EDUCACIÓN

Un niño de 6 años se convirtió en el programador más joven del mundo

Un pequeño de la India obtuvo 900 puntos de 1.000 en el examen de desarrollo del programa en Python Language. Con esto puso su nombre en el Libro Guinness de récords mundiales. Conozca su historia.

13 de noviembre de 2020
El niño indio Arham Talsania es el desarrollador de programas más joven del mundo
Arham Om Talsania, 7, who has been recognised as the youngest computer programmer by the Guiness World Records poses with his certificates at a Udgam School for Children in Ahmedabad on November 9, 2020. (Photo by SAM PANTHAKY / AFP) | Foto: AFP

De vez en cuando oímos hablar de casos concretos de niños con grandes habilidades cognitivas, capaces de proezas que superan no solo a las de niños y niñas de su edad, sino incluso a las de un adulto medio. El caso más reciente que se registró mediáticamente es el de Arham Talsania, un niño indio de 6 años que es el desarrollador de programas más jóven del mundo. Ya registró su nombre en el Libro Guinness de récords mundiales.

Con tan solo 6 años rompió el récord de Mahamad Hamza, un ciudadano británico de origen pakistaní, obteniendo 900 puntos de 1.000 en el examen de desarrollo del programa en Python Language.

El padre de Arham, Om Talsania, es un desarrollador de software en una empresa multinacional en la India. Según contó el padre en entrevista a medios internacionales, desde los 2 años Arham mostraba su gran habilidad con las tabletas y computadores que había en la casa.

Por esta razón, cuenta Om Talsania, cuando su hijo cumplió 4 años comenzó a enseñarle codificación del lenguaje Python y pronto comenzó a crear aplicaciones él mismo.

Después de un poco de entrenamiento profesional, Arham presentó en enero de este año un examen de programación en el centro de Microsoft. Sorprendentemente, el niño obtuvo 900 puntos de 1.000 y ahora es reconocido y forma parte de la Asociación de Tecnología de Microsoft.

Esta semana el pequeño de solo 6 años recibió un reconocimiento del Libro Guinness de los Récords Mundiales y le otorgó el galardón del “Desarrollador de software más joven del mundo”.

Arham actualmente está haciendo un juego propio que está en versiones 2D y 3D. En una entrevista reveló que desea trabajar en la Inteligencia Artificial (IA) y construir un robot.

El universitario más joven

Laurent Simons, 9 años / En el futuro quiere investigar sobre órganos artificiales y, eventualmente, desarrollar un cuerpo entero en su propio laboratorio. Muchas universidades en Estados Unidos están interesadas en él. | Foto: Afp

A finales de 2019, Laurent Simons se convirtió en una sensación mundial. En uno de sus tantos videos en YouTube apareció ante un periodista con su investigación en la Universidad Tecnológica de Eindhoven, donde está a punto de graduarse como ingeniero eléctrico. Es un circuito computacional que replica una función del cerebro que consiste en “juntar neuronas y hacer conexiones entre ellas para ver la reacción que tienen frente a una medicina”, explica el estudiante.

Simons cautivó la atención de los principales medios del mundo por haberlo logrado a su edad: el belga, radicado en Ámsterdam, tiene 9 años y sería el estudiante más joven del mundo en graduarse. Hizo el bachillerato en un año y terminó la carrera universitaria –que a todos les toma tres años completar– en tan solo nueve meses. Ahora estudiará medicina, pero antes quiere unas vacaciones para hacer cosas de niños: divertirse con videojuegos y correr con su perro.

Hizo el bachillerato en un año y terminó la carrera universitaria –que a todos les toma tres años completar– en tan solo nueve meses

Según algunos estudios, la mayoría de las personas tienen 100 puntos de coeficiente intelectual (CI). Los extremos son muy raros: dos de cada 100 tienen menos de 70 o más de 135. Cada vez que se alejan de ese promedio el porcentaje se reduce. Simons se ubica en el extremo superior con un CI de más de 140. Ese número es inalterable. La única manera sería que sufriera un trauma cerebral. Simons, por lo tanto, es un genio. Estos niños generan fascinación, a veces envidia, y, sobre todo, curiosidad. La mayoría quiere saber qué secretos guarda su cerebro excepcional.


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