EL CIRUJANO
En manos de un médico bogotano murió 'El señor de los cielos', el capo más poderoso de México. La mafia no perdona y el cirujano pagó con su vida.
La noticia en Colombia pasó prácticamente inadvertida por la forma como fue publicada inicialmente en El Tiempo, en la página internacional del sábado 8 de noviembre, al lado de los problemas de Irak con la ONU, de la participación de Cuba en la cumbre Iberoamericana en Isla Margarita y de los afanes de Bill Clinton con lavotación del fast track en el Congreso de Estados Unidos. Decía escuetamente: "El señor de los cielos fue asesinado por sus médicos".
Un titular semejante es de premio de novela, de secta satánica o del día de los inocentes. Pero su contenido no cuadraba con ninguna de las tres interpretaciones porque era de verdad. 'El señor de los cielos' obedecía al sobrenombre del más poderoso narcotraficante mexicano, Amado Carrillo, una especie de Pablo Escobar azteca, quien murió en la madrugada del pasado 4 de julio en una lujosa clínica de Ciudad de México, por razones que todavía se investigan, luego de una operación de cirugía estética. Los médicos asesinados a los cuales se refería el titular no solo eran de carne y hueso sino que uno de ellos era colombiano y los cadáveres de los tres habían aparecido terriblemente torturados.
Inicialmente, lo único que se supo con claridad es que el médico colombiano, Ricardo Reyes Rincón, era hijo de un prominente médico, Ernesto Reyes Leal, director de la Clínica Reyes de Bogotá, una de las más prestigiosas de la capital. SEMANA intentó infructuosamente hablar con la familia Reyes, la cual se abstuvo de dar declaración alguna argumentando comprensiblemente el dolor que el episodio ocasionó.
La identificación
La personalidad de este joven médico colombiano era más bien discreta. Por eso, hasta la fecha, buena parte de la vida de Ricardo Reyes es desconocida, al igual que los detalles que lo condujeron a su muerte. Incluso las autoridades mexicanas ya llevan dos semanas en poder del que se asegura es su cadáver, luego de haber sido encontrado a 200 kilómetros al sur de Ciudad de México, a un lado de la autopista que comunica a la capital mexicana con el puerto de Acapulco. Su cadáver no ha podido ser todavía plenamente identificado y el procedimiento de hacerlo ha causado incluso ciertas tensiones entre autoridades mexicanas y colombianas.
Sin dar ningún tipo de explicación la Procuraduría mexicana, en cabeza del licenciado Vasconcelos, negó la única posibilidad que existía hasta ahora de hacer esa comprobación. SEMANA estableció que el viernes 14 de noviembre el conocido médico genetista colombiano Emilio Yunis, quien se encontraba en Ciudad de México asistiendo a un seminario científico, fue buscado por el padre del médico, el doctor Ernesto Reyes, para que iniciara las gestiones ante las autoridades mexicanas con el fin de obtener una muestra de los restos de su hijo y hacer una comprobación genética con la sangre de la familia. Yunis relató que inicialmente la Procuraduría había autorizado la realización del análisis pero finalmente el permiso fue negado.
Como último recurso el padre de Reyes hizo llegar al consulado colombiano los registros dentales de su hijo, los cuales fueron entregados ese fin de semana al licenciado Vasconcelos. El domingo salió en el diario Reforma un artículo que decía que ya estaban confirmadas las identidades de los cadáveres, lo que parecía imposible porque dicho artículo tuvo que haber sido escrito el sábado, cuando todavía estaba en proceso la identificación de los cadáveres.
En un comunicado dado a conocer el sábado 15 de noviembre por la Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos contra la Salud se informa que "está para terminar el proceso de rehidratación de los pulpejos dactilares y se han concluido las fichas odontológicas y antropométricas y el estudio criminalístico de los tres cadáveres". El dictamen forense indica que "dos murieron estrangulados y el tercero por proyectil de arma de fuego penetrante en el cráneo".
Primeras huellas
De la vida de Reyes Rincón en México se sabe que en 1986 llegó a la ciudad de Guadalajara, capital del estado de Jalisco, a 500 kilómetros de Ciudad de México. Después de graduarse en medicina en Colombia en la Universidad El Bosque de Bogotá, había decidido matricularse en la Universidad Autónoma de Guadalajara para especializarse en cirugía plástica. Y luego realizó su residencia en el hospital de Petróleos Mexicanos, donde conoció a Ramón Pedro López Saucedo, otro cirujano practicante que iba dos años adelante de él.
López Saucedo, quien en la actualidad se encuentra en la clandestinidad por razones de seguridad, afirma que la amistad con el colombiano se debió a que compartieron muchas cirugías, y que fueron sus contactos con Ricardo Reyes los que lo llevaron a la fatídica operación quirúrgica de Amado Carrillo el 3 de julio pasado. "Hace aproximadamente ocho meses pude platicar con el doctor Reyes en Ciudad de México. Me comentó que se encontraba trabajando con pacientes empresarios a alto nivel que tenían un volumen alto de cirugías. Me solicitó que lo apoyara cuando él saliera de vacaciones".
Y las vacaciones llegaron. Según López Saucedo, el médico colombiano volvió a comunicarse con él y lo contactó con otro colega, Jaime Godoy, quien tenía un par de pacientes programados para cirugía plástica. La amistad de los cirujanos seguramente se selló en ese momento. "Operamos a dos señoritas en la clínica del Valle, a otros dos pacientes en el hospital Angeles de El Pedregal y otra en el hospital Santa Coleta. Después de que todos los pacientes tuvieron una evolución favorable dejé de tener contacto con el doctor Godoy desde principios de mayo". (Godoy, según las autoridades mexicanas, es uno de los cirujanos que apareció muerto, después de haber sido brutalmente torturado, en compañía del médico colombiano).
En julio, según López Saucedo, Ricardo Reyes volvió a contactarlo, esta vez con una misión muy concreta. "Me pidió que le ayudara a una cirugía plástica de un empresario que por ser hombre no quería que se supiera de su operación. La cirugía era una ritidoplastia, cirugía de rejuvenecimiento facial. El me dio el nombre de Antonio Flórez, de Guadalajara. Entre las alternativas de clínica que había se escogió el hospital Santa Mónica, y así fue programada la operación para el 3 de julio a las 8 de la mañana. El paciente llegó al vestidor con tres cirujanos, uno de ellos Ricardo Reyes, razón por la que me dio más confianza porque sabía que el doctor Reyes era un especialista calificado".
López Saucedo envió a varios periódicos mexicanos en julio pasado una carta, que es la fuente más valiosa con la que las autoridades han contado para reconstruir este caso (ver recuadro).
MEDICO Y FINANCISTA
Varias fuentes consultadas por SEMANA en México, cuyas versiones están siendo verificadas por las autoridades de ese país, aseguran que Ricardo Reyes Rincón no sólo fue médico de 'El señor de los cielos' sino que también podría haber participado en algunas transacciones financieras con Amado Carrillo.
La primera mención en ese sentido la hizo el Noticiero 24 Horas de Televisa, el de mayor sintonía en México, a mediados de agosto pasado. El informativo aseguró que el cirujano colombiano había sido identificado por la policía mexicana, según datos entregados por la policía chilena, como una persona que tenía alguna cercanía con Amado Carrillo. Según el noticiero, utilizaba dos seudónimos: Arturo Hernández Cárdenas y Ricardo Rincón de la Peña.
Reyes Rincón, según las autoridades mexicanas, ingresó a Chile en marzo pasado, con pasaporte mexicano, y durante varios meses representó los intereses financieros y comerciales de Amado Carrillo, quien utilizaba el seudónimo de Juan Arriaga Rangel. Fuentes del país azteca afirman que fue así como el capo mexicano organizó un emporio de inversiones mientras evadía a la justicia de México y Estados Unidos.
Las autoridades dicen que pudo haber sido en este período cuando Carrillo decidió hacerse la cirugía plástica con Reyes Rincón. Ello se habría producido después de que el narcotraficante mexicano intentara instalarse del todo en Chile como consecuencia de la caída del zar antidrogas de México, general Jesús Gutiérrez Rebollo, quien cayó en medio de un gran escándalo por sus vinculaciones con 'El señor de los cielos'.
Como le estaban pisando los talones, el narcotraficante decidió que había llegado el momento de cambiar de aspecto físico. La operación se planeó inicialmente en Cuba, donde Carrillo efectivamente estuvo en junio, pero finalmente, por razones todavía desconocidas, decidió hacerse en México bajo la dirección general del cirujano colombiano.
Según las autoridades chilenas Reyes Rincón fue quien le presentó a Carrillo al abogado Hernán Errázuriz Talavera, ex embajador de Chile en Gran Bretaña y actual asesor financiero de las tiendas inglesas Harrod's en Chile. Este último fue contratado por representantes de Carrillo para otorgar asesoría en proyectos de inversión inmobiliaria cuando el plan del narco mexicano era radicarse en Chile.
Por esas consultas Errázuriz cobró cerca de 16.000 dólares, según lo reconoció ante las autoridades, aunque alegó ante la juez Lusic, encargada del caso, que no conocía a sus asesorados ni el carácter de sus actividades. Pero aceptó haberse entrevistado en seis ocasiones con el colombiano Reyes Rincón, que en ese momento se hacía pasar por el médico mexicano Arturo Hernández Cárdenas con la disculpa de que "no deseaba que sus parientes se dieran cuenta de que buscaba invertir en Chile". Con esta disculpa se cambió de seudónimo en muchas otras oportunidades.
A fines de agosto la Cancillería mexicana, ya sobre la pista de la organización, entregó al embajador de Chile en México las fotografías de cuatro personas buscadas por las autoridades. Además de 'El señor de los cielos', Amado Carrillo, también estaba el cirujano colombiano Ricardo Reyes Rincón.
Por si todavía quedaban dudas, a mediados de septiembre pasado las autoridades de Estados Unidos revelaron que dos empresarios chilenos, Alejandro y Jaime Ventura Cohen, dueños de una casa de cambios en el país, utilizaron varias veces cuentas con depósitos de 26 millones de dólares que tenían en el Citibank para lavar dinero del cartel de Ciudad de Juárez. Su contacto era el médico colombiano Reyes Rincón, quien se había presentado como inversionista mexicano con dinero de negocios ganaderos. Los Ventura enfrentan actualmente proceso judicial en Nueva York.
El desenlace
No sin dificultades, y en un proceso novelesco, las autoridades mexicanas y estadounidenses lograron establecer finalmente que el paciente que murió el 3 de julio pasado en el hospital Santa Mónica de Ciudad de México fue Amado Carrillo. De inmediato el personal médico que participó en la operación se escondió, temeroso de sufrir represalias.
Las autoridades mexicanas aseguran que tres de esos médicos, el colombiano Reyes Rincón, Jaime Godoy Singh y Carlos Humberto Avila Melgem, asistieron el 17 de octubre a una reunión para discutir la riesgosa situación en la que se encontraban.
Lo que sigue es confuso. Algunos testimonios aseguran que miembros de la policía judicial mexicana, o personas que se hicieron pasar por ellos, detuvieron a los médicos a la salida de la reunión y los trasladaron a un lugar desconocido.
Lo que se ha podido deducir a partir del estado en el que fueron encontrados sus cadáveres es que duraron retenidos varios días, en los cuales fueron terriblemente torturados, entre otras cosas con una plancha caliente aplicada en varias partes del cuerpo, además de que les fueron arrancadas las uñas. Dos murieron ahorcados y un tercero de un tiro en la frente.
Pasaron cinco días antes de que los cadáveres fueran descubiertos, por una llamada anónima que informaba a las autoridades que sobre la carretera México-Acapulco encontrarían tres cadáveres. Ellos se hallaban en tres contenedores metálicos, de 200 litros cada uno, con la tapa soldada. Después de varias horas pudieron ser abiertos.
Analistas policíacos mexicanos aseguran que la forma como fueron descubiertos los contenedores con los cadáveres muestra que los autores de los asesinatos de los médicos querían cobrar venganza por la muerte de Amado Carrillo, pero también enviar un claro mensaje sobre la crueldad con la que silenciarían a cualquiera que se anime a colaborar con las autoridades para el esclarecimiento del caso.
En el interregno el Ministerio Público Federal aseguró que los tres médicos habían sido responsables de la muerte de Amado Carrillo, e incluso los acusó de asesinato.
Las familias de los otros dos médicos permanecen tan herméticas como la del médico colombiano. Pero en la casa de los padres de Jaime Godoy, en la ciudad de Guadalajara, quienes han aclarado que su silencio se debe al temor de otro atentado, se dice que hace años notaron que "entre la clientela de su hijo había gente con guardaespaldas y numerosos vehículos de lujo".
La operación fatal
El 4 de julio pasado las redacciones de los principales diarios mexicanos recibieron la sorprendente noticia: Amado Carrillo, jefe del poderoso cartel de ciudad de Juárez, había muerto después de una cirugía estética.
A pesar de las acusaciones, no existe claridad total sobre las circunstancias de la muerte, existen testimonios que aseguran que salió bien del quirófano, pero en la noche del 3 al 4 de julio se le aplicó un medicamento, llamado dormicum, que supuestamente le causó la muerte por ataque al corazón. Otras versiones dejan entrever la posibilidad de una muerte accidental en el quirófano. Y no son pocos quienes consideran que la policía mexicana se apresuró en acusar a los médicos. No faltan incluso quienes piensan que la propia policía tuvo mucho que ver en el asunto.
Sea lo que fuere, desde la muerte de Carrillo comenzaron a ocurrir una serie de asesinatos en México. En su mayoría se trata de gente vinculada a sus lugartenientes, en lo que se interpreta como una fuerte disputa dentro del cartel para obtener el control de la organización.
Pero algunos otros han relacionado esta cadena de muertes con la cirugía en la que murió Carrillo. Como dato increíble, todo el personal médico que estaba de turno en el hospital en la noche de la operación de 'El señor de los cielos' está desaparecido, muerto o prófugo.
La cirugía
Aunque las autoridades mexicanas han guardado con gran reserva las investigaciones sobre estas muertes, una carta enviada a varios periódicos a principios de julio pasado por el cirujano plástico Ramón Pedro López Saucedo, quien participó en la operación de Carrillo al lado del médico colombiano Ricardo Reyes Rincón, permite esclarecer en algo la forma como murió el capo mexicano.
Según López Saucedo, "El cirujano plástico de Culiacán, doctor Carlos X (supuestamente Carlos Humberto Avila Melgem), realizó el planteamiento quirúrgico y las marcas necesarias para hacer el procedimiento, que sería una ritidoplastia inferior, con colocación de implante pequeño de mentón, succión del área mamaria por ginecomastia y cirugía de punta nasal.
"La cirugía se realizó sin ningún accidente o incidente. El doctor Carlos X efectuó la ritidoplastia, blefaroplastia y la liposucción del área mamaria. La cirugía de la punta nasal la practicó el doctor Godoy. Los procedimientos quirúrgicos duraron ocho horas.
"El paciente Antonio Flórez (Amado Carrillo) emergió de la anestesia bien, pasando a recuperación con buena oxigenación y sin problemas. Fuimos a comer los médicos y cirujanos, exceptuando al doctor Godoy, quien se quedó con el paciente. Regresamos a los 90 minutos y lo encontramos consciente, alerta, estable y lúcido, pues contestaba preguntas coherentemente.
"A las 10:45 del otro día recibí un mensaje del hospital Santa Mónica en el que se me pedía que me hiciera cargo del certificado de defunción del paciente Antonio Flórez, quien había fallecido esa madrugada. El diagnóstico era un infarto agudo del miocardio. Para esa hora ya en el Santa Mónica había problemas con los familiares del paciente y había en los corredores varias personas armadas. Sentí mucho temor".
Y concluye la misiva: "Ha sido mi intención redactar esta carta para que se conozca la verdad sobre los hechos, en los cuales fui utilizado como un instrumento, engañándome sobre la identidad y las actividades del paciente. Si yo las hubiera conocido jamás habría accedido a participar en los sucesos antes señalados".
Quién era 'El señor de los cielos'
Cuando Amado Carrillo Fuentes murió el 4 de julio de este año era el narcotraficante más importante de México y había acumulado una fortuna estimada en 15.000 ó 20.000 millones de dólares después de haber ingresado al negocio de las drogas como una discreta y anónima mula 17 años atrás.
Había nacido en Navolato, poblado vecino a Culiacán, capital del estado de Sinaloa, de donde salían muchos de los hombres que ingresaban a los carteles de la droga y se movía con fuerza el tráfico de cocaína y marihuana.
Carrillo heredó la organización del narcotráfico creada por Miguel Angel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo. Pronto diseñó nuevas estrategias para expandir el negocio hasta el punto de movilizar grandes cargamentos de droga en grandes aviones, hecho que según algunos le mereció el apodo de 'El señor de los cielos'.
Llegó a ser el jefe del temido cartel de Juárez, que controla el tráfico de cocaína en 14 estados de México y, cuando Pablo Escobar murió, estableció un nuevo pacto con el cartel de Cali que le permitió pasar de acarreador de droga a intermediario: le compraba a los colombianos para luego venderle a Estados Unidos.
Pero el buen tiempo no duró mucho. A principios de este año las autoridades mexicanas detuvieron al general Jesús Gutiérrez Rebollo, jefe del combate contra las drogas en México, por presuntos vínculos con Amado Carrillo. Este hecho obligó a 'El señor de los cielos' a vivir en refugios. Seis meses después murió luego de una cirugía plástica que se prolongó por espacio de ocho horas, en la cual le suministraron un medicamento que le produjo una falla cardíaca.
EL TESTIGO
Ramon Pedro Lopez Saucedo es actualmente jefe de cirugía del hospital Santa Mónica, un pequeño centro de ciudad de México donde Amado Carrillo fue sometido a la operación que acabó con su vida. Especializado en cirugía estética, del cráneo y maxilofacial, Está casado con Elvia León Quintero, prima de Rafael Caro Quintero, narcotraficante procesado judicialmente por el homicidio del agente de la DEA Enrique Camarena Salazar, en febrero de 1985, un asesinato que conmovió al mundo por la crueldad con el que se realizó: entre otras cosas se dice que a Camarena le introdujeron un taladro en el oido a manera de tortura.