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ELECCIONES 2018

Pinochómetro: verificamos los discursos de Iván Duque y Gustavo Petro

¿Obtuvo Duque la mayor votación en una primera vuelta? ¿Recortó Petro más de la ventaja que le llevaba el candidato del Centro Democrático? Revisamos la veracidad de las afirmaciones de los dos candidatos en sus discursos de la jornada electoral. Este es el resultado.

28 de mayo de 2018

Gustavo Petro: Matemáticamente hay un hecho. La ventaja que Duque y sus aliados tomó sobre nosotros ha disminuido completamente en 10 puntos porcentuales. En muchos de los escenarios de análisis siempre se decía los que nosotros teníamos un techo, resulta que es al revés”

En esta afirmación de Petro se unen dos premisas en la que una es falsa o confusa y la otra parcialmente cierta. En la primera que dice “la ventaja que Duque y sus aliados tomó sobre nosotros ha disminuido completamente en 10 puntos porcentuales” cabe recalcar que en el caso de las encuestas, Petro no remontó a Duque en 10 puntos porcentuales. En las dos encuestas hechas por Invamer en abril y mayo para revista Semana, Duque tiene un 41,3 y un 41,5 por ciento, respectivamente, y Petro alcanza 31 y 29,5 por ciento. Esos resultados comparados con los de las elecciones muestran que las distancia entre Petro y Duque se amplió al pasar de 12 en los sondeos a un 13, 3 por ciento.

La primera afirmación de Petro solo puede ser en parte cierta si se comparan los resultados de las consultas partidistas con los de las elecciones. La consulta de la derecha obtuvo un 43 por ciento más de votos que la coalición de izquierda, y en las elecciones, esa distancia pasó a un 36 por ciento, es decir hubo una reducción de 6 puntos pero no los 10 que reclama Petro.

La segunda premisa de que Petro no tiene techo es difícil de comprobar ya que si bien es cierto que él obtuvo 1.500.000 votos más que los obtenidos en la consulta, lo que comprobaría que no tiene un techo, los porcentajes de las elecciones comparados con la última encuesta muestran una reducción de 4,5 puntos al pasar de 29, 5 a 25 por ciento.

Iván Duque: “Hemos logrado la votación más alta que se conozca en Colombia en una primera vuelta”.

Desde el punto de vista simplemente numérico, la afirmación de Iván Duque es cierta. Su votación, de 7’567.785 votos, es la mayor de la historia en una primera vuelta presidencial, pues supera, aunque por un estrecho margen, la votación obtenida por Álvaro Uribe para su reelección en 2006, que fue de 7.397.835 votos, según las cifras de la Registraduría. Sin embargo, en proporción a la participación electoral, la votación de Uribe continúa siendo la mayor de la historia para una primera vuelta, pues en ese momento le permitió ser elegido en primera vuelta, con el 62% de los votos. La elección de Duque sí supera ampliamente a las obtenidas en las demás primeras vueltas que se han realizado desde 1994, incluidas las de 2014 (que ganó Óscar Iván Zuluaga con 3’769.005 votos), 2010 (que ganó Juan Manuel Santos con 6’802.043 votos) y 2002 (que ganó el mismo Uribe, con 5’862.665 votos).

Gustavo Petro: “Independiente de por quién votaron los colombianos y colombianas, tuvieron bastante alternativas para ello. El voto en realidad no se polarizó, el voto se distribuyó entre diversas alternativas muy fuertes desde el punto de vista electoral que indica que en Colombia va cogiendo fuerza legitimidad el pluralismo como uno de los ejes de la democracia”.

Aunque la premisa de Petro se comprobaría con la votación de Fajardo que alcanzó casi 4.600.000 y demostraría que en la de los 19 millones de colombianos que votaron hay casi una cuarta parte que prefieren un camino distinto a la polarización que plantearon Duque y Petro, lo cierto es que al final de cuentas los colombianos deben escoger entre los dos extremos de la política nacional. Un reconocido político dijo a Semana, “esta es la primera vez que el país tiene que escoger entre dos opciones políticas de país en la que una izquierda encabezada por Petro tiene oportunidades reales de triunfar, ni siquiera en la elección del 2006 se presentó esa dicotomía porque Uribe ganó en primera vuelta frente a un candidato de izquierda y uno liberal”. En este mismo sentido se expresó el politólogo Gustavo Duncan: “lo que vimos con los resultados de primera vuelta es que los dos candidatos con más opciones representan los extremos antagónicos del espectro político y sus seguidores, localizados en las líneas duras, son tan numerosos que las tendencias radicales y al menos hasta la primera vuelta, parecieran primar sobre los sectores moderados. La competencia es por agrandar los extremos, no por ganarse al centro”.

Iván Duque: “Esta campaña es un proyecto colectivo que le da oportunidad a una nueva generación que quiere gobernar a Colombia”.

Sí Duque solo hiciera referencia a sí mismo, su afirmación podría calificarse como cierta, pues Duque, con 41 años, hace parte, en efecto, de una nueva generación. Pero el proyecto político que menciona es el mismo que ha acompañado al expresidente Uribe desde hace varios años, en la mayoría de los casos desde su primer Gobierno en 2002. Los mismos nombres de los dirigentes políticos a quienes Duque mencionó y agradeció en su discurso de este domingo son una muestra de ello: su candidata vicepresidencial, Marta Lucía Ramírez, fue Ministra de Defensa de Uribe, en 2003; Alejandro Ordóñez fue procurador entre 2008 y 2016; Angelino Garzón fue Vicepresidente en la primera administración de Juan Manuel Santos, después de una trayectoria como sindicalista y político de más de 30 años, y Vivianne Morales, ocupó su primera curul en el Congreso desde 1991. El mismo análisis podría continuarse con otros nombres como José Obdulio Gaviria, Francisco Santos o Fernando Londoño, que hacen parte del círculo cercano a Uribe y que hacen parte del proyecto político de Duque. De ninguno de ellos podría decirse que hacen parte de una nueva generación.

Gustavo Petro:  No es simplemente el candidato Duque o el candidato Petro con sus biografías familiares y personales las que se encuentran dirimiendo el futuro de Colombia. En realidad no es así. Son dos largas historias que vienen de atrás, es la historia de Colombia, acumulada, que empieza a interpretarnos en nosotros sus instrumentos para dirimir una discusión de la historia de Colombia: volvemos a una constitución de 1886 (…) o continuamos con la constitución del 91

Petro no se equivoca al decir que en la segunda vuelta los colombianos deberán escoger dos modelos de sociedad y Estado completamente distintos. En uno, encabezado por Duque, se recoge los ideales de una sociedad conservadora con tintes religiosos, la iniciativa privada tiene primacía en el campo económico y se le sigue apostando a la exportación minera y petrolera. En el modelo de Petro se busca ampliar los derechos de sectores sociales como los LGBTI, se apuesta por una economía con un mayor protagonismo del Estado y de lo público y se busca salir del modelo extractivista. Si bien esto es cierto, Petro exagera al decir que Duque quiere volver a la Constitución del 86. Aunque tras del candidato de la derecha se encuentran Ordóñez y las iglesias cristianas más importantes del país, que abiertamente buscan reversar algunos derechos obtenidos por la comunidad LGBTI, todavía es incierto el poder que puede tener este sector radical del uribismo y qué capacidad política tendrían para reformar o promulgar una nueva constitución.

Iván Duque: “En Colombia no hay enemigos de la paz. Por eso, tenemos que ser capaces de hablarle con claridad a Colombia. Nosotros no queremos hacer trizas los acuerdos, queremos dejar claro que la colombia de paz se encuentra con la de la justicia”.

La afirmación hecha por Duque sobre el tema de la paz es difícil de comprobar mientras no se haga realidad un eventual mandato suyo. Sin embargo, las declaraciones que ha dado durante su campaña muestran que ha ido moderando su posición frente al tema de la paz a medida que ha avanzado el debate electoral. La expresión “hacer trizas el acuerdo de paz” surgió de un discurso del exministro Fernando Londoño durante la convención del Centro Democrático en mayo del año pasado, pero desde ese entonces, ningún dirigente de esa colectividad, incluido el expresidente Álvaro Uribe, ha reiterado ese objetivo. Durante la mayor parte de la campaña, Duque habló de reestructurar los acuerdos, lo que, según explicaba, consistía en hacerle ajustes importantes, pero en los últimos debates ha cambiado su discurso y ha asegurado que respetará los beneficios recibidos por la base guerrillera, pero será riguroso con que los máximos responsables de las Farc cumplan con lo que les corresponde en materia de verdad, justicia y reparación. “Nosotros tenemos que ser amables y generosos con la base guerrillera, pero tenemos que garantizar que los máximos responsables le cumplan al país. Si no tenemos eso, la paz no va a ser duradera”, manifestó durante su discurso de este domingo. Duque, sin embargo, aún no ha explicado si eso significa hacer ajustes a los acuerdos o simplemente verificar que se cumpla lo acordado frente a la Jurisdicción Especial para la Paz, la Comisión de la Verdad.

Gustavo Petro: “Una clase media que en lugar de ser la minoritaria debería ser la mayoritaria y quizás cubrir la totalidad de la población colombiana (…) podemos lograr en la Colombia humana que la sociedad colombiana, siendo hoy la más desigual del mundo, pueda ser una sociedad de clase media”.

Esta parte del discurso tiene una premisa falsa y otra exagerada. En cuanto a que la clase media en Colombia es minoritaria, un informe del Departamento Nacional de Planeación realizado este año señala que la clase media pasó del 23 por ciento en 2009 a 31 por ciento en 2017, contradiciendo lo dicho por Petro. Si bien el mismo estudio destaca que hay 19 millones de colombianos en lo que se cataloga como clase media emergente vulnerable, es decir que tiene un alto riesgo de volver a ser pobre, lo cierto es que Colombia ha logrado éxitos importantes en la lucha contra la pobreza, aunque eso no significa que la desigualdad se haya reducido sustancialmente. Por otra parte, Petro exagera al decir que el país es más desigual del Mundo porque los datos del Banco Mundial señalan que Colombia ocupa el segundo lugar en América Latina en inequidad y el séptimo en el Mundo.

Iván Duque: "Las empresas en Colombia hoy están asfixiadas por impuestos. Bajar impuestos es la forma como se recupera esta economía".

Las cifras del Banco Mundial confirman lo dicho por Iván Duque respecto de que las tasas de impuestos que se cobran en Colombia están entre las más altas de América Latina. Según el proyecto Doing Business, del Banco Mundial, los impuestos en Colombia equivalen al 69,7% de las utilidades comerciales de las empresas, lo que pone al país por encima de Perú (35,6%) y Ecuador (32,5%), al nivel de Brasil (68,4%), pero por debajo de Bolivia (83,7%) y Argentina (106,0%), aunque, según reconoce el mismo informe, la carga impositiva ha venido reduciéndose, pues era de 83,7%. La segunda parte de su afirmación es más difícil de verificar pues existe una amplia discusión entre expertos internacionales sobre si existe una relación directa entre una rebaja de impuestos, la creación de empleo y un mayor desarrollo económico. Por el momento, no existe evidencia contundente de que exista esa relación.

Gustavo Petro: “Temen las personas que no congenian con nosotros, y que están en otro tipo de formaciones políticas, de que si llegamos al gobierno, pudiéramos utilizarlo de una forma autoritaria quitándole sus derechos y sus libertades (…) Olvidan las personas que piensan, que nosotros hicimos la constitución del 91”.

Ambas premisas de la afirmación de Petro son ciertas. Hoy en día, no hay elementos de juicio para afirma que Petro se vaya a comportar de manera autoritaria si gana la presidencia. También es cierto que el M-19, al que él perteneció, fue ficha fundamental en la redacción de la Constitución de 1991. La Alianza Democrática M-19 obtuvo la segunda mayor votación en las elecciones que conformaron la Asamblea Nacional Constituyente, se hicieron a 19 curules, solo superados por el partido liberal que tuvo 25, y su dirigente Antonio Navarro fue parte de la presidencia del órgano, junto con Horacio Serpa y Álvaro Gómez.

Iván Duque: “Marta Lucía Ramírez podría ser la primera mujer Vicepresidenta”.

La simple constatación histórica confirma lo dicho por Duque. Desde que esta figura fue creada en la Constitución de 1991, no ha sido elegida ninguna Vicepresidenta mujer en Colombia. Sin embargo, podría decirse lo mismo si la fórmula de Gustavo Petro fuera la ganadora en la segunda vuelta: Ángela María Robledo podría ser la primera mujer vicepresidenta del país. De hecho, con excepción de Juan Carlos Pinzón, fórmula vicepresidencial de Germán Vargas Lleras, todas las candidatas a la Vicepresidencia eran mujeres, con lo cual este hito histórico electoral se daba casi por descontado en las actuales elecciones.