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"Macías fue muy despectivo con mis argumentos": Jennifer Pedraza

La líder estudiantil habla sobre el episodio que vivió con el presidente del Senado. Explica las razones para convocar la marcha y cuenta cómo se convirtió en vocera, después de ver caer el techo de la universidad por falta de mantenimiento.

10 de octubre de 2018
"Marchamos es en contra del ánimo de lucro de muchas universidades privadas, reclaman que lo que invierten sea en educación y no termine en los bolsillos de unos pocos", líder estudiantil.

SEMANA: La intervención suya en el Congreso el martes por la noche se convirtió en tendencia por cuenta de la forma como la interrumpió el presidente del Congreso Ernesto Macías.  ¿Qué le quedó por fuera de lo que quería decir?

Jennifer Pedraza: Lo que yo estaba hablando es sobre el tema de que a las universidades públicas se les han congelado los recursos desde hace 25 años. Hablamos de un cuarto de siglo, y mientras tanto las universidades públicas han aumentado su cobertura en un 284 por ciento. Esto hace que la tasa que el gobierno nos daba antes por estudiante fuera de 10,7 millones de pesos, en 1993, pero en 2016 la tasa por estudiante era de 4,7 millones de pesos. Hay un claro descenso de la financiación de las universidades públicas y lo ponemos en términos per cápita. Entonces esto lo que ha hecho es que las universidades públicas acumulen un déficit de funcionamiento de 3,2 billones de pesos.

"La tasa que el gobierno nos daba antes por estudiante era de 10,7 millones de pesos, en 1993, pero en 2016 la tasa por estudiante fue de 4,7 millones de pesos".

SEMANA: ¿Y eso qué implica?

J.P.: Que las universidades hoy no tienen con qué pagar docentes o servicios públicos. Por eso es que hasta los rectores se han unido a esta movilización, pues estamos peleando por la subsistencia de las universidades públicas, por su rescate. Esa es nuestra bandera de movilización. Le pedimos al gobierno que nos de 3,2 billones de pesos que es el déficit de funcionamiento.

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SEMANA: ¿Cuánto tiempo duró su intervención en el Senado?

J.P.: Duró como 30 segundos. Eso está grabado. No fue más.

SEMANA: ¿Cómo fue esa intervención? ¿Qué pasó después de que Macías cortó el micrófono?

J.P.: Gracias a unos senadores se hizo una proposición para que nos permitieran hablar en el Senado. Esperamos cuatro horas para poder intervenir porque obviamente uno entiende que la agenda del Congreso es muy densa y entonces tuvimos un espacio para exponer nuestro punto de vista. Subimos Alejandro y yo, él es mi compañero de representación, pero Macías de un momento a otro dijo que solamente iba a intervenir él: mi compañero Alejandro. Y a pesar de que habíamos pedido hablar ambos. Alejandro recortó su intervención para permitir que yo lo hiciera, pero esto fue un veto, desde el principio, a que yo participara.

SEMANA: ¿Qué vino después?

J.P.: Después que mi compañero termina, yo empiezo a hablar. Duro con la palabra, lo que aparece en el video, que fueron como 30 segundos, Macías me interrumpe, yo pido que por favor me regalen un poco más de tiempo para poder terminar. Eso no se escucha en el video porque me apagaron el micrófono, obviamente, pero yo pido ese tiempo. Varios senadores defienden que yo pueda terminar de hablar y es cuando él dice "es que esto no es un cabildo abierto", por supuesto que no lo era. Después de eso él dice "termine niña, tiene 30 segundos". Es muy difícil porque en la forma en que él lo plantea fue muy despectivo con los argumentos que yo estaba exponiendo en el Congreso de la República. Cuando termino, Macías le da cuatro minutos y medio al senador Álvaro Uribe para que intervenga. Lo que vemos más grave es que no es solo la actitud de Macías sino que también la actitud del gobierno nacional de Duque de no sentarse a hablar y no escuchar a los estudiantes, profesores y rectores de las universidades.

"Esto empezó por los profesores universitarios. Ellos hablaron de la situación crítica, empezaron a organizar a diferentes sectores que hacemos parte del movimiento estudiantil"

SEMANA: ¿Cómo se convirtió usted en líder estudiantil?

J.P.: Todo empezó porque yo estudié primero Ciencia Política en la Nacional, luego me cambié a Economía. En la primera carrera recuerdo que se cayó el techo de la facultad, fue ese famoso video, en época de lluvias, y el techo de la facultad de derecho se fue al piso, yo estaba en ese salón. Literal se me cayó la universidad encima, eso me puso a pensar en qué está haciendo uno por su casa de estudios, en mi caso de no haber sido por la Nacional muy probablemente nunca hubiera podido acceder a la educación superior. Uno dice, bueno, hay que hacer algo para salvarla, para defenderla. Cuando estaba en el colegio yo salí en 2011 a marchar y eso me ha llevado a moverme por esta universidad. Porque se la quiero entregar mucho mejor a las siguientes generaciones.

SEMANA: ¿Cómo está el estado de la infraestructura en la Universidad Nacional?

J.P.: Uno de los puntos importantes: el 72 por ciento de la estructura están en estado de vulnerabilidad, eso está cuantificado en el déficit de inversión. Eso implica que cada vez que llueve o tiembla nosotros lo primero que pensamos ojalá no se vaya a caer ningún edificio.  La Academia Superior de Artes de Bogotá de la Universidad Distrital también está así. La facultad de Artes del Atlántico. Esto es un panorama nacional desalentador.

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SEMANA: ¿Cómo entienden el papel de las universidades públicas para la marcha?

J.P.: Las universidades privadas participan por dos puntos centrales: el primero es por el tema de los créditos educativos del Icetex que han reportado muchas veces que son intereses demasiado altos, que embargan a familias pobres. Hay 50.000 endeudados que no tienen con qué pagar sus créditos y hoy marchan para exigir que la tasa de los créditos sea 0. Lo segundo es en contra del ánimo de lucro de muchas universidades privadas, reclaman que lo que invierten sea en educación y no termine en los bolsillos de unos pocos.

SEMANA: En redes muchos publican que la marcha se está volviendo más política y gira hacia otras aristas diferentes a la educación ¿qué piensa de eso?

J.P.: Primero, hemos dicho que la movilización tiene que ser pacífica. Pero también quiero decir que esto sí es una pelea en contra de las exigencias del gobierno de Duque. No porque creamos que sea una mala persona, sino por sus declaraciones y su negativa a aumentar el presupuesto de las universidades públicas. Y esto tiene nombre propio en el sentido de que es el presupuesto general de la Nación que se aprueba para 2019. La naturaleza misma de la lucha por la educación pública es una cuestión política. Porque tiene mucho que ver con las prioridades del país. Hay muchos sectores que están participando, los estudiantes de a pie, los profesores y hasta la rectora de la Universidad Nacional están en la movilización.

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SEMANA: Usted ha dicho que tiene cercanías y diferencias con la rectora ¿Cómo ha sido ese cambio con una mujer que aporta un punto de vista que antes no tenía la Nacional?

J.P.: Nosotros tenemos diferencias pero en este momento hay que reconocer que las rectorías se hayan puesto del lado de esta exigencia y en esa medida, no me interesa abordar nuestras diferencias sino la necesidad de unificarnos por la exigencia de presupuesto.

SEMANA: ¿Y la idea de la marcha y las propuestas cómo fue naciendo en la universidad?

J.P.: Esto empezó por los profesores universitarios. Ellos hablaron de la situación crítica, empezaron a organizar a diferentes sectores que hacemos parte del movimiento estudiantil, los rectores con sus intervenciones también han ayudado. Empezamos con asambleas de 100 personas, ahora tenemos asambleas de 4.000 y así vamos sumando voluntades para defender la educación pública como un derecho.