A vuelo de cóndor
El alemán que cultiva en Fusagasugá flores colombianas para el mundo
Las bromelias son una especie nativa vegetal del continente americano. En Colombia se producen en lugares de clima templado, pero hay un laboratorio en Cundinamarca, fundado por un horticultor alemán, que ha hecho de esta planta un producto digno de vestir las exigentes vitrinas vivas del mundo entero.
Bromelias de Colombia es una empresa especializada en el cultivo de variedades de bromelias. Fue fundada en 1981 por el horticultor alemán Franz Georg Gruber, un personaje difícil de olvidar. Entrar en su mundo, en definitiva, no es toparse con un entorno de cultivo convencional como todos lo conciben. No. Este es un espacio bien singular, donde el orden es geométrico y la asepsia, contundente.
Esta empresa es un completo laboratorio de flores asentado en Fusagasugá, corazón de la Cordillera de Los Andes (región del Sumapaz), a 60 kilómetros de Bogotá que, durante dos generaciones se ha dedicado pacientemente a crear un inventario de plantas de alta calidad de comercialización internacional.
La altitud de 1.700 metros sobre el nivel del mar, el ambiente natural de la región de bosques húmedos y una temperatura de eterna primavera han permitido a Bromelias de Colombia desarrollar la tecnología más apropiada para garantizar el cultivo de plantas de primera calidad, la cual ha sido premiada con la medalla de oro en la Exposición internacional Proflora.
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Cuando Franz arribó a Colombia su interés estuvo centrado en las orquídeas, flor nacional y cuya capital es justamente la ciudad jardín de Colombia. También manejó el bonsái, pero su destino estaría con otra familia de plantas y flores como las bromelias. El germano está tan familiarizado con el idioma que entre sus frases se cuelan y hasta redundan palabras como “paila”, “juemadre” y “vaina”.
La visita inicia con la recepción en una especie de lobby, adornado por unos helechos metro despampanantes, allí está alojada también la bromelia más grande del mundo que supera los dos metros de altura.
Las anécdotas de Franz sobre cómo conformó su compañía no son pocas. Perdió plata, despreciaron su producto, lo criticaron por no seguir con los bonsái y las orquídeas, entre otros chascos, pero finalmente todas esas ferias a las que asistió, el empeño de hacer las bromelias de mejor calidad de la región y siempre aplicar la ciencia y la perfección a su trabajo, hizo que se posicionara como el mejor.
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Al ingresar a los lotes de cultivo el asombro es total. El esquema de orden por especie, por familia, por tamaño y por temperatura (por pisos) es sencillamente formidable. Todo está etiquetado con el nombre científico de cada especie. Así dispuestas, las plantas parecen los alfiles de un desfile militar chino.
“La agricultura es la profesión propia del sabio, la más adecuada al sencillo y la ocupación más digna para todo hombre libre”, dice en un cuadro en el lugar, escrito por Cicerón.
Agrónomos, horticultores, cultivadores, toderos, su esposa y dos hijos, unas 50 personas, hacen parte de Bromelias de Colombia. Ellos se encargaron de abrir el mercado a los demás continentes con la familia de esta especie proveniente de la piña, que la conforman plantas epífitas (crecen sobre otro vegetal), aeróficas o tillandsias (viven del aire) y algunas terrestres.
“En el mundo entero existen coleccionistas. Así como en Colombia la gente dice: ‘regáleme un piecito de esta mata’, poco a poco fuimos recolectando muchas variedades”, dijo Franz Georg Gruber.
El dato
Hay más de 7.000 especies de bromelias, todas son originarias de América Latina. Bromelias de Colombia produce a gran escala cerca de 600 especies.
La ‘ciudad jardín Colombia’ fue la protagonista de la octava parada del Festival ‘A vuelo de cóndor’ en Cundinamarca.
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