EMPRENDIMIENTO
Panela: una oportunidad para emprender
La creciente tendencia hacia productos que promuevan la identidad local y el bienestar favorecerá a la panela en 2020.
Por estos días la comida orgánica está en el foco de atención. En efecto, las personas buscan consumir alimentos menos procesados y de los que puedan conocer su procedencia. En Colombia abundan ejemplos de este tipo de productos: el café, la panela y el cacao, entre otros.
Justamente, la panela vive hoy un renacer, al pasar de ser considerada un alimento ‘para pobres‘, a una bebida de moda, cada vez más versátil.
Después del café, la agroindustria panelera es la segunda de mayor importancia social en el país, dado que de ella dependen cerca de 350.000 familias y aporta 3% del PIB agrícola.
En 2019 Colombia produjo más de 1 millón de toneladas de panela. En el país hay 70.000 unidades dedicadas a este alimento, la mayoría en pequeñas parcelas. Además es el segundo generador de empleo rural, pues ocupa cerca de 287.000 trabajos directos. Por esto es la segunda agroindustria en importancia social, y entidades como Fedepanela, el Sena y el Ministerio de Agricultura trabajan en estrategias para promover su consumo.
De acuerdo con cifras de Fedepanela, los colombianos consumen al año en promedio 19 kilos, concentrados principalmente en personas mayores de 50 años. Este comportamiento se explica por la baja adaptación del producto al cambio generacional, afirma Sandra Sánchez, directora del área de responsabilidad social del gremio. Esto plantea retos y oportunidades para los emprendedores y ya algunos desarrollan productos adaptados al tipo de consumo de las nuevas generaciones.
A la barrera clasista y al bajo consumo entre jóvenes, se suman otros desafíos, como la apertura de mercados externos. Una vez promovida su forma de consumo, en el exterior la venden como premium por su procedencia y su poco procesamiento. Por esto muchos de los emprendedores le apuntan al mercado internacional más que al local.
Los siguientes cuatro emprendimientos dan ejemplo de esa adaptación a los nuevos mercados y a las nuevas tendencias.
De agua de panela a cerveza
El oscilante precio de la panela ha obligado a los productores a buscar alternativas que les permitan seguir viviendo de este producto. Es el caso de Panela Don Pedro, un emprendimiento abanderado por Pedro Guillén, su esposa María Oliva Pedraza y sus cuatro hijos. Una de ellas es Lorena Guillén, encargada de la comercialización. Explica que los precios de la panela habían caído tanto que estuvieron a punto de vender la finca en el año 2011, pues no era rentable.
Ante la situación, los hijos que ya no vivían en la finca, ubicada en Villeta (Cundinamarca), decidieron regresar, pues no compartían la idea de perder su terruño. Por esto, decidieron emprender. “Creíamos que teníamos la panela y ya lo demás era fácil”, cuenta Lorena, “el mercado nos dio mil cachetadas”.
Intentaron comercializar ellos mismos la panela y notaron muy pronto que el problema de precios provenía de los intermediarios.
Pedro Guillén. Fundador de Panela Don Pedro. Roberto Cortés y Felipe Pardo. Creadores de Mae SeSeSelva. Los variados usos de la panela la hacen un producto muy apetecido por los emprendedores para darle un valor diferencial.
Para no vender la panela a precio de las centrales de abastos, decidieron darle valor agregado y hacerla atractiva al público joven. Comenzaron con la panela pulverizada tradicional saborizada y melado. Con estos productos les iba bien, pero no era suficiente.
Para el reinado de la panela de 2017 surgió la idea de la cerveza. “En el reinado ¿qué es lo que más se consume? Cerveza; entonces, ¿por qué no hacer una cerveza con panela?” recuerda Lorena. Buscó quién pudiera ayudarla con la fabricación y empezaron con tres barriles en la feria que vendieron como pan caliente. Hoy producen 10.000 botellas por año.
Desde su fundación, la empresa quiere darle a la panela valor agregado y convertirla en un producto del cual los colombianos se sientan orgullosos. Así mismo, contribuir a devolverle al campo la imagen de dignidad.
La familia Guillén Pedraza cree que emprender no es un proceso ajeno al campo y que, al contrario, es muy necesario en el país. “El mensaje que queremos mandarles a los jóvenes es que el futuro está en el campo, pero así, haciendo desarrollos, innovando y generando oportunidades”, asegura Lorena Guillén.
Recetas caseras
Uno de los aliados estratégicos de Panela Don Pedro es la empresa Vermeladas, otro emprendimiento que busca darle una nueva imagen a la panela y también a las verduras.
Su creadora, Yurany López, explica que la idea surgió accidentalmente, pues su esposo, Óscar Sierra, no consumía verduras y como solución hizo postres de verduras. Tuvo tanto éxito que encantó a todos los que lo probaron.
La presión de familiares y amigos los hizo pensar en hacer de este postre casero un negocio y en 2013 se hizo realidad bajo el nombre de Vermeladas. Así nacieron mermeladas de berenjenas, espinaca y zanahoria.
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Óscar Sierra y Yurany López. Creadores de Vermeladas. La empresa familiar Vermeladas ofrece una variedad de mermeladas de verduras y panela.
“Al inicio usábamos la materia prima que teníamos a nuestro alcance, en especial, azúcar morena”, explica Yurany López.
Con el tiempo se dieron cuenta de que lo más coherente con sus principios era apoyar a pequeños productores y evitar los intermediarios. Comenzaron a buscar a los proveedores en mercados agroecológicos y así conocieron a las 12 familias que les proveen las verduras y la panela.
“La panela tienen un sabor y olor marcados y como comenzamos con azúcar, tuvimos que modificar las recetas”, cuenta López y ahora, el sabor de la panela hace parte del sello de las Vermeladas.
Desde entonces, en 2013, esta empresa familiar, a paso lento pero seguro, ha comenzado a crecer. Ahora puede producir hasta 3.000 productos en diciembre y normalmente unas 700 unidades mensuales, lo que significa comprar entre 75 y 150 kilos mensuales de panela.
La empresa está certificada por la Secretaría de Ambiente como Negocio Verde, lo que quiere decir que genera impactos ambientales positivos. En su proceso han tenido el apoyo de la Cámara de Comercio de Bogotá y del programa SUE, de la Secretaría de Desarrollo y la Universidad Sergio Arboleda. Según López, esto ha sido muy importante para crecer ordenadamente. En efecto, en los tres último años avanzaron a un ritmo superior a 20% anual; esperan este año crecer 35% y llegar a todo el país gracias a alianzas comerciales que están buscando en este momento.
Actualmente tienen 20 puntos de distribución en boutiques y tiendas especializadas.
Un producto, mil usos
A la panela la caracteriza su versatilidad. Por esto, tres emprendedores bogotanos aprovecharon sus propiedades para hacer productos para el cuidado personal. Se trata de la empresa Mae Selva, nacida para elaborar productos que aprovechen lo mejor de los extractos naturales.
La idea nació por una necesidad de un socio. Felipe Pardo tiene dermatitis, lo que por un tiempo le generó problemas personales. Con su mejor amigo y socio, Roberto Cortés, empezaron a buscar soluciones alternativas a los productos que, por mucho tiempo y sin éxito, había utilizado. En medio de su investigación llegaron a la panela, “al final, me mejoré en 99%. Así fue como salió la idea”, explica Pardo. Decidieron entonces fabricar el producto industrialmente para poder ayudar a otros.
Comenzaron con un exfoliante, al que le siguieron un champú, mascarillas y una crema para el cuerpo. Usan la panela en 3 de los 5 productos que tienen en el mercado.
Roberto y Felipe se encargan del proceso operativo y un tercer socio, Alejandro Torres, tiene un papel fundamental en las decisiones estratégicas.
Mae Selva busca ayudar a la economía local. Por eso usan en un 95% insumos producidos localmente por pequeños proveedores. Esto incluye a la panela, sacha inchi, burití, cacao, aceite de coco, cannabis, ricino, nim, entre otros.
Los productos deben ser completamente orgánicos y tener un proceso sin pesticidas. Una vez acopiados, les hacen un análisis microbiológico para asegurarse de que estén en una condición óptima para usarlos en la piel.
Desde que nació la empresa, hace tres años, ha duplicado anualmente sus ingresos. En 2017 facturaron $35 millones, en 2018, $75 millones y en 2019 llegaron a $150 millones. El crecimiento ha sido orgánico, gracias al voz a voz de los usuarios.
Hasta ahora no han buscado inversionistas, porque esperan que cuando tengan esa necesidad el negocio esté bastante sólido y además sea escalable.
Esperan al final de este año terminar de estabilizar el negocio y mejorar sus canales de distribución. Actualmente usan principalmente e-commerce, retailers como Farmatodo y varios spa. Tras esto, viene el proceso de expansión.
Su objetivo este año es exportar más a países de la región y hacia el Medio Oriente.
Se necesita pasión
No cabe duda de que para emprender hay que correr riesgos, incluso el de quebrar. Por esto se necesita pasión y motivación por lo que se hace. Este es el caso del empresario Fernando Heincke, que desde hace 10 años trabaja en la industria de la panela y vio morir su primer emprendimiento: María Panela.
Esta empresa se dedicaba a producir bebidas energizantes endulzadas con panela. Durante siete años intentó sacarla adelante, pero fracasó. Esto le permitió entender las dinámicas del mercado local. “Los colombianos no están dispuestos a pagar por un producto premium”, afirma Heincke.
Fernando Heincke. Cofundador de Heincke. Fernando Heincke y su esposa María Paula Guerrero fundaron Heincke, una empresa familiar. Exportan a 6 países.
Desde la universidad estuvo obsesionado con esta agroindustria, así que en lugar de rendirse con su idea, decidió cambiar de estrategia y comenzar de nuevo.
Junto con su esposa, María Paula Guerrero, crearon Heincke, una empresa dedicada a exportar panela de alta calidad en tres presentaciones: pulverizada, en bloque y miel de caña.
Desde su nacimiento, 2017, ha tenido el objetivo de llevar al mercado extranjero panela de alta calidad que ayude a posicionar al país internacionalmente. Y sobre todo para apoyar a pequeños productores a vender su producción a un buen precio.
En 2019 exportaron alrededor de 240 toneladas de panela con lo que han apoyado a mil familias colombianas.
Proyecta que en 3 años 2.500 familias puedan sostenerse gracias a las exportaciones de su empresa.