INTENCIÓN DE VOTO EN CALI
Elecciones en Cali, los nervios de punta
El exalcalde Ospina bajó cinco puntos. Aunque sigue siendo el favorito, la ventaja se acorta frente a su directo competidor, Chontico Ortiz. Esto coincidió con una acusación de la Fiscalía a solo dos semanas de los comicios. Éder se crece.
El desenlace de la disputa por la Alcaldía de Cali se puso para alquilar balcón. A dos semanas de los comicios, la encuesta de Invamer registra un empate técnico entre Jorge Iván Ospina y Roberto ‘Chontico’ Ortiz. Uno de ellos será el nuevo mandatario de los caleños, pero la definición se resolverá en un auténtico esprint final, al estilo del ciclismo. Ospina, candidato de la Alianza Verde, tiene una intención de voto del 36,5 por ciento. Mientras tanto, el empresario del chance Chontico Ortiz, quien cuenta con el apoyo del uribismo y otros partidos políticos tradicionales como el Conservador y un sector de Cambio Radical, registró el 31,7 por ciento.
Ospina gana en el estrato medio ampliamente con el 41,3 por ciento y en los estratos altos con el 33,4 por ciento, que esta vez podrían ser los decisivos. Se impone sobre todo en la franja de personas de 45-54 años, con el 44,2 por ciento, así como en el espectro del centro político (41,6 por ciento) y por supuesto de la izquierda (54,2 por ciento).
Por su parte, Ortiz tiene una mayor aceptación entre las personas de 18 a 34 años, pero tiene su fuerte en los mayores de 55 años, pues cuenta con el 40,2 por ciento de los votantes encuestados. Le gana a Ospina en los estratos bajos ya que el 36,5 por ciento de los consultados en este sector manifestaron que votarían por él. Chontico además recoge la mayoría del voto de la derecha con el 37, 3 por ciento.
Lo particular de esta contienda es que ninguno de los dos creció. Tanto Ospina como Ortiz cayeron en la intención de voto respecto al mes de agosto. En esa oportunidad el candidato de los verdes parecía escaparse del lote con el 41,9 por ciento y despuntaba como el favorito pero ahora perdió cinco puntos. Ortiz prácticamente se estancó pues en agosto tenía una intención de voto del 33,2 por ciento y ahora registró casi un punto y medio menos.
En estos dos meses de la campaña caleña creció más el empresario Alejandro Éder, en el tercer lugar en la encuesta, y pareció recoger los puntos que perdieron los candidatos que lo anteceden. Tiene una intención de voto del 15,3 por ciento, casi el doble de la que registró en agosto (8,9 por ciento). Los otros cinco candidatos que continúan en la contienda registraron menos del 5 por ciento.
La caída de Ospina en esta encuesta puede responder a que su campaña se ha visto salpicada por las investigaciones de organismos de control por presuntas irregularidades en algunos contratos cuando gobernó la ciudad entre 2008 y 2011. También influye el distanciamiento de algunos verdes de su candidatura, como el sector de Claudia López, quien dijo que si viviera en Cali no votaría por Ospina. Y hasta sectores de izquierda, como el del senador del Polo Alexánder López, han invitado a votar en blanco.
Tanto Ospina como Ortiz cayeron en la intención de voto respecto al mes de agosto. Solo Éder creció.
Lo particular de esta contienda es que ninguno de los dos creció. Tanto Ospina como Ortiz cayeron en la intención de voto respecto al mes de agosto. En esa oportunidad el candidato de los verdes parecía escaparse del lote con el 41,9 por ciento y despuntaba como el favorito pero ahora perdió cinco puntos. Ortiz prácticamente se estancó pues en agosto tenía una intención de voto del 33,2 por ciento y ahora registró casi un punto y medio menos.
Además, algunas salidas en falso le han pasado factura, como el ataque que lanzó contra Alejandro Éder en el que terminó diciendo que el acuerdo de paz era un “bulto de impunidad” cuando en el pasado lo había respaldado. Después pidió perdón. Por si fuera poco, sus contendores resucitaron al exsenador Juan Carlos Martínez Sinisterra, quien estuvo preso por parapolítica, encargado ahora de recordar que Ospina le había entregado dos secretarías a su grupo político durante su pasada administración en Cali.
Pero quizás el golpe más fuerte vino por cuenta de la Fiscalía, que lo citó a una audiencia de acusación precisamente por uno de los procesos por los que le investiga. Para muchos resultó extraño que desempolvara un caso de hace 11 años en plena campaña. Tras ello, Ospina señaló a la Fiscalía de actuar como policía política e inició una huelga de hambre.
Hasta ahora esas investigaciones no le habían impedido a Ospina consolidar su liderazgo y que su imagen positiva superara a la del resto de candidatos. En buena parte su favoritismo radicaba en la imagen favorable que dejó como alcalde, y a ello se sumaron los apoyos políticos de poderosas maquinarias de la región, como el del grupo de la gobernadora Dilian Francisca Toro y del senador Roy Barreras, entre otros.
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De los tres candidatos de la punta, Éder –apoyado por Sergio Fajardo– parece tener el mayor margen para crecer en la recta final de la campaña, pues apenas el 45,4 por ciento de los caleños lo conoce. El 20,6 por ciento tiene una imagen favorable de él, mientras el 14,8 por ciento tiene una imagen desfavorable.
Maurice Armitage se raja en su gestión pues el 57,8 por ciento de los encuestados desaprueba su desempeño, y el 58,4 cree que la ciudad está empeorando.
Ospina y Ortiz, en cambio, parecen más cerca de su techo. Al exalcalde lo conoce el 80 por ciento de los caleños, de los cuales el 42 por ciento tiene una imagen favorable. Esta se ha reducido en la presente campaña pues en su rol de candidato ha bajado seis puntos desde abril. Su imagen desfavorable ha crecido y en la recta final de la contienda es del 30,2 por ciento. Chontico Ortiz, por su parte, tiene un reconocimiento del 70,9 por ciento. Su imagen favorable también ha decrecido y hoy es del 41,6 por ciento y su desfavorable del 20,5 por ciento.
En buena parte la definición de Cali pasará por lo que suceda con Ospina. Falta ver qué resultará de su huelga de hambre que, sin duda, llama la atención. Pero nadie sabe cómo reaccionarán los caleños. Si expresan solidaridad con un candidato que se declara víctima de una ‘guerra sucia’ o si le quitan votos por sus cuestionamientos por presuntos hechos de corrupción.
En el segundo escenario, el gran interrogante busca saber quién capitalizará los votos que pueda perder Ospina: si se van para otro nombre cuestionado por pagar durante la recolección de firmas y apoyado por la política tradicional, como el Chontico Ortiz. O si llegan a la candidatura de Alejandro Éder, a quien la mitad de los votantes no conocen y que ondea precisamente la bandera de la lucha contra la corrupción.
Paradójicamente, de los adeptos que Éder pueda conquistar en la recta final de la campaña dependerá el ganador. ¿Le alcanzarán estas dos semanas para dar la sorpresa? O ¿solo jugará un papel determinante para definir entre los dos punteros al triunfador?
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