MEDIOAMBIENTE
Piamonte, un área protegida urbana donde descansa el ibis negro
En esta zona de 14,2 hectáreas se encuentran diversas especies de flora y fauna. Gracias a ella los bellanitas pueden respirar un aire más limpio. ¿La conocía? Se la presentamos.
Al suroccidente de Bello, en la comuna 3, bautizada como Santa Ana, se encuentra la Casa Finca Piamonte, una construcción en tapia de más de 250 años que, por su arquitectura, es considerada patrimonio histórico. Se dice que viven brujas en sus árboles, que en la noche ladra un perro que nadie ha visto y que también hay una guaca. Todos son mitos (o quizá no). Lo que sí es cierto es que sus primeros habitantes fueron españoles y luego franceses que trabajaron en Fabricato. También estuvo habitada por ingenieros encargados de la construcción de la planta de gaseosas Postobón. Luego vendieron los terrenos al municipio.
Con el tiempo se estableció que la Casa Finca Piamonte no podía ser solo una figura de patrimonio histórico. Por eso, hace más de 30 años surgió la idea de convertirla en una zona de protección forestal de Bello. Gracias a los recursos entregados por el Área Metropolitana del Valle de Aburrá se empezaron a adquirir los terrenos aledaños a esta casa hasta que se conformó un territorio de 14,2 hectáreas. Hoy, este espacio recibe el nombre de Piamonte y el 2 de junio de 2011 fue declarado como área protegida urbana.
Se dice que las áreas protegidas declaradas deben ser grandes extensiones de tierra. Sin embargo, algunos académicos y el Instituto Alexander von Humboldt aseguran que las zonas protegidas urbanas también son estrategias de conservación natural y que hacen aportes ecosistémicos. Esto significa varias cosas. Por un lado, que modifican la sensación térmica del territorio. En Bello, por ejemplo, la Secretaría de Ambiente ha realizado mediciones para comparar la temperatura en las áreas verdes del municipio y en las zonas donde predominan el concreto y el ladrillo. Se demostró que, a la misma hora del día, la temperatura es 4 o 5 grados más baja en lugares como Piamonte, es decir, mitigan las olas de calor causadas por las grandes edificaciones. Además, está comprobado que estos espacios, al ser fijadores de carbono, reducen la cantidad de CO2 presente en el aire, lo que minimiza el impacto del material particulado a la atmósfera.
Cuna de especies
Piamonte se encuentra entre los 1.000 y 2.000 metros sobre el nivel del mar, una característica que le permite albergar gran diversidad de flora y fauna. La acacia japonesa, el pomarroso, el ciruelo y el samán son solo algunas de las 32 especies de árboles que se hallan en este lugar. También es hogar de colibríes, mieleros, azulejos, golondrinas y de otros 41 tipos de aves. Quienes se animan a visitar la finca para hacer un pícnic, meditar o practicar yoga, se cruzan con lagartijas de colores, puercoespines, murciélagos y ardillas.
Este lugar, junto a Nutibara, la Asomadera y el Volador componen las cuatro áreas urbanas protegidas del Valle de Aburrá y a ellas llegan las aves migratorias. El ibis negro, que por lo general vuela largos trayectos, hace una parada en Piamonte para descansar. Lo mismo sucede con la monarca, una mariposa que viaja desde el sur del Área Metropolitana hasta el cerro Quitasol. Para cumplir con su recorrido, también descansan en el mariposario que se les construyó en este paraíso.
Piamonte es uno de los ecosistemas con mayor probabilidad de salvaguardar la diversidad biológica regional desde lo urbano, tal y como se establece en su plan de manejo. Además, es un centro de esparcimiento desde el que se espera sembrar en la ciudadanía una conciencia a favor del medioambiente. ¿Habría un mejor lugar para lograrlo?