Científicos podrán beneficiarse económicamente de sus investigaciones

Desde que comenzó 2017, la ciencia ha dado mucho de qué hablar tanto en Colombia como en el resto del mundo. Más allá de las distintas iniciativas que se han motivado en el país y del debate que ha surgido por el poco presupuesto con el que cuenta el sector, este jueves fue aprobado en cuarto debate en la plenaria del Senado el proyecto de ley 165 de 2016 por la cual “se dictan normas de fomento a la ciencia, tecnología e innovación mediante la creación de empresas de base tecnológica (spin off)¨. 

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Esta iniciativa, que contó con el apoyo del senador y ponente del proyecto, Mauricio Aguilar, y el representante a la cámara Iván Darío Agudelo busca dar la posibilidad a las universidades públicas colombianas de crear spin-off con la participación activa de los investigadores que gestaron las tecnologías base de la empresa y que estos puedan recibir incentivos por el impacto de las innovaciones que dieron origen a estas empresas. 

Lo que propone esta ley en síntesis es un marco normativo que permita promover el emprendimiento innovador y de alto valor agregado en las universidades públicas, que propenda por el aprovechamiento de los resultados de investigación y la transferencia de conocimientos a la sociedad. 

El rector de la Universidad Industrial de Santander, Hernán Porras, quien todo este tiempo ha secundado la medida nombre de las universidades públicas, envió a la directora de Transferencia de Conocimiento, la ingeniera Vanessa Quiroga y al asesor de la Vicerrectoría de Investigación y Extensión, Francisco Mosquera, para que estuvieran presentes en este debate para aclarar dudas e inquietudes a los senadores asistentes. 

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La aprobación de la ley se dio por mayoría, lo que demuestra que el senado puede actuar de manera conjunta, sin importar afiliaciones políticas, cuando se trata de proyectos que pueden impactar positivamente en el desarrollo económico y social del país. 

El último paso para que este proyecto se convierta en ley es el de la conciliación de los textos en el Senado y el Cámara. Una vez eso suceda deberá pasar a sanción presidencial, un logro para el ecosistema científico del país. 

Pero, ¿qué es un spin-off?
En términos técnicos, promueven la independencia de un área de negocio hasta que esta se transforma en un negocio por sí misma. Implica, por lo tanto, la creación de una empresa a partir de un proyecto que surgió de la extensión de otro. 

Ahora las universidades públicas y los profesores del sector oficial podrán crear empresas de tipo spin-off y asociarse con el sector privado sin afectar sus planes de mejoramiento. En otras palabras, tanto unos como otros podrán beneficiarse económicamente de sus investigaciones, algo que la ley no permitía en la actualidad. 

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Para entender hasta qué punto pueden ayudar al desarrollo de las naciones, el ejemplo se encuentra en  Silicon Valley, Estados Unidos, el mayor centro mundial de industrias tecnológicas y cuna de algunos de los hallazgos más importantes en el campo de la informática. Este centro surgió gracias a la acción de las universidades de Stanford y Berkeley que apoyaron la investigación aplicada y abrieron espacio para motivar a los estudiantes a crear allí sus empresas. 

Las estadísticas internacionales indican que el promedio de creación de spin-off en las universidades estadounidenses es de 2,9 empresas por institución y en las europeas de 1,6. En América Latina no hay cifras al respecto. Solo se conoce el caso de Brasil donde, según Universia, se han generado cerca de 750 spin-off con más de 23.000 universitarios implicados. 

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En Colombia todavía quedan algunas barreras por resolver, sobretodo en torno a cómo lograr que se involucren todas las instituciones de educación superior para potenciar el conocimiento y orientarlo a la creación de nuevas empresas. De esta forma, las universidades podrían convertirse en una ventana abierta para la generación de riqueza y la reducción del desempleo en el país.

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