EDUCACIÓN
¿Es conveniente dejar que todos pasen el año escolar por el coronavirus?
Italia y España decidieron que todos sus estudiantes pasarán al siguiente grado aunque tengan asignaturas pendientes. ¿Debe copiarse la medida?
En estos momentos, alrededor del 90 por ciento de la población estudiantil en todo el mundo, unas mil millones de personas, está afectada por el cierre de las escuelas, según datos de la Unesco.
Esta situación ha llevado a los sistemas educativos a una situación inédita, dar continuidad al programa escolar, tradicionalmente basado en la educación presencial, en medio del aislamiento obligatorio decretado en diferentes países.
Sin duda esto ha sido un reto para los colegios, más teniendo en cuenta que el contexto de cada estudiante es distinto, y sin importar el país, aún son marcadas las brechas en materia de conectividad y acceso a tecnología.
La paralización de las clases presenciales ha llevado a las autoridades de los países más afectados, como Italia y España, a tomar decisiones como lo del aprobado general de todos los estudiantes.
Teniendo en cuenta las dificultades que han manifestado muchas familias para dar continuidad a las actividades académicas en Colombia, desde algunos sectores se pregunta si el gobierno colombiano debería seguir el mismo camino. Sin embargo, hay varios aspectos que se deben tener en cuenta y que diferencian nuestra situación de la de esos países.
Italia fue el primer país en decidir que los estudiantes pasaran de grado debido a la pandemia, sin importar si tienen pendientes asignaturas, dado que en septiembre determinarán la forma en que las recuperarán.
Aunque en España el panorama no es muy distinto al italiano, dado que se acordó que todos los estudiantes pasen el año, “salvo casos muy excepcionales”, allí sí se presentó bastante controversia por la decisión, empezando por la propia ministra de Educación, Isabel Celaá.
Si bien inicialmente se había hablado del aprobado general de estudiantes, la funcionaria aclaró que los estudiantes no aprobarán automáticamente, sino que serán evaluados. "Lo que se pretende es que la repetición de curso sea inferior a otros años por las circunstancias dolorosas que se están viviendo”, explicó.
Por lo tanto, serán los docentes los que decidan qué alumnos tienen que repetir curso y, para ello, se tendrán en cuenta las carencias y problemas que han presentado los jóvenes durante la cuarentena. Sin embargo, no hay consenso sobre esto. Madrid, Murcia y País Vasco anunciaron su desacuerdo con la medida, argumentando que se debe fijar un mínimo de asignaturas aprobadas para que un alumno sea promovido.
¿Medida replicable?
La idea de hacer esto en el país no es descabellada, más si se tiene en cuenta que el 96 por ciento de los municipios no estaban preparados para adoptar la educación virtual, según un estudio del Laboratorio de Economía de la Universidad Javeriana. De hecho, muchos niños y niñas no han podido acceder al material pedagógico.
Aunque desde el Ministerio de Educación y los entes territoriales han buscado alternativas para las limitantes de conectividad, incluyendo guías físicas o estrategias educativas complementarias en radio y televisión, es evidente que no es posible hacer el desarrollo normal de las clases, tal y como en una clase presencial con el profesor, ya que este escenario fue inesperado.
En Colombia, la tasa de reprobación en los colegios oficiales es de 5.58 por ciento, lo que significa que 421 mil estudiantes pierden el año. Si se adoptara la medida de estos países europeos, todos ellos pasarían al siguiente grado.
Varios profesores y rectores consultados por SEMANA coincidieron en que aprobar a todos los estudiantes debido a las dificultades generadas por el nuevo coronavirus tendría serias repercusiones en la calidad de la educación, lo que terminaría afectando el rendimiento de los estudiantes en las pruebas internacionales.
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A quienes se oponen a la promoción para todos les precupa más el aspecto de la calidad.
Esto sería preocupante, dado que en los más recientes resultados de las pruebas Pisa, que se realizan cada tres años, Colombia desmejoró tanto en ciencia como en lectura, con lo que desmejoró respecto a las evaluaciones de 2015 y fue el país de la Ocde con los resultados más bajos.
Explican que tomar esta decisión tendría repercusiones peores que las vistas cuando en el 2002 entró en vigencia el decreto 230, el cual estipula que los colegios deben garantizar que al menos el 95% de los estudiantes de cada curso apruebe su grado.
“En ese momento se notó mucho como desmejoraron la calidad. Pasaban muchachos que debería repetir el año, en un curso de 35 estudiantes, así debieran perder siete el año, máximo se podían quedar dos”, señala una rectora de un colegio oficial de Bogotá.
Esta preocupación no es exclusiva de los docentes colombianos. Una investigación de la Universidad de Granada que recogió la opinión de más de 3.000 profesores sobre cuál es la mejor opción de evaluación en medio de la crisis sanitaria por la covid-19, señala que la mayoría de ellos rechaza que se determine un aprobado general de los estudiantes. Apenas un 12 por ciento está de acuerdo con esa media.
“Los datos nos dicen que los profesores rechazan la promoción automática porque valoran la cultura del esfuerzo, del mérito y de la justicia”, explica Fernando Trujillo, profesor de Educación de la Universidad de Granada y coautor del estudio Escenarios de evaluación en el contexto de la pandemia por covid-19: la opinión del profesorado.
La decisión puede esperar
No obstante, Colombia todavía está lejos de llegar al extremo de aprobar o promover a todos los estudiantes, dado que, tanto en España como en Italia, ya habían cursado al menos el 70 por ciento del año escolar, porque inician el año educativo en septiembre y culminan en junio, y las clases presenciales se suspendieron la primera semana de marzo. En cambio, en Colombia la mayoría de los 10 millones de estudiantes de colegio son calendario A y solo llevan un 25 por ciento de avance, ya que empezaron clases la última semana de enero.
A la fecha, y a la espera de cómo evolucione la propagación del virus en el territorio nacional, el Ministerio de Educación resolvió que las clases en casa se desarrollarán por lo menos hasta el 31 de mayo, por lo que las autoridades del sector aún tienen margen de tiempo antes de contemplar que todos los estudiantes pasen el año.
Para la secretaria de Educación de Bogotá, Edna Bonilla, es evidente que debido a la cuarentena por el coronavirus la calidad y la evaluación en el proceso educativo se verán afectados. Por eso, considera que la clave será que, en cuando se regrese a clases presenciales, no se retome el calendario escolar como si no hubiera pasado nada. "Tendremos que hacer un balance para que reforcemos algunos temas y no repitamos contenidos que ya se han visto en casa con el modelo de tutoría”, dice.
Aunque desde ya trabajan en una estrategia para cuando llegue ese momento, para la funcionaria un aspecto más preocupante y urgente es la deserción escolar que pueda generar la cuarentena. Dice que si con la educación tradicional y las facilidades que ofrece el Gobierno en materia de acceso es difícil que muchos jóvenes que viven en contextos vulnerables permanezcan en las aulas, con la educación en casa esto parece una tarea casi imposible.