ENTREVISTA

¿Por qué invertir en primera infancia?

Semana Educación habló con Angélica Ponguta, investigadora colombiana asociada a la Universidad de Yale, sobre los retos actuales de la implementación de la estrategia De Cero a Siempre ahora que es política de Estado.

23 de agosto de 2016

La educación no empieza el primer día de colegio, más bien desde el primer día de vida. Es por eso que después de que se promulgó oficialmente la Ley de Primera Infancia en Colombia, han surgido varias iniciativas que pretenden atender la educación de esta población. 

Es por esto que la estrategia De Cero a Siempre fue aprobada en la plenaria del Senado para convertirse en política de Estado el pasado 15 de junio. Desde un principio, esta se concibió como un proyecto para reunir al sector público y privado en el desarrollo de proyecto que permitan el ejercicio de los derechos de los niños.

Uno de los puntos esenciales de esta nueva política es que ahora la inversión para la primera infancia no puede ser inferior a los 3,5 billones de pesos, que es la cifra que tiene la estrategia De Cero a Siempre.

Lo cierto es que para varios expertos, invertir en la primera infancia es una de las acciones más rentables ya que puede hacer que un país solucione sus problemas de inequidad y reducir las brechas sociales. Por esta razón, Semana Educación habló con Angélica Ponguta, investigadora colombiana asociada a la Universidad de Yale sobre la importancia de atender a esta población. 

Además, Ponguta implementó un estudio comparativo acerca de los mecanismos de gobernabilidad y financiamiento de la primera infancia en seis países, incluyendo Colombia, en donde se exploró la implementación de la Estrategia de Cero a Siempre. Por otro lado, la reconocida investigadora estará presente en la Cumbre Líderes por la Educación, el mayor evento del sector en el país, que se celebrará en Bogotá el 14 y 15 de septiembre, para hablar precisamente sobre este tema del que es experta.

SEMANA EDUCACIÓN (S.E.): ¿Por qué es crucial dar una mirada a la enseñanza de la primera infancia?
Angélica Ponguta (A.P.): Si una sociedad quiere maximizar su inversión pública, el mayor retorno es el que se da en la primera infancia. Desde una perspectiva neurobiológica, el desarrollo socioemocional, psicoafectivo y cognitivo se determina con mayor contundencia desde la concepción hasta los primeros años de vida. No hay etapa en el desarrollo de un ser humano de mayor plasticidad y crecimiento cerebral que el que ocurre durante este tiempo. En parte, esto se explica por el poder que tienen atenciones de calidad para maximizar el potencial de las personas y minimizar riesgos comportamentales e incluso fisiológicos que se presentan en la adultez. Ciertamente, un país que invierte seriamente en esta población es un país con compromiso por realizar los derechos de los niños y con compromiso por realizar un desarrollo sostenible. 

S.E.: ¿Cómo ha incidido el tema del conflicto armado en Colombia a los niños del país y cómo se debe atender a esta población ahora, teniendo en cuenta que estamos ad portas del posconflicto?
A.P.: Desde muy temprano el conflicto comienza a influir directamente en el trayecto de vida de los niños. El desplazamiento destruye la fibra social y familiar y altera el ambiente del niño. El conflicto conlleva a riesgos como mayor estrés parental y a efectos negativos en la salud mental y productividad de los cuidadores principales. Todos estos factores afectan la experiencia de los niños, y los pueden poner en trayectorias de mayor inequidad y desventaja. Además, estos factores pueden afectar dimensiones del desarrollo como la  empatía, el apego y comportamientos prosociales, necesarios para cultivar una sociedad en paz. En algunos estudios que hemos adelantando, estamos en el proceso de demostrar empíricamente algunas de estas asociaciones, y los datos comienzan a confirmar nuestra hipótesis: contextos familiares de vulnerabilidad están directamente asociados con retos comportamentales en niños tan pequeños como de 3 años de edad. Lo cierto es que en el centro del proceso de paz debe estar el apoyo a las familias, las atenciones integrales y contextuales para la primera infancia, y la protección al ambiente que determina la experiencia de cada niño. 

S.E.: Brindando una mayor atención al cuidado y educación de los niños del país, ¿Cómo cree que puede incidir esto a futuro? 
A.P.: La atención integral durante la primera infancia es la estrategia de inversión que puede parar los ciclos intergeneracionales de violencia, pobreza e inequidad. Si Colombia logra implementar procesos para una atención de calidad, el Estado logrará proteger a los niños y familias contra las causas y consecuencias del conflicto y la desigualdad. Esta estrategia permite pensar en una nueva generación donde se puedan crear otras formas de relación y convivencia; lo cual incidirá en el proceso educativo y de socialización de los niños. 

S.E.: En Colombia ha sido crucial el tema de la cobertura para este tipo de población, ¿pero cómo brindar mayor calidad?
A.P.: En el país se han adelantado varias iniciativas para la promoción de calidad para el sector de la primera infancia. De Cero a Siempre tiene como uno de sus ejes la atención de calidad. Detectar cuáles son algunas de las causas en las brechas de calidad en los territorios, permitiría hacer inversiones estratégicas. En mi opinión, la medición de la calidad en muestras representativas nacionales, que cubra contextos diversos, y que capture las dimensiones múltiples de la calidad, son pasos esenciales para la mejoría de la misma. Los sistemas de medición y de seguimiento integrados y el desarrollo de sistemas de monitoreo y apoyo para la calidad deben ir de la mano con la expansión de cobertura. En este tema, la ley de desarrollo integral presenta un marco de acción que debe medir la calidad estructural y de procesos y utilizar la información para mejorar la provisión de atenciones; hacer énfasis en la atención por medio del reconocimiento y acciones basadas en la diversidad de la oferta y las características de la población; y estrategias de cualificación, acompañamiento y mejoramiento de las prácticas docentes. 

S.E.: Usted exploró la implementación de la Estrategia de Cero a Siempre, sin embargo, ¿Cree que tenga algunos vacíos?, ¿Desde su perspectiva qué le cambiaría?
A.P.: La Estrategia De Cero a Siempre es un ejemplar de política para la primera infancia a nivel global. En mi experiencia en más de 15 países, De Cero a Siempre es el ejemplo a seguir en cuanto a su visión de integralidad, trabajo intersectorial, equidad, y la forma en cómo se centra en la identidad y la experiencia de cada niño. Existen algunos retos que nuestro estudio identificó cuando investigamos los mecanismos de implementación de la Estrategia. Entre estos identificamos retos a nivel de gobernanza, implementación de lineamientos, y financiamiento. Por ejemplo a nivel de gobernanza, nuestro datos resaltan la necesidad de fortalecer cuerpos intersectoriales. Con respecto a la implementación de lineamientos, es necesario prestar atención a los procesos de transición al ciclo primario para que haya mayor armonización y para que la integralidad continúe hacia los años críticos de desarrollo. Adicionalmente, la coordinación de sistemas de información es también fundamental para la aseguración del cumplimento de atenciones para cada niño. Finalmente, y como en toda política pública, el aseguramiento de fondos suficientes y predecibles año a año es un requisito para la sostenibilidad y el impacto de la Estrategia. 

S.E.: Ahora que usted vendrá a la Cumbre Líderes por la Educación 2016, todo lo conversado quedará consignado como insumo para la construcción del próximo Plan Decenal de Educación, ¿Qué sugerencias tendría usted para un buen desarrollo de la primera infancia en el país?
A.P.: Es primordial que la primera infancia se vea reflejada en el Plan Decenal de Educación con la mayor contundencia posible. De esto depende que las inversiones en el ciclo primario, secundario y superior se realicen. A grandes rasgos, se podría pensar en inversiones estratégicas en ejes operativos centrales como la inversión y optimización en la atracción y formación inicial de docentes y proveedores de servicios; formación en servicio, apoyo y aseguramiento del bienestar consistente a maestras y proveedores de servicio; armonización entre el ciclo preescolar, y los años de transición y primaria; fortalecimiento de la arquitectura institucional y marcos regulatorios; y aseguramiento y medición continua y equitativa de la calidad.