OPINIÓN

¿Más historia narrada por la élite?

La propuesta de la senadora Vivian Morales de hacer que la clase de historia vuelva a dictarse de forma separada de Sociales en los colegios, parece buena, pero entraña enormes riesgos.

*Mario Fernando Hurtado
14 de junio de 2016
| Foto: Semana Educación

Hace dos semanas se radicó el proyecto de Ley que pretende modificar la ley 1125 de 1994 que planteó la integración de Historia, Geografía y Democracia en la clase de Ciencias Sociales. Inicialmente es una buena idea, porque acaba con un absurdo que es pretender mezclar tres áreas que son diferentes y con las que se pueden establecer relaciones o ejes conductores pero no apelmazar como se venía haciendo.  Esto último desencadenó que, en la actualidad, los jóvenes se gradúen sin saber elementos básicos de la historia o de la geografía.

Sin embargo, el proyecto que propone la senadora Vivian Morales está repleto de incongruencias. Para comenzar, la propuesta es enseñar historia de Colombia, inculcar el amor a la patria y demás.  En otras palabras, volver a la historia descriptiva y patriotera que se venía enseñando. ‘Cómo se enseña Historia en las aulas de Colombia: los simbolismos y los héroes‘

Nada dice la norma sobre cómo enseñar historia y sobre todo a algo más complejo: ¿cómo se van a formar a los profesores que van a dictar la materia?. 

La historia que se enseñó en el pasado en la escuela, era descriptiva, enaltecedora de los valores nacionales, contada por la burguesía, ajena a las realidades sociales, que desconoció los derechos de los afros, de los indígenas, de las mujeres y de las minorías. ¿Esa es la historia que vuelve? ¿O se está planteando un currículo para definir cuáles son los elementos básicos que debe conocer un estudiante sobre historia? Empezando, además, por explicar qué no existe una historia oficial, sino que existen diversas fuentes y, sobre todo, que la historia se construye desde una mirada crítica, donde se deben incluir todos los actores de la sociedad.

Es de valorar el interés por recuperar la enseñanza de la Historia, sin duda. Las nuevas generaciones requieren estar mejor preparadas sobre lo que ocurrió en Colombia, en la  región y en el mundo, además de conocer las causas y los efectos de diversos procesos que ocurren hoy. Pero se debe pensar más allá de una mirada conversadora.

Una clase de Historia debe involucrar la mirada de las minorías, revisar los problemas de la tierra, las injusticias sociales, el autoritarismo, el papel de los indígenas y los afros, de la mujer y las minorías. No podemos repetir el pasado, cuando se generó una historia contada desde la versión de las élites y desconociendo los demás actores de la sociedad.

Por otra parte, ¿qué pasará con la Geografía? La reivindicación de la historia debe ir acompañada de la geografía y de la política. Pensar en un currículo nacional es una prioridad y sobre todo que quienes trabajen en ello conozcan de educación y socialicen lo que se está avanzando.

Las humanidades deben volver al aula, pero no con sentido patriotero. Deben ser pensadas para construir una sociedad tolerante, consciente de sus responsabilidades, de sus derechos, de su entorno y de su pasado. Todo ello con el objetivo final de enfrentar los tiempos futuros con responsabilidad y conocimiento; “para cometer los errores del pasado”.

*Editor jefe de Semana Educación. @hurtadobeltran