TEATRO
Ella en Shakespeare: el nuevo proyecto de Alejandra Borrero
Una obra de teatro busca mostrar cómo la historia de las mujeres es la misma que hace 500 años. Entrevista con Alejandra Borrero.
Ella en Shakespeare es la nueva obra de teatro de Alejandra Borrero que se estrenará este jueves 12 de junio en el teatro El Arlequín de Bogotá. El proyecto se enmarca dentro de la campaña “Ni con el pétalo de una rosa” que lidera la actriz hace varios años y que busca visibilizar y combatir la violencia contra la mujer a través del arte y la pedagogía.
La idea de la nueva obra es utilizar fragmentos de las magnánimas obras de William Shakespeare para mostrar cómo la situación de las mujeres hace 500 años se repite en la actualidad. Las duras escenas, que en algunos casos involucran testimonios reales de mujeres víctimas, buscan visibilizar el problema de género que existe en Colombia y la forma en que el drama, el sufrimiento y la culpa de las mujeres a las que Shakespeare dio vida hace 500 años se refleja en la situación actual de género.
La obra, adaptada y dirigida por Manolo Orjuelo y con la actuación de Alejandra Borrero y Erik Rodríguez, se presentará desde el 12 de junio hasta el 7 de julio en el Teatro El Arlequín.
Con un escenario minimalista y vestidos de la época, los actores buscan cambiar imaginarios, transformar ideas y mostrarle a la gente que el sufrimiento de las mujeres es una antigua realidad que debe cambiar.
SEMANA habló con Alejandra Borrero sobre este nuevo proyecto y su lucha contra la violencia de género en Colombia.
SEMANA: Háblenos un poco de su nueva obra, Ella en Shakespeare, ¿de qué se trata este nuevo proyecto?
Alejandra Borrero: Es una camisa de once barras que me he puesto. Lo que tratamos de hacer es aprovechar a Shakespeare para hablar del tema de género en Colombia. Se tocan personajes específicos de nuestra realidad, la mayoría víctimas de conflicto armado, de violencia intrafamiliar, y no quiero contar más para que la vayan a ver…
SEMANA: ¿Cómo se utiliza a Shakespeare en la trama?
A. B.: Utilizamos diferentes escenas de diferentes obras que ejemplifican, por ejemplo, una historia de celos y asesinatos como Otelo y Desdémona. Shakespeare tiene una cualidad increíble y es que al leerlo uno se da cuenta de que aun es muy vigente, cada palabra que dice tiene alguna relevancia en nuestro contexto. Uno empieza a leer sus obras y empieza a ver otro significado en cada una de las palabras. Eso me tiene realmente sorprendida, asustada y fascinada. Meterme en Shakespeare ha sido una verdadera experiencia.
SEMANA: ¿Cuánto tiempo llevan con este proyecto? ¿Cómo ha sido el proceso de traer a Shakespeare al contexto colombiano?
A. B.: Llevamos varios meses, pero ensayando llevamos poco tiempo. Aun estamos detallando como vamos a ejemplificar cada una de las escenas, que no es sencillo porque estamos hablando de la realidad nacional y tratando de ejemplificarla con Shakespeare. No sé qué va a sentir la gente. Hay escenas muy duras, brutales. Pero lo que estamos tratando de decir es que desde hace 500 años la historia de las mujeres sigue siendo la misma, y esto tiene que cambiar en algún momento.
SEMANA: Usted ya lleva mucho tiempo trabajando en el tema de violencia contra las mujeres, ¿cómo ha sido esa experiencia?
A. B.: Si, llevo un buen tiempo trabajando con este tema y cada día me apasiona más. He trabajado con diferentes grupos, con mujeres y hombres en situaciones complejas donde la violencia es parte de la vida. He trabajado con victimas del conflicto armado y con victimas de trata de personas. Siento que he tenido el privilegio de encontrarme con seres absolutamente increíbles que han vivido vidas que, de solo pensarlas, me moriría. Son increíbles.
SEMANA: ¿Qué la motivó a trabajar en torno al problema de la violencia de género?
A. B.: En una obra que hicimos, “A la sombra del volcán”, que era una obra de abuso sexual infantil, me sorprendió ver lo que producía en el público. Las mujeres abusadas empezaban a llorar y uno sabía exactamente cuántas personas había en la sala que habían vivido una situación parecida a lo que estábamos hablando. Me di cuenta del poder que tiene el arte para mostrar cosas tan brutales, dolorosas, vergonzantes e invisibles, de las que a nadie le gusta hablar.
SEMANA: ¿En qué forma puede el arte contribuir a la solución del problema?
A.B.: Además de que el arte es absolutamente sanador, creo que el arte sirve para que poco a poco las victimas se dignifiquen, se entiendan, hablen. Por ejemplo con las chicas de trata de personas con las que llevo trabajando un año, con el proceso de hicimos empezaron a develarse sus verdades a ellas mismas, a hablar y a transformar lo que les pasó. Con el trabajo que hicimos juntas se dieron cuenta de que era importante que la gente lo supiera, y pusieron la cara para evitar que otras les pase. Son mujeres con un gran valor y con un discurso que vale la pena oir. EN Colombia le hemos dado la espalda a las victimas. Yo que he estado trabajando con victimas me he dado cuenta de que de la sociedad civil muy poca gente esta de su lado. Pararse al lado de una victima, oír sus historias y darle la mano; es algo que poca gente ha hecho y es muy importante.