CURIOSIDAD
Las tres noticias curiosas sobre educación de la semana
Recopilamos las informaciones más sorprendentes y anecdóticas de estos últimos siete días protagonizadas por padres, profesores y la comunidad educativa.
Estimado Ratoncito Pérez
Ignacio tiene seis años y perdió uno de sus dientes de leche en la institución educativa a la que asiste, la Escuela Cristóbal Colón de Rosario (Argentina).
Desconsolado por esta gran pérdida, acudió a la vicerrectora del centro, María Beatriz Jouve, para trasladarle su preocupación: sin el diente, ¿cómo iba a recibir dinero por él de parte del Ratoncito Pérez?
La profesora, entonces, brindó al niño la mejor de las soluciones. Haciendo gala de una gran creatividad y empatía hacia el menor, remitió al Sr. Pérez una carta, firmada y certificada con el sello de la institución, justificando la pérdida del diente.
“Dejo constancia que el niño Ignacio Gabrielli ha perdido su diente en esta institución educativa. El mismo estaba muy flojo, por lo que probablemente se ha caído entre las baldosas del patio. Se extiende el presente certificado para ser entregado al Ratón Pérez. Aprovecho la ocasión para manifestar que el niño Ignacio es un buen niño y nunca dice mentiras".
Fue la madre del niño la que publicó esta entrañable misiva en las redes sociales. Pero fue gracias al escritor y periodista argentino Miguel Ángel Mortelli, quien la compartió en su perfil de Facebook, que se hizo viral. Hasta el momento se ha compartido cerca de 30.000 veces y suma 38.493 Likes.
¡Ah! La carta, efectivamente, llegó a su destinatario e Ignacio recibió 400 pesos argentinos (83.200 pesos colombianos) por su diente de leche.
La profesora la aprobó sin saberse la materia
“Esta semana me citaron para evaluar a una estudiante que debía una materia que la habilitaría, en caso de aprobarla, a pasar de año. El director me anticipó que el nivel académico no era bueno pero que era una alumna que se esforzaba mucho para estar en la escuela”.
Así empieza la historia de Lucía Gorricho, una profesora de Geografía argentina que su blog personal para relatar una situación que la tocó vivir en el ejercicio de su labor de docente y que puso en evidencia la precariedad del sistema educativo de Argentina y la vulnerabilidad de muchos de sus estudiantes.
Gorricho se refiere a una estudiante de 14 años, de nacionalidad boliviana y residente en el país gaucho, con padres trabajadores en una plantación de fresas de Sierra de los Padres, cerca de Mar del Plata (Argentina), que no tenía conocimiento alguno sobre la asignatura por la que debía ser evaluada.
“Como no fue estudiante mía, decidí preguntarle a ella los temas que habían visto en geografía el año anterior; pero no se acordaba ninguno. Con voz muy bajita, me dijo que no había podido estudiar porque no tenía libro ni carpeta. Entonces le dije que yo tenía toda la voluntad de aprobarla pero que era fundamental que escribiera algo que justificara la nota”, relata la profesora.
Entonces, Gorricho optó por redefinir el examen para la menor y evaluarla de acuerdo a sus respuestas en dos cuestiones. La primera, describir una actividad económica; la segunda, mencionar los aspectos más importantes de algún país latinoamericano.
"La aprobé. La abracé cuando se fue. Le pedí permiso para compartir su texto en internet. Hacía tiempo que no corregía una evaluación con tanto entusiasmo. Todo el relato de esta nena de 14 años aportó sin duda, a mi formación como geógrafa y como docente. Comparto el desarrollo de la evaluación porque creo que no pueden quedar estos contenidos solo en mí", prosigue el relato de la docente.
Estas son las respuestas de la menor que Lucía Gorricho compartió en su blog personal:
1) En la frutilla trabajan aproximadamente 200 personas que cosechan la fruta, limpian el campo, sacan las hojas, sacan la maleza, tienen que carpir. Ahora pagan más que antes aún mejor, pagan todo lo que hacen si carpean, limpian la cunita, etc. Algunos niños trabajan ahí aproximadamente de la edad de 13 años para arriba y algunas embarazadas también pero no hacen tanto esfuerzo o si no, no trabajan. Eso depende de ellas. A veces lo hacen para ayudar a sus maridos. Algunos de ahí, bueno casi todos, son juntados.
Casi todos los bolivianos trabajan en el campo y siempre llegan cansados y que no le toman importancia a los hijos que nunca le preguntan nada qué cómo estás o algún problema en la escuela.
Las frutillas se cosecha en cunitas en un carrito y un balde. El balde es para descartable y la cunita es para armar caja. Eso se llama embalada. A mí me gusta embalar y armar cajas y claro a la frutilla se le pone esa cosa rara en las plantas. Las riegan con un tubo que está debajo del plástico. Lo ponen los tractores.
Las cajas con frutilla y las cunitas con frutilla descartable se lo lleva un tractor que viene a las 12:15 o cerca aproximadamente y a la tarde también.
Los bolivianos pueden soportar más el campo que los argentinos porque los bolivianos tienen el trabajo más pesado y los argentinos están en las oficinas o ¿será porque ellos si pudieron estudiar? Yo pregunto en mi casa porque no estudia,n porque no hay tiempo es la misma respuesta que me dan todos los días.
Ya que la frutilla es una empresa a nosotros nos dan techo, agua potable, luz menos gas. Pero claro a veces nos quitan un poco de plata para ayudar en las pagas. Para que los padres se vayan tranquilos a trabajar hay una guardería que los cuidan. Ahí les dan desayuno, comida y merienda y hay reuniones para levantar la basura. Porque además de levantar la basura de su casa, tienen que levantar la basura del patio o del suelo del baño y sino están presentes, tienen que pagar 5 pesos por cada día que falten.
También hay donaciones que mandan o traen en camiones y se le dejan a una señora que se llama Graciela y parece que ella se queda con las ropas de las cosas bonitas que llegan y lo descartable lo dejan en una carretilla para que la gente lo use.
2) Bolivia me encanta porque la primera vez que fui me encantó. Cuando es de noche todas las luces se encienden de todos colores y yo escucho tambores y cosas así como una banda porque mi casa está en una montaña. Me acuerdo cuando fui a la cancha. La cancha es una cosa que llega casi a la terminal. Hay tiendas de comida, ropa, bebidas y cosas de mercadería. A mí me gustó donde venden caña de azúcar.
En Bolivia hay montañas chicas y en la escuela les dan uniformes. Sabía que en el jardín de niños estudian las líneas, los cuadrados, triángulos y números?
La gente del campo vive en casas de barro y paja y lo único que comen es chuño y mate y cuando es cumpleaños de alguien de la familia comen seco que significa arroz con papa y ensalada y carne seca y queso de vaca y de desayuno arroz con leche y buñuelo. Todo eso lo cocinan en una clase de horno a la parrilla y yo me sé el nombre pero no sé cómo se escribe.
La gente, más bien las mujeres, tienen que ir con ropa lavada desde su casa hasta que llegan a un río caminando y la ropa la llevan en un aguayo en la espalda. Más o menos lo que tienen que caminar es desde aquí hasta Sulema para enjuagar la ropa.
Alguna vez comió tostado? Se hace con habas. Las hacés secar al sol hasta que estén más secas. Después tenés que poner en una olla sal y después poner las habas secas y tostarlas hasta que revienten. Mi abuela las hacía. Sabe que mi abuela tiene ochentaialgo y fue al doctor y le dijo que estaba muy fuerte ella. Vive en el campo y solamente dos veces la vi.
Una mamá muy recursiva
¿Cuál es el peor escenario posible para un padre en el cumpleaños de su hijo? Que ninguno de sus amigos o compañeros de escuela acuda a la fiesta.
Eso es lo que le pasó a la australiana Rachelle Briannan en el cuarto aniversario de su hijo Taenon: ninguno de los 12 invitados acudió al restaurante en Melbourne (Australia) donde se iba a celebrar.
Briannan, desesperada, compartió su frustración en el grupo de Facebook ‘Midnight Mums’, madres de medianoche en español, del que es miembro.
“Estoy sentada en mi habitación llorando en silencio. Estaban invitados a la fiesta de mi hijo 12 niños, y una hora antes todos ellos cancelaron la asistencia o directamente no responden a mis mensajes. Mi hijo acaba de cumplir cuatro y ya es consciente de lo que significa una fiesta con amigos. Mi corazón está literalmente roto. Estoy tan dolida y enojada. ¿Qué puedo hacer para solucionar esto? De verdad. Le he hecho un ponqué de superhéroe y no va a haber nadie para cantarle el cumpleaños”, se lamentó.
La mamá no se esperaba la respuesta que tuvo su conmovedor mensaje: 30 niños se presentaron en el restaurante, con sus respectivos padres, para celebrarle el día a Taenon. 30 niños desconocidos que le brindaron el mejor cumpleaños posible, según relató Briannan en las redes sociales días después: “Taenon vivió uno de los mejores días de su vida”.