El mártir del ‘hip hop’

Hace 10 años fue asesinado el legendario Tupac Shakur, pero aún sigue vendiendo millones en discos. Esta es la historia del fenómeno que llevó el ‘hip hop’ del gueto a las masas.

16 de septiembre de 2006
Los seguidores de Bad Boy Records creen que el mejor rapero de todos los tiempos es Notorious B.I.G. Su productor, Sean ‘Diddy’ Combs, logró uno de sus mayores éxitos con la canción “I‘ll be missing you”, que dedicó a la memoria de su amigo

Con sólo 25 años murió Tupac Shakur en una sala de cuidados intensivos el 13 de septiembre de 1996. Seis días antes había recibido cinco disparos mientras transitaba por una de las principales avenidas de Las Vegas, al salir de una pelea de Mike Tyson. A pesar de su corta edad, él se había convertido en un ícono para millones de fanáticos. Pero su muerte lo transformó en leyenda.

Y como sucede con casi todos los ídolos que dejan la tierra antes de tiempo, como Jim Morrison, John Lennon o Elvis Presley, hay personas que aseguran que él sigue vivo. Esta hipótesis, aunque falsa, no parece tan descabellada si se tiene en cuenta que en los últimos 10 años se han publicado seis discos con material inédito y que sus trabajos siguen recaudando entre cinco y 12 millones de dólares cada año, razón por la que siempre aparece en las listas de artistas muertos que más venden. Es más, muchos expertos en el mundo de la música vaticinan que en un par de años podría derrocar al mismo Elvis, rey de estas listas.

Tupac Amaru Shakur nació, al igual que el hip hop, en los tugurios neoyorquinos y desde su concepción hizo parte de la lucha revolucionaria de los afronorteamericanos. Su madre, Alice Faye Williams, luego conocida como Afeni Shakur, y su padrastro, Mutulu Shakur, eran líderes de la organización de Las Panteras Negras (que luchaba por los derechos civiles por medio de la resistencia armada). Desde antes de nacer ya había conocido la cárcel, porque Afeni debió pagar una sentencia durante su embarazo por participar en atentados contra los símbolos de la ciudad. Además, en su infancia, su madre se volvió adicta al crack y vivió la dura vida del gueto, en donde no tenían ni siquiera luz eléctrica.

Pocos años más tarde su familia se mudó a Baltimore. Allí Shakur ingresó a la Escuela de Artes, en donde estudió a Shakespeare, bailó Cascanueces y aprendió música. Fanático de la poesía desde joven, decidió utilizar su don de la palabra para rapear. A los 17 años llegó a Los Ángeles, ciudad en donde encontraría la fama. Pero el camino no fue fácil y la falta de dinero lo llevó a convertirse en vendedor de drogas por un tiempo. Aun así, él sabía que el hip hop era su forma de expresión, por ser una corriente cultural que trata temas como la vida en las calles, las drogas, la violencia y la misoginia, ambiente en el que él creció. Su talento llamó la atención desde su primer disco, 2pacalypse Now, que salió a la venta en 1991. Más tarde ingresó al mundo del cine, donde su más recordada participación fue en Poetic Justice junto a Janet Jackson.

Pero él no sólo rapeaba acerca de las guerras entre pandillas, las pistolas y los problemas con la Policía. Él hacía parte de ese mundo y fue buscado por participar en tiroteos callejeros y sentenciado a cuatro años de prisión por abuso sexual. También fue uno de los grandes protagonistas de la guerra más sangrienta de la historia del mundo del espectáculo, la que libraron las disqueras de hip hop de la costa este contra las de la costa oeste de Estados Unidos.

Shakur pertenecía al sello Death Row Records de Los Ángeles, dirigido por Marion ‘Suge’ Knight y para el que también graban otros famosos artistas como Snoop Dogg y Dr. Dre, actual productor de Eminem. Del otro lado del país, en Nueva York, se encontraba su disquera enemiga, Bad Boy Records, dirigida por Sean ‘Diddy’ Combs y a la que pertenecía Notorious B.I.G., el gran rival de Tupac.

Ya en 1994 Tupac Shakur había sido baleado, tan solo unos días antes de ser encarcelado por violar a una fanática. Él acusó a Notorious B.I.G, de haber contratado gente para que lo mataran. La disputa verbal y musical se convirtió en una guerra de sangre y balas. Después de pasar nueve meses en la cárcel, su jefe ‘Suge’ Knight pagó la fianza de millón y medio de dólares y le devolvió la libertad. A cambio de ese dinero, el rapero debió grabar tres discos y quedó atado a Death Row indefinidamente. Para empeorar la situación, Knight lo presionó para agudizar la lucha en contra de su rival. La gota que derramó la copa fue una canción, que contaba cómo había tenido relaciones sexuales con la esposa de B.I.G. En septiembre murió Shakur, para muchos el primer mártir del hip hop. Seis meses más tarde fue asesinado B.I.G.

Hasta la fecha no se han encontrado los autores de los asesinatos y existen dos teorías sobre lo que realmente ocurrió. El periódico Los Ángeles Times, después de una larga investigación, concluyó en 2002 que B.I.G. pagó un millón de dólares por el asesinato de Tupac y que luego Suge Knight lo habría mandado matar a él en venganza. Por otro lado Nick Broomfield, autor del documental Biggie &Tupac, asegura que fue Knight quien mandó matar a ambos. A Tupac porque quería renunciar a su disquera y a Notorious B.I.G. para poder mantener la teoría de la guerra entre el este y el oeste.

“Los raperos se dieron cuenta de que la violencia no ayuda a vender discos. Además, estos asesinatos les trajeron mala fama en la prensa mundial”, dijo a SEMANA Andrew Ryan, profesor de historia del hip hop que está escribiendo un libro sobre Tupac. Las estrellas del hip hop aseguran que estas rivalidades ya no existen. La imagen de gángster ha sido cambiada por la del lujo y los millones. La moda del bling-bling, o sea de mostrar el dinero que se tiene, de usar joyas caras y pesadas, de abanicarse con billetes en las alfombras rojas y de hacer gastos suntuosos, es la que mueve a este grupo de artistas actualmente. La música de las pandillas es ahora la que más discos vende en el mundo y se ha convertido en una megaindustria que produce al año más de 10.000 millones de dólares, según la revista Forbes. Los historiadores también han valorado su importancia, al punto que el museo Smithsonian inauguró una exposición permanente sobre la cultura hip hop.

“Tupac Shakur ayudó a consolidar la industria. Él fue la primera figura mediática que tuvo el ‘hip hop’, porque la gente que no conocía su música sí lo reconocía como actor de cine”, explicó a SEMANA Gonzalo Rodríguez, periodista y director del programa Da Beat en Canal 13. Otro de sus grandes aportes fue haber logrado que los jóvenes blancos se interesaran en el hip hop. Hoy en día sus letras son analizadas en las universidades por profesores y alumnos que estudian poesía.

Tupac Shakur no logró sacar provecho de los millones que generó su música, y su madre aseguró que cuando murió sólo tenía 300 dólares en el banco. Sin embargo, sus discos han vendido más de 70 millones de copias. Por eso sus logros son difíciles de superar por cualquier rapero que quiera seguir sus pasos. La tragedia de Shakur cambió las balas por diamantes, y ahora gana la lucha quien venda más discos. Y gracias a su fama, el hip hop salió de los límites de las peligrosas calles de los tugurios para convertirse en el fenómeno contracultural más importante después del rock.