CUMBRE LÍDERES

La educación de nuestros maestros, a prueba

Sin bases sólidas en la formación docente no se puede mejorar la calidad educativa. Tampoco sin una evaluación que retroalimente la labor de los profesores. ¿Cuáles son los aciertos y errores en Colombia?

3 de septiembre de 2015
Luis Grubert, presidente de Fecode, y Luis García de Brigard, viceministro de Educación Preescolar, Básica y Media en la Cumbre Líderes por la Educación. | Foto: Andrés Gómez.

Estamos evaluando a los maestros sin tener en cuenta que también hay fallas en su formación. Esta fue la principal conclusión de una conversación a siete voces sobre los retos que enfrenta la educación y evaluación docente en Colombia. El principal hallazgo, comentado por Luis E. García de Brigard, viceministro de Educación Preescolar, Básica y Media, es que la gran mayoría de programas de licenciatura no cuenta con acreditación de alta calidad. Y ese es el primer reto.

En el diálogo también participaron Luis Grubert, presidente de Fecode; Paz Portales, experta regional de la Unesco; Emiliana Vegas, directora de Educación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID); Martina Roth, directora de Estrategia de Educación en Intel; Marlén Martínez, rectora del Colegio San José, y Rafael Orduz, gerente General de la Fundación Compartir, quien fue el líder de mesa. Un debate que estuvo enmarcado en la Cumbre Líderes por la Educación.

Paz Portales reveló el panorama de cómo están los 6,4 millones de docentes que tiene América Latina. Además de las bajas remuneraciones y el poco tiempo que puede dedicarse a la planificación, la experta de la Unesco coincidió con García de Brigard. Hay un bajo nivel de formación al ingresar a los estudios pedagógicos y de educación continuada. Por eso, la lupa debe estar sobre la calidad de estos procesos.

Para Portales, hay un elemento transversal a la formación: pertinencia. Debe ser una educación que se centre en el aprendizaje del estudiante y en las necesidades de la escuela. De lo contrario, no va a haber un impacto en las prácticas de enseñanza. Justamente, porque los maestros además de conocer al derecho y al revés los contenidos de su área, deben desarrollar habilidades en el contexto y la manera de generar el aprendizaje en sus alumnos.

Una actividad que para Martina Roth es magia porque se prepara a los estudiantes para el futuro. De ahí que haya recordado la importancia del compromiso que se requiere de los líderes en cada país. “No es suficiente con proyectos pequeños. El profesor debe capacitarse y empoderarse para que haya un progreso en el salón”, resaltó. Y agregó que si bien la apuesta por la tecnología en la educación es importante, los maestros deben ser los mentores y guías para desarrollar en los alumnos las habilidades del siglo XXI: creatividad, innovación, trabajo en equipo.  

Una de las ocho metas de política docente que Emiliana Vega esgrimió en su intervención, fue precisamente preparar a los docentes con experiencias y entrenamientos útiles. La práctica hace al maestro, reza un dicho popular y en el caso de los profesores la aplicación de estas palabras es literal.

En este sentido, el viceministro García anunció que a todos los programas de licenciaturas del país se les va a empezar a exigir una acreditación de alta calidad, para expedir el registro calificado. Esto como medida para asegurar la formación de los maestros. “En adelante los programas para los profesores van a tener que incluir un porcentaje muy alto de práctica, que tengan la oportunidad de estar en un salón de clase. Además, con el nuevo registro calificado se va a exigir que todos, indistintamente si van a enseñar inglés o no, salgan mínimo con un nivel B2 en este idioma”, sostuvo.

Según García, estas decisiones ya fueron aprobadas por el Congreso y el Ministerio de Educación. Sin embargo, Luis Grubert le refutó que a esta propuesta le falta “una visión de los actores de la sociedad si se quiere implementar una mejor estructura de los programas de maestros. El diálogo es importante para llegar a un acuerdo de qué es lo que necesita la formación inicial y continuada”, aseguró.

Por otro lado, la directora de Educación del BID insistió en que se debe trabajar para que los mejores estudiantes decidan ser docentes. Atraerlos y retenerlos. “Los candidatos deben ser los mejores. Hay que buscarlos poniendo más exigencias”, acotó en esta misma línea, Paz Portales. Por eso, tanto ella como Emiliana Vegas insistieron en la necesidad de definir con lupa los estándares que deben cumplir los maestros, tanto para entrar a la carrera del magisterio como para su posterior evaluación.

“La definición de una buena enseñanza requiere marcos de buena enseñanza, que los profesores puedan prepararse. Hay que definir estándares de lo que se espera”, insistió Vega. Un hecho que va aunado, necesariamente, a la evaluación docente. Pero una valoración que mejore la práctica en el aula.  

Evaluación docente

El pasado 20 de agosto, el Ministerio de Educación y Fecode anunciaron el nuevo modelo de educación docente. Un tema que también se tocó en el diálogo. Para Grubert, no ganaron los docentes: ganó la educación. “La evaluación va a arrojar un mapa de lo que se necesita corregir y eso redundará en la educación y el desempeño. El impacto será positivo porque el ejercicio les dirá a los docentes qué deben mejorar y una vez corregidas las fallas el acto pedagógico dará resultados en la calidad”, explicó.

Por su parte, el viceministro resaltó que es un modelo de evaluación moderno que le va a decir a los maestros cómo y dónde deben mejorar. “Tenemos el reto en que se convierta en un espacio para reconocer que lo mágico que hace un maestro está en el aula”, insistió.