EDUCACIÓN

"Todos los padres tenemos que entender que fallamos"

Jorge Ramírez habló con 'Semana Educación' sobre la desaparición de su hijo Emmanuel, uno de los niños del colegio Refous que escapó de su casa el jueves de la semana pasada y apareció tres días después en Quibdó. ¿Qué ocurrió?

26 de junio de 2019
Emmanuel ha estudiado en el colegio Refous desde preescolar. | Foto: Cortesía Jorge Ramírez

Durante cuatro días, Jorge Ramírez no logró conciliar el sueño al enterarse que su hijo, Emmanuel de 14 años, se había escapado de su casa en Bogotá en compañía de un amigo. Jamás había salido solo, por lo que pensó que algo grave había ocurrido. La única información que llegó a sus manos fue una carta que había dejado a una compañera de clase. En ella, Emmanuel solo mencionaba sus deseos de ir a conocer las ballenas. El domingo, en medio de las especulaciones, los dos menores fueron vistos en Quibdó. ¿Cómo llegan dos niños de 14 años al Chocó? y ¿Qué los llevó a escapar de casa? ‘Semana Educación‘ habló con Ramírez sobre las horas de angustia que vivió y sobre lo difícil que es ser padre

¿Qué sucedió antes de la desaparición de Emmanuel? 

Algunos días antes él estaba muy nostálgico y lloraba mucho, no creí que fuera grave. El jueves, cuando no llegó, me preocupé mucho y salí a buscarlo. Fui a la casa de su mejor amigo y me doy cuenta que él también desapareció. El niño se bajó de la ruta, como todos los días, y al parecer tomó un TransMilenio. Luego se fue en bus con su mejor amigo. Emmanuel tenía como 300.000 ahorrados. 

¿Qué hacen en Quibdó entre el jueves y domingo? 

Hasta donde sé, se quedaron en el terminal, la otra noche se quedaron en un hotel, para ellos fue una aventura. 

¿Cómo los encontraron? 

Un señor me llama y me dice que los vio. Como las fotos de él y su amigo estaban rodando en las redes, él los identificó y me dijo que llamara a la Policía para que detuvieran el carro en donde ellos iban. Me dio las coordenadas y llamé a la Policía. En ese momento me alegró, porque puede llegar a ser cierto y por fortuna fue cierto. La Policía de Infancia y Adolescencia los encuentra, los llevan a un hogar sustituto del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) en donde pasan una noche. El lunes, las mamás fueron a Quibdó a traerlos de regreso a Bogotá. Fue un momento muy nostálgico. Al transportador que me llamó, se lo agradezco en el alma. Le manifesté mi amistad y creo que a su manera, me ofreció la de él. 

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¿Ya en casa, Emmanuel le cuenta por qué decidió escapar? 

Cuando nos reencontramos me dijo que se sentía muy mal, que fue de un día para otro que tomó la decisión de irse. La psicóloga del ICBF que lo vio antes de regresar a Bogotá, dijo que presentaba un cuadro de depresión, todo el mundo tiene derecho a eso, porque no le fue de la mejor manera en el colegio. Mi hijo dejó una carta y yo no quiero vincular a nadie. En la carta solo dice que quiere ir a ver ballenas. A él le gusta mucho el senderismo, y su manera de escapar de lo que sentía en ese momento fue irse a caminar a Quibdó. 

¿Le dijo cuál fue la razón por la que estaba deprimido?

Yo no sé nada del colegio, porque nunca me han llamado, ni siquiera cuando Emmanuel se fue. Sin embargo, él adora su colegio, porque tiene una mística que enamora a los muchachos, eso lo tengo que reconocer. Pero no está conforme con ciertos profesores, eso fue lo que me manifestó luego de regresar a casa. No sé si son los profesores de las materias que perdió, porque todavía no he hablado con la institución. 

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¿Cómo ha sido su desempeño académico? 

Él es un estudiante promedio. En otras ocasiones ha perdido materias, pero es que yo no lo mando al colegio a que pase una materia, yo lo mando a que socialice y yo sé que el colegio tiene muy buenos elementos para eso, es lo que me cautiva del colegio. Yo no lo mando para que sea el mejor estudiante, no me interesa que sea el más brillante, pero que él sienta temor de ir a estudiar ya me preocupa. 

¿Usted cree que se equivocó al no ver las señales que le enviaba su hijo? 

Nadie puede decir que asume su paternidad suficientemente bien, uno aprende sobre la marcha con esto. Claro que uno se pregunta: ¿cómo es que pudo pasar esto en frente mío y no darme cuenta? Quizá no estamos siendo lo suficientemente atentos con los niños. Todos los padres tenemos que entender que fallamos, yo como padre tengo que hacer una reflexión, porque hay muchas rutas y formas de escapar de los niños, gracias a la vida, mi hijo no optó por otras formas. Pero, creo que no solo es responsabilidad de los padres, sino todas las instituciones que rodean a los niños. El colegio y la casa, por ejemplo, deben trabajar mancomunadamente, si un niño pasa 15 días deprimido, llorando y no llaman al papá, me parece que hay fallas del colegio. ¿Cuántos niños deben estar escondidos en las bibliotecas, y en las noches regresan a su casa como si nada pasara?