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NEGOCIOS

Los colombianos conquistan el mundo con emprendimientos

Migrantes han creado algunas de las empresas más grandes a nivel global. Inspirados en esto, los colombianos también buscan emprender en otros países. Estas son sus historias.

12 de septiembre de 2019

Si abrir un negocio en el país de origen es difícil, hacerlo en uno ajeno puede resultar complejo y de alto riesgo. Sin embargo, si la idea se analiza a fondo, con buenas cifras y sin tomar decisiones a la ligera, el resultado pude ser muy bueno.

Por eso que muchas de las grandes empresas del mundo fueron creadas por migrantes. Según la organización New American Economy (NAE), 44,6% de las compañías que hacen parte del listado de las 500 más grandes de Estados Unidos, realizado por la revista Fortune, fueron fundadas por inmigrantes o por sus hijos.

Esto abre un panorama bastante alentador: sí es posible crear un negocio en el extranjero y llevarlo por el camino del éxito. Y para no ir tan lejos, cuatro colombianos que decidieron emprender fuera del país nos contaron su experiencia, los logros alcanzados y las dificultades que vivieron.

Formando en bilingüismo


Para Diego Villegas, el personal diverso es uno de los factores clave para que los negocios prosperen.

Diego Villegas es un colombiano, nacido en Neiva y radicado en Cambridge, Estados Unidos, desde 2012. En el país creó Mécanicos Asociados S.A., una compañía dedicada al sector de hidrocarburos, con más de 32 años en el mercado, y que un día decidió venderla.

Precisamente esta fue su carta de presentación para ingresar a MIT y una de sus inspiraciones para crear Slang App, una plataforma para formar profesionales bilingûes, que nació en Estados Unidos. “Tuve muchos problemas para lograr el crecimiento de la compañía, debido a que la gente con la que trabajaba no tenía un buen nivel de inglés”, contó.

Lo que ha convertido a esta empresa en un éxito rotundo en territorio norteamericano y en los países donde funciona es que cuenta con cursos diseñados según la carrera del usuario. Esto quiere decir que cualquier persona puede aprender este segundo idioma según las necesidades de su profesión.

Los cursos son creados con un sistema que utiliza machine learning y que permite a Slang diseñarlos en tan solo cuatro semanas. Gracias a esta tecnología y a lo innovador de su servicio, este emprendimiento logró conseguir recursos de hasta USD$4,5 millones de grandes fondos como Social Capital, en un momento en el que no se había consolidado la empresa.

Actualmente los principales clientes de Slang son empresas y universidades, cuenta con 70 cursos y espera en tres años llegar a 1.000 cursos. “El consejo más importante que yo daría es tener personal diverso con el fin de contar con talento tanto de países desarrollados como de países en desarrollo. Eso ayuda a la compañía a ser competitiva. Otro tema muy importante es conocer bien la región. Yo conocía muy bien Latinoamérica y, si me hubiera olvidado de esta región, no habríamos llegado a donde estamos”, dijo Diego.

Brillando en Silicon Valley


Esta opita apoya a mujeres emprendedoras a perder el miedo de crear negocios en ciencia y tecnología.

Cada vez más mujeres se arriesgan a emprender en sectores como la ciencia y la tecnología. Y María Alexandra Artunduaga, opita de nacimiento, es ejemplo de ello. Estudió medicina en la Universidad Javeriana y su sueño era convertirse en cirujana plástica pediátrica. Migró a Estados Unidos en 2007 para cumplir esta meta y su primera parada fue Harvard, donde se dedicó a la investigación por cuatro años.

En busca de su sueño logró entrar a una de las residencias de cirugía más prestigiosas de ese país, convirtiéndose en la primera mujer latinoamericana entrenada en esta especialidad. Sin embargo, por discriminación tuvo que abandonar ese sueño y tras una larga recuperación, salió por uno nuevo: crear su negocio.

Así fue como en 2018 creó Respira Labs un dispositivo que busca detectar cambios en el sistema respiratorio y ayudar a los pacientes con EPOC a facilitar una intervención médica. “ Apenas estamos empezando la prueba con pacientes. Esto tomará muchos años, pero por lo que llevamos se ve bastante prometedor”, mencionó Alexandra.

Esta emprendedora asegura que el método científico le ha ayudado a comprender más el mundo de los negocios, pues considera que el modelo hipótesis, investigación y conclusiones ayuda a detectar mejor dónde entrar a competir. “Creo que lo mejor de emprender en entornos como Silicon Valley es que la gente está dispuesta a ayudarte, y eso es lo que hay que buscar cuando estás en otro país y no eres experto en el mundo de los negocios”, aseguró.

Gracias a su labor como emprendedora, e impulsando a más mujeres a vencer el miedo de hacerlo en el sector de la tecnología y la ciencia, Alexandra ha sido reconocida como una de las 40 personas más influyentes de Silicon Valley en este 2019. Actualmente Respira Labs funciona en Mountain View, California.

Con el ‘plus‘ para el éxito


MessyWeekend adelanta su expansión en Latinoamérica. Liderada por Noregren, ya ha conquistado varios mercados.

Competir en un mercado consolidado como el de las gafas de sol fue uno de los retos que se impuso Juan Noregren Contreras Gracia, un bogotano, comunicador social y periodista que por cosas del destino llegó a Dinamarca y encontró la confianza para emprender.

Noregren es uno de los cofundadores de Messyweekend, un emprendimiento danés especializado en la producción y comercialización de gafas que tienen, dice él, la calidad de marcas como Ray-Ban, pero con precios más accesibles para los consumidores.

Llegó a este negocio una semana después de aterrizar en Copenhague. Cuenta que durante la búsqueda de empleo tocó las puertas de unos empresarios daneses que trabajaban esta idea de negocio. “Uno de los fundadores me preguntó qué podía hacer yo que él no pudiera y yo le respondí abrir el mercado en Latinoamérica de la manera correcta. Y con esa respuesta me ofreció trabajar con ellos y ser parte de los cofundadores de MessyWeekend”, contó.

La marca se ha convertido en un éxito, tanto que en el poco tiempo que lleva de actividad ha logrado ventas en más de 70 países del mundo de manera online, pronto abrirá su segunda oficina en Nueva York y ha expandido su operación de manera física a Alemania, Japón, Canadá, Chile y Colombia. Esto se ha logrado gracias al trabajo realizado por el equipo y por el conocimiento que tiene este bogotano del mercado latinoamericano.

"Soy una persona que migró de su país y que todavía no tiene los beneficios de estar radicado en otra nación, por lo que emprender se convirtió para mí en un tema de perseverancia", afirmó.

Aunque fue un emprendimiento cimentado, los recursos para su fundación fueron aportados por cada uno de los creadores y hace poco recibieron una gran inversión. "Para emprender en el exterior es necesario formarse, adquirir experiencia en compañías, conocer el mercado y adaptar las ideas para que estas satisfagan las necesidades de ese mercado", comentó Noregren.

Vendiendo con historias


Empezó a comercializar su producto en redes sociales, contactando con toda la comunidad de colombianos en París.

A principios de este año Juan David Castillo, un manizalita de 36 años, revolucionó las redes sociales y algunos medios de comunicación con su emprendimiento en París. Su historia encantó al mundo, pues creó una negocio gastronómico que ha alcanzado gran éxito.

Castillo es el fundador de El man de los chorizos, negocio que, como su nombre lo indica, produce y comercializa este embutido 100% colombiano en ese país. Él es abogado, aunque desde muy joven quiso estudiar algo más relacionado con las artes y con la gastronomía.

Este joven se lanzó a viajar por el mundo luego de una desilución amorosa. Visitó Australia donde aprendió inglés, luego pisó los suelos argentinos y allí desarrolló sus habilidades culinarias y después llegó a Francia con el objetivo de aumentar sus conocimientos en gastronomía.

En medio de esto, asistió a una feria gastronómica en la que probó un chorizo que no fue de su agrado y por el cual decidió llevarles a los parisinos un embutido que fuera de calidad.

Así, desde 2018 este joven, junto con su papá, produce los chorizos y los comercializa de una manera muy curiosa: a través de redes sociales, contando las historias de sus clientes y entregando los pedidos en su ‘Choricleta’. Actualmente, producen unos 500 chorizos semanales y esperan en menos de un año aumentar su portafolio de productos y tener su primera tienda física en la capital francesa. El objetivo a largo plazo es crear las franquicias de El man de los chorizos. “Empezar una empresa desde cero, en cualquier parte del mundo, implica hacer de todo: de cocinero, publicista, domiciliario, etc. Lo importante es no tener miedo a trabajar”, dice.

Actualmente, David junto con otros colombianos está formando una asociación que tiene como objetivo asesorar a los connacionales en toda la normatividad en París para que lleven a cabo su idea de negocio.