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Practicante: esto es lo que tiene que saber al vincularse a una empresa
Es una de las figuras de las que más hacen uso las compañías. Pero, atento, el trabajo que desempeñan también está regulado, aunque mucho de ellos no lo sepan.
Un gran número de empresas en el país no puede prescindir de la valiosa ayuda y aporte que hacen los practicantes. Así como ellos tampoco pueden omitir esta época como parte de su formación profesional. Para reconocer a un practicante no se necesita mucho esfuerzo. Son los ‘toderos‘ que resuelven los ‘chicharrones‘: desde hacer un informe de gestión hasta llevar los tintos para sus compañeros. Y, aunque su salario sea mínimo o inexistente en algunos casos, se lo juegan todo para que al final de su periodo de prácticas los contraten.
Pero más allá de lo anecdótico, la experiencia de la práctica, que comienza con la odisea por conseguirla, es para muchos la plataforma al éxito en el mundo laboral, pero para otros puede ser un duro choque.
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Según cifras del Ministerio de Trabajo, en junio de 2016 había en Colombia 318.000 estudiantes realizando sus prácticas profesionales en Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga y Barranquilla. De esta cifra, aproximadamente 188.000 eran pasantes y 99.000 se encontraban en etapa de práctica.
En el país existen tres tipos de vinculación laboral para los practicantes. Estas se pueden hacer a través de un contrato de aprendizaje, contrato de pasantía o por medio de los convenios entre empresas y universidades
El primero se rige por la Ley 789 de 2002 y es según el Ministerio de Trabajo “una forma especial del derecho laboral que busca facilitar el desarrollo de los aprendizajes adquiridos durante la etapa de formación teórica de aprendices y estudiantes universitarios a cambio de que una empresa patrocinadora proporcione los medios para adquirir formación profesional, metódica y completa en el oficio o actividad”.
En cambio, la pasantía no es una vinculación laboral regulada por el Código Sustantivo del Trabajo. El joven participa en la empresa como un estudiante, no como un trabajador. Estas prácticas estudiantiles actúan como una materia más dentro del currículo del programa universitario o técnico.
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Los convenios, por su parte, consisten en alianzas entre las instituciones educativas y las empresas, pero también se rigen bajo las reglas que dicta el contrato de aprendizaje. En esta sinergia, la institución de formación moldea al estudiante para adaptarlo a las necesidades del mercado laboral y este hace una retroalimentación de las competencias que requiere en sus trabajadores.
Por otro lado, si usted ya fue contratado tenga en cuenta que se ha vuelto costumbre para algunas empresas no pagar salarios a sus empleados durante el periodo de inducción, ya que consideran que no es justo pagarle a alguien mientras se le está enseñando a trabajar.
Justo o no, la ley obliga a pagarle un salario al trabajador desde el momento que este se vincula a la empresa y por toda actividad que realiza dentro de ella y como consecuencia del desarrollo del contrato de trabajo.
“La empresa no puede decir que al terminar la inducción o capacitación firmará contrato para pagarle al trabajador. No. Para eso existe la figura del periodo de prueba. Y si mientras se termina la inducción no se ha firmado un contrato, existirá de todas formas un contrato verbal”dijo a Semana Educación Sebastián Pardo, abogado de la Universidad del Rosario.
“Se supone que una empresa hace un proceso de selección e incorporación de personal precisamente para incorporar el personal más idóneo para el trabajo, de modo que la empresa no puede alegar que tendrá que ensañarle todo al trabajador”, agregó.
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Los consejos
La empresa especializada en reclutamiento de personal Michael Page publicó estas recomendaciones sobre las prácticas profesionales:
1. Octubre es el mejor mes para empezar a buscar una práctica profesional, lo mismo que el primero y último trimestre del año. Esto debido a que son las épocas en las que más demanda hay de personal en las empresas.
2. Las áreas que más demandan practicantes son ventas y mercadeo, finanzas, operaciones y recursos humanos.
3. Las profesiones más apetecidas son Administración de Empresas, Ingeniería Industrial, Economía, Psicología y Comunicación Social.
4. Para los practicantes, un salario puede variar entre 800.000 y 1’500.000 pesos, dependiendo del tamaño de la compañía.
5. Si usted aspira a quedarse en la empresa en la que realizó sus prácticas, la empresa consultora recomienda demostrar habilidades como la responsabilidad, proactividad, disposición al aprendizaje y habilidades sociales.
6. El 20 % de los pasantes termina vinculados a la empresa en donde realizaron sus prácticas, pero la cifra sube cuando se trata de jóvenes que están próximos a terminar su carrera.
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