EDUCACIÓN

Trampas en exámenes en línea hacen temer devaluación de los diplomas

Ya se les llama ‘coronadiplomas’. Muchos profesores en Europa se sorprendieron al ver que algunos estudiantes alcanzaban puntuaciones sorprendentemente altas sin haber pisado un campus universitario en años.

20 de abril de 2021
Icfes cita a cerca de 260 mil personas para presentar pruebas Saber Pro entre el 28 noviembre y el 6 de diciembre
Icfes cita a cerca de 260 mil personas para presentar pruebas Saber Pro entre el 28 noviembre y el 6 de diciembre | Foto: Cortesía Icfes

Las universidades europeas cerradas desde hace más de un año, a causa de la pandemia, se enfrentan a un aumento de las trampas en los exámenes en línea, lo que hace temer la devaluación de los títulos, que ya están siendo denominados “coronadiplomas”.

Profesores y estudiantes admiten que las condiciones normales de examen son prácticamente imposibles en un entorno de aprendizaje a distancia con cientos de participantes simultáneos en línea.

“En broma, llamamos a los títulos que vamos a conceder este año los ‘coronadiplomas’”, dice John Mylopoulos, profesor de ingeniería medioambiental y exrector de la universidad Aristotelio de Salónica, en Grecia.

“Se supone que la enseñanza a distancia es una herramienta complementaria a la educación. Cuando se convierte en la herramienta pedagógica esencial, empiezan los problemas”, comenta a la AFP.

“El verano (boreal) pasado hice dos exámenes en nombre de dos de mis amigos y nadie se dio cuenta”, explica Sofía, una estudiante de psicología de 20 años de Aristotelio. “Me conecté utilizando sus computadoras y códigos personales. No hubo reglas de cámara abierta durante el examen. Mis dos amigos obtuvieron una puntuación casi perfecta sin abrir ningún libro”, precisa a la AFP.

Muchos profesores se sorprendieron al ver que algunos estudiantes alcanzaban puntuaciones sorprendentemente altas sin haber pisado un campus universitario en años.

Fácil hacer trampa

“Los promedios subieron y gente que no habíamos visto en años se presentó a los exámenes porque el sistema facilita las trampas”, comenta Kostas Kosmatos, profesor adjunto de criminología en la Universidad Demócrito de Tracia.

Este profesor señala que solo un examen con cámara abierta devolvería cierta transparencia al procedimiento. “Pero es imposible hacerlo con más de 500 personas realizando el examen”, admite. “Así que dividimos a los participantes en grupos, asignándoles diferentes temas. También intentamos limitar el tiempo disponible para las respuestas. Pero ni siquiera así encontramos una solución eficaz”, añade.

Alexandros Hatzigeorgiou, profesor de tecnología de la información en la universidad de Macedonia, en Tesalónica, advierte que ni siquiera las contraseñas de examen personalizadas son una garantía. “No tenemos forma de verificar que la persona que se conecta es el estudiante”, señala. “Y la cámara podría mostrar a otra persona haciendo el examen en su lugar”.

Algunos estudiantes ya han ideado trucos para superar casi cualquier obstáculo a la hora de hacer trampas. “Se han formado grupos en Messenger, Discord y otras plataformas. Mediante el uso de pantallas compartidas, las respuestas correctas circulan en tiempo real durante un examen sin que (los supervisores) se den cuenta. Esto sucede igual si la cámara está encendida o si está apagada”, explica Costas, un estudiante de 22 años de la universidad Aristotelio.

Wikipedia y Google

Angela Kastrinaki, decana del departamento de literatura de la Universidad de Creta, afirma que es fácil que los estudiantes busquen en Google y Wikipedia las respuestas de los exámenes, incluso bajo la atenta mirada de los supervisores ante las cámaras.

Algunos de sus alumnos han recurrido, incluso, a un conocido filólogo para que les ayude a resolver una pregunta de examen cuya respuesta no estaba en internet.

“Incluso él se equivocó, así que tengo 50 exámenes con el mismo error”, comenta Kastrinaki. En total, descubrió que 100 estudiantes habían hecho trampa ese día.

“El sistema es a veces tan corrupto que, incluso, los estudiantes con talento tienen la tentación de hacer trampas”, subraya Panagiotis, estudiante de último curso de derecho en la Universidad Aristotelio.

Natassa, una alumna de 20 años de la Universidad de Ioannina, recuerda que una de sus amigas dio a un profesor 100 euros (120 dólares) para que le hiciera el examen de matemáticas. “Pero al final, ni siquiera se sacó una nota especialmente buena”, comenta divertida.

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