia estudió en el Colegio Rochester todo el bachillerato, explica que la cámara tiene un láser capaz de enfocar una piedra o muestra, pulverizar parte de esa y, gracias a las imágenes de alta resolución, mostrar el plasma que es lo que permite describir los elementos que forman esa muestra.
Adriana Reyes envió un mensaje a todas las niñas y niños que sueñan con un día trabajar en el espacio, “antes uno pensaba que tenía que estudiar ciencias, pero hoy por hoy las agencias espaciales requieren de todo tipo de profesionales: biólogos, ingenieros... El consejo es que sin importar lo que estudien, hagan algo que los inspire porque así trabajarán apasionadamente y lograrán llegar lejos, como al espacio si es lo que quieren”.
Por su parte, Montoya, ingeniero mecánico egresado de la Universidad Industrial de Santander (UIS), desde hace tres años trabaja como líder de equipo en el Jet Propulsion Laboratory (JPL), un centro de investigación y desarrollo financiado con fondos federales y administrado por Caltech para la Nasa.
“Lo vivido el 18 de febrero fue muy excitante porque teníamos encima los ojos del mundo. Hubo gran inversión humana, económica y de tiempo para este avance científico y todo eso se iba a resumir en los siete minutos que duraba el aterrizaje del robot en Marte. Para nosotros fue como ganar un Mundial de Fútbol, un momento de gran alegría porque teníamos miedo que alguien dijera que se había estrellado. Afortunadamente todo fue un éxito y ahora seguiremos en el trabajo de buscar vida en Marte”, explicó Moreno.
Su pasión por los aviones y todo lo relacionado con el tema aeroespacial generó que en el año 2000 se fuera a vivir en Estados Unidos para continuar su crecimiento personal y profesional.
Después de llegar a Estados Unidos y trabajar por unos años en distintas empresas, en 2005 creó su propia compañía llamada M&M Engineering y tiempo después fue contactado por la Nasa para trabajar como contratista en proyectos puntuales.
Gracias a su destacada labor, hace tres años fue nuevamente llamado, pero esta vez ya para ser trabajador directo de la agencia estadounidense.
“El rover se lanzó el 30 de julio de 2020 al espacio y el objetivo es que recolecte muestras útiles que nos permitan seguir analizando la posibilidad de vida en ese planeta. El dispositivo está equipado con tubos para que él mismo las recoja y desde ahora ya estamos analizando cómo haremos para traerlas a la Tierra. También se caracterizará la geología y el clima de Marte para ir planeando la futura exploración humana”, explicó el ingeniero
Finalmente, el ingeniero mecánico recomendó a los estudiantes seguir motivados en el estudio y en la preparación para llegar lejos. Reconoce que no es fácil llegar a trabajar en la Nasa, pero que los proyectos están en marcha y se necesitan personas apasionadas en el tema. “ No hay que perder la motivación y hay que seguir preparándose, por eso hay que aprovechar las enseñanzas que se dan en la universidad”, aconsejó.