"Volver a la universidad es una lección de humildad": Vladdo

SEMANA: ¿Cuál fue la motivación para volver a la universidad?

Vladdo: Decidí volver porque era una manera, de un lado, de cerrar un ciclo, pero además porque tengo una hija que está en la universidad y la veo reuniéndose con sus amigos, haciendo trabajos y como que me contagié de la fiebre universitaria. Entonces dije ¿por qué no tratar de terminar la carrera de publicidad que empecé a comienzos de los 80 en la Universidad Tadeo Lozano, pero que dejé y me fui a estudiar un tecnológico en diseño publicitario?

SEMANA: ¿Qué tal le ha parecido la experiencia?

Vladdo: Volví a la carrera a comienzos de este año y pues me ha parecido una experiencia muy enriquecedora, porque como lo escribí en una columna de El Tiempo hace seis meses, volver a la universidad es una experiencia que sirve también para darse cuenta de que uno no tiene todo aprendido. En el caso mío, que todos mis compañeros y todos mis profesores son menores que yo, eso significa de alguna manera una lección de humildad. Que gente más joven que uno le puede enseñar cosas.

SEMANA: ¿Cuánto le falta?

Vladdo: Me queda este semestre y otro más. Pero cuadrando cosas y homologando materias, de pronto lo termino antes. 

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SEMANA: Bueno, y ¿cuál es la experiencia que más extrañaba de la universidad?

Vladdo: Es un poco raro acostumbrarse a los horarios, pero también es chévere. Es interesante ver que hay profesores que estaban en primaria cuando yo vine a estudiar acá la primera vez. Por otro lado, las perspectivas tan distintas que tenía uno cuando estaba estudiando publicidad hace 35 años a las que tiene hoy en día, con la intervención del mundo digital, los nuevos medios, las redes sociales, etc.

También hay unas cosas que permanecen de cierta manera iguales y son algunos principios que tienen que ver con la creatividad, con la redacción, con el análisis de la audiencia, etc. Acá se da cuenta uno que la creatividad es algo que no tiene que ver con las tecnologías. Hace 35 años no usábamos internet y los computadores eran una cosa exótica, pero la creatividad es algo independiente a esas herramientas. Uno puede tener el mejor iPad, la red más rápida, pero si uno en la cabeza no tiene buenas ideas, pues no va a poder aprovechar esas tecnologías.

SEMANA: Usted dijo que no le hace falta el título. Pero, ¿considera que es importante actualizarse y mantenerse estudiando?

Vladdo: Yo creo que uno siempre tiene que estar abierto al aprendizaje, a descubrir cosas nuevas y ponerlas en práctica. Eso se lo aprendí a Álvaro Gómez, que decía que el periodista nunca debe perder su capacidad de asombro. Y esa capacidad de asombro tiene que ver con eso, con la posibilidad de ser permeable a muchas situaciones que lo rodean, y uno en un acto caprichoso las deja pasar porque cree que ya sabe. Y un periodista que desprecia un conocimiento se está perdiendo de cosas que le pueden servir. 

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En general, por más que uno diga a veces que hay conocimientos inútiles, en realidad todo sirve. Si un muchacho hoy en día entra a una universidad y luego le da miedo porque descubre que no era la carrera que quiere, esos dos o tres semestres que hizo en ingeniería -por decir algo- alguna cosa le va a servir, así después se pase a estudiar filosofía o publicidad. Y, cuando uno está en el periodismo, la verdad es que tiene a ser un poco sobrado y creer que se las sabe todas, pero la verdad es que no sabemos nada.

SEMANA: ¿Qué es lo más difícil de volver a clases 35 años después?

Vladdo: Pues yo no tengo problema con madrugar ni con las tareas. Cuando uno mira retrospectivamente, si se trabaja con disciplina, la universidad no se le hace tan complicada. A ratos le toca hacer maromas para compaginar mis compromisos de trabajo con los académicos, que puede ser mi mayor dificultad; pero pues tampoco ha sido un gran problema. 

SEMANA: ¿Cómo ve a las nuevas generaciones de futuros publicistas?

Vladdo: Pasa como en todo, hay unos que son más vagos, otros que son más pilos, otros que todavía se inventan la cosa de que un perro de la calle entró a la casa y lo único que se comió fue la tarea que él hizo, más o menos. Pero en realidad es lo mismo. Es extraño, obviamente, el tema de la dependencia de los celulares, la adicción de los muchachos a las redes sociales. 

Yo creo que sirve la experiencia también para ver las aproximaciones que tienen las nuevas generaciones a distintos problemas, a la visión del mundo de hoy. Se da uno cuenta que los muchachos no leen tantas noticias, no están tan pendientes de la actualidad. A pesar de todo lo que se dice de ellos, son menos homogéneos respecto a sus conocimientos.

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SEMANA: ¿Qué le dijo su hija, qué opina que esté su papá estudiando, también, en la universidad?

Vladdo: No, esa fue una de las cosas que más me motivaron, y es que mi hija me dijo que le parecía fantástico. A ratos nos reímos, porque nos estamos preguntando entre los dos, "¿oye, tienes muchos trabajos?", "¿cuánto tienes parciales?" "¿y tú cuándo sales a vacaciones?", y es simpático, estar hablando con mi hija como si fuera mi hermana. Pero me ha apoyado, está muy orgullosa de su papá.