EDUCACIÓN

"No dejen de estudiar, es un riesgo grande", B. Baptiste a quienes aplazarán

La rectora de la EAN cree que, dada la función que ejercen las universidades, deberían desarrollarse mecanismos solidarios para ayudarlas en la actual crisis.

8 de junio de 2020
La rectora de la Universidad EAN aseguró que a pesar de la incertidumbre que pueda generar la pandemia en algunos alumnos, nunca es recomendable retirarse de los estudios. | Foto: EAN

El sector educativo, principalmente en el nivel superior, es uno de los pocos que, a pesar de la pandemia y todas las medidas para evitar la propagación del coronavirus, ha logrado mantenerse en funcionamiento, ya que muchas universidades contaban con plataformas virtuales. No obstante, se han presentado muchas dificultades: desde falta de manejo tecnológico en docentes hasta falta de conectividad de los estudiantes.

Sin duda, la covid-19 transformó en tiempo récord la forma en que se dictaban clases en las instituciones de educación superior. En entrevista con SEMANA, la rectora de la Universidad EAN, Brigitte Baptiste, explicó cómo ha sido la adaptación a este nuevo escenario, cómo se preparan para volver a retomar la presencialidad y si prevén una crisis económica y de matrículas para el próximo semestre.

SEMANA: ¿En este momento qué balance hace de la educación virtual universitaria? ¿Se ha podido dar continuidad a los programas presenciales con la misma calidad? 
 

B.B: Supongo que se refiere a la educación remota asistida, que fue la opción novedosa derivada de la crisis, pues la educación virtual lleva con las universidades muchos años y funciona muy bien. De hecho, fue una de las pocas actividades que no resultó afectada por la pandemia. Llamar virtual a todas las modalidades educativas que utilizan tecnologías digitales es uno de los errores que se produjeron y se instalaron en el lenguaje cotidiano, lamentablemente. La educación virtual de la Ean es de alta calidad, como lo han mostrado los resultados de casi dos décadas de su uso. Otra cosa es la migración de la presencialidad a las aulas digitales, básicamente el cambio del campus convencional por las casas de los estudiantes y los profesores, es decir una experiencia presencial (sincrónica), pero mediada o transmitida vía redes.

SEMANA: ¿Se interrumpió en algún momento el proceso académico de los alumnos?

B.BLa Universidad Ean no tuvo ningún problema con esa migración y no hubo ninguna interrupción en los programas académicos, salvo la postergación de laboratorios y la experiencia colectiva de la vida universitaria. Pero los contenidos curriculares se mantuvieron intactos, las estrategias pedagógicas se enriquecieron y adaptaron, obviamente sujetas a las capacidades de cada persona: muchos estudiantes tienen dificultades para conectarse y acceder a las clases remotas por factores estructurales (un solo computador en casa, baja conectividad, condiciones de aglomeración familiar, etc).

SEMANA: ¿Le preocupa el impacto en la calidad que pueda generar esta situación?  

B.B: Siempre estamos atentos a la calidad como el factor preponderante en la enseñanza. La Universidad buscó garantizar desde el primer momento de la migración el mismo nivel de calidad, y monitoreamos constantemente el desempeño de profesores y alumnos para evaluarlo. Existen muchos factores externos que afectan el aprendizaje, indudablemente, pero en lo que atañe a la Universidad Ean no evidenciamos una pérdida de calidad.

SEMANA: En los Andes se adoptaron las calificaciones cualitativas, ¿qué opina de esa medida y cómo están manejando las calificaciones en la EAN?

B.B: Nosotros continuamos con todo el ejercicio pedagógico previsto y adaptamos las mediciones cuantitativas presenciales a las nuevas circunstancias remotas.

SEMANA: ¿Qué tan preparadas estaban las universidades y los profesores para adoptar, casi que de una semana para otra, las clases virtuales?  

B.B: En el caso de la Universidad Ean, la mayoría de profesores estaban entrenados para la preparación y acompañamiento de cursos virtuales (no sincrónicos) y el uso de la tecnología asociada con plataformas digitales. La capacidad en sistemas de la Universidad es muy alta gracias a las inversiones que por años se han venido haciendo al respecto. Para asegurarnos del buen funcionamiento de las estrategias remotas, redoblamos el trabajo de mentoría docente con el fin de resolver problemas específicos, incrementamos las líneas de tutoría y atención sicológica a estudiantes, y mantuvimos o incrementamos la capacidad de respuesta administrativa a las condiciones emergentes de la crisis.

SEMANA: Ascún lanzó una alerta sobre su futuro inmediato, dicen que la deserción y matrículas podría aumentar hasta 35 %. ¿Qué hacer para evitar la crisis en un sector donde las matrículas vienen cayendo desde hace 3 años?  ¿Cuál es el panorama de la EAN?

B.B: Hasta el día de hoy no hemos tenido un incremento en la deserción o una disminución en matrículas. Hemos hecho todos los esfuerzos para garantizar que nadie se quede sin estudiar y esperamos que así suceda gracias a las profundas transformaciones de nuestro modelo educativo que garantizan una educación de calidad para los nuevos tiempos. Esperamos que así se mantengan las cosas, nuestra propuesta de valor evoluciona muy rápidamente y confiamos en que la comunidad lo entienda y acuda a la Universidad Ean a trabajar conjuntamente en la construcción de sostenibilidad y emprendimiento sostenible, la mejor opción para anticiparnos a las condiciones del mañana.

SEMANA: ¿Qué les diría a los estudiantes que ante la incertidumbre por la situación prefieren no estudiar este segundo semestre?

B.B: Que no dejen de estudiar, es un riesgo muy grande para su futuro y las alternativas a la formación superior nunca son comparables con un empleo, probablemente también muy incierto.

SEMANA: ¿Qué tan preparada está la EAN, y en general las universidades privadas, para el regreso progresivo a las clases presenciales?  ¿Qué les dice el Ministerio?   

B.B.: Estamos listos, hemos ajustado nuestra programación y formas de trabajo para garantizar las condiciones de bioseguridad exigidas, incluida la experiencia de laboratorios y prácticas. Hemos rediseñado la vida estudiantil completa, incluidos deportes y actividades culturales, que, por otra parte, no se han detenido salvo restricciones extremas debidas al confinamiento. Mantendremos algunas clases en modalidad remota para disminuir la movilización masiva y permanente de personas, pero el semestre será totalmente híbrido, con experiencia presencial no mediada. El Ministerio ha sido extremadamente constructivo y receptivo al trabajo colaborativo, y estamos totalmente sintonizados.

SEMANA: ¿Ven de forma positiva las medidas del Gobierno (fondos solidarios, créditos) para apoyar a las universidades e instituciones de educación ante la eventual crisis?

B.B.: Por supuesto, la idea es realmente que nadie se quede sin estudiar. Es el momento, además, de hacer las reformas para que el acceso a la universidad sea más democrático y equitativo, que el servicio que prestamos las instituciones privadas se valore como parte de la educación pública y que trabajemos de manera conjunta con las demás universidades del sistema estatal para aprovechar las ventajas comparativas de todas.

Muchas universidades privadas han desarrollado programas de descuentos para reducir la caída de la matrícula.

SEMANA: ¿Qué tareas pendientes cree que le deja esta pandemia a las universidades y al Ministerio?

B.B.: Hay un largo camino por recorrer entorno al modelo pedagógico, la flexibilización del sistema curricular, la actualización de la oferta académica a las necesidades de los nuevos tiempos, la incorporación de innovaciones tecnológicas de última generación y la construcción de proyectos de vida significativos a la altura de los retos de la sociedad.

SEMANA: ¿Cuáles son los mayores riesgos financieros que ustedes están viendo y cómo sería posible cubrir estos vacíos económicos?

B.B: Las universidades que dependemos totalmente de la matrícula de cada semestre vivimos en una situación de vulnerabilidad importante, especialmente las más pequeñas que no logran constituir un fondo de respaldo para estabilizar ingresos: un poco como los pequeños productores agropecuarios o las pymes. Creemos que, dada la función que ejercemos, deberían desarrollarse mecanismos solidarios que, bajo la vigilancia que ya ejerce el Ministerio de Educación, contribuyeran con la mitigación de riesgos financieros sin trasladar esa tensión a los estudiantes, profesores o colaboradores.

SEMANA: ¿Qué les diría a los estudiantes que piden descuentos en las matrículas para el segundo semestre teniendo en cuenta la situación y que aún hay incertidumbre sobre la manera en que se dará continuidad a las clases?

B.B.: Que se ha hecho un esfuerzo muy grande y muy responsable para  garantizar la continuidad de la vida estudiantil con todas las dificultades que experimenta la sociedad en este momento, muchas de las cuales están fuera de control por parte de las universidades, y que en ese sentido, se han diseñado los mejores programas posibles de descuentos (En la Universidad EAN hasta del 25% de los costos de matrícula) o de apoyo crediticio, sin poner en riesgo la estabilidad de la planta docente y administrativa, que son la base de la calidad. Entendemos, escuchamos y somos solidarios con todas las personas y familias que pasan un momento complicado, y ofrecemos con transparencia los estados financieros de la universidad para demostrar que estamos al límite de la continuidad de nuestras actividades sin afectar la calidad y proyecciones misionales: las universidades somos proyectos de largo plazo de la sociedad y tenemos inversiones ajustadas a esa perspectiva que debemos mantener.