EMPRENDIMIENTO
Las 'start-ups' colombianas que le están cambiando la cara a la educación
'Start-ups' colombianas del sector EdTech han sido reconocidas por la firma Holon IQ entre las 100 más innovadoras de América Latina. Aquí sus historias.
En los últimos meses se ha hecho más evidente que el futuro de la educación está en la transformación digital. En el inicio de la pandemia, la mayoría de los gobiernos a nivel mundial cerraron temporalmente las instituciones educativas para contener la propagación del virus. Según datos de la Unesco, más de 1.500 millones de estudiantes dejaron los campus para ir a sus casas.
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Entre las mejores universidades del mundo
Esto obligó a los colegios y universidades a adoptar alternativas digitales para seguir dictando sus clases, convirtiéndose este en el mejor momento para las EdTechs.
Muchos emprendimientos vieron el futuro y lograron desarrollar herramientas tecnológicas que facilitan y mejoran los modelos de aprendizaje en la actualidad. Varias de ellas con ingenio 100% colombiano.
Recientemente, Holon IQ publicó por primera vez el listado de las 100 compañías de tecnología educativa más innovadoras de América Latina, en la cual se resaltó el trabajo de cerca de 10 start-ups nacionales. Aquí resaltamos cuatro de ellas.
"El Spotify" de la educación
Andrés Núñez es un colombiano que, inspirado en su familia, ha dedicado más de 20 años de su vida al sector de la educación. Ha tenido experiencia como docente, rector, fundador de instituciones y hasta presidente de empresas dedicadas a la formación online.
Andrés Núñez, fundador de Griky. La plataforma fue diseñada para facilitar la digitalización de los programas académicos de las universidades.
Esta experiencia le ayudó a detectar que una de las grandes dificultades que tienen las universidades es la forma de digitalizar sus cursos, lo que en gran medida resulta afectando la experiencia de los estudiantes con la educación virtual.
Y fue precisamente esa dificultad lo que llevó a Núñez a lanzarse al mundo del emprendimiento y crear en 2018 a Griky, una plataforma que le quitó un peso de encima a las instituciones.
Esta herramienta está basada en la colaboración y democratización de contenido, pues todo el material educativo que se sube a la plataforma está previamente curado por docentes, y los estudiantes acceden a toda una parrilla de contenidos que pueden organizar en listas de aprendizaje disponibles para compartir con millones de personas.
“Griky es el Spotify de la educación. Cada usuario puede crear su lista de aprendizaje; comparten enlaces, y les damos la oportunidad de que el conocimiento sea social”, afirmó.
Para el fundador, la principal ventaja es que, a través de Griky, las universidades pueden digitalizar y complementar sus planes de estudios de manera eficiente y económica, mientras que los estudiantes no solo pueden acceder a los programas académicos de las instituciones, sino también complementar su formación con cursos creados por la plataforma.
Así, actualmente, Griky tiene la capacidad de brindar más de 50.000 recursos educativos preseleccionados y curados por docentes especializados en cada área. Esto permite, según Núñez, que los usuarios creen como un juego de Lego, más de 10.000 listas de aprendizaje y 1.000 cursos en 9 áreas de conocimiento.
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Seis universidades en Colombia han apostado por utilizar la plataforma y más de 120.000 estudiantes se han visto beneficiados con los cursos colgados allí. Junto con esto, Griky ha despertado el interés de empresas que también han apostado por la formación de sus equipos de trabajo, como por ejemplo la Organización Corona. “Nos gusta identificarnos como emprendedores sociales, pues nuestro mayor objetivo es democratizar la educación. Hoy nos sentimos orgullosos de hacer parte de este cambio que se viene para la historia de la humanidad y, sin duda, esperamos seguir haciendo parte importante de la nueva era de la educación”, aseguró.
Padres más conectados
Juan Manuel Zúñiga es padre de un niño de 8 años y esa experiencia lo llevó a vivir de cerca la dificultad de hacer un seguimiento a lo que pasaba con su hijo en el colegio. En un momento se vio en la necesidad de solicitar a la institución un método que le permitiera estar informado sobre el avance del menor en sus clases y se llegó al clásico: un reporte diario por agenda o vía telefónica. Eso nunca funcionó.
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Juan Manuel Zúñiga, CPO de Pencil
Ahí detectó que la comunicación entre docentes, padres de familia y colegios no era la mejor y tenía una serie de complejidades que era necesario resolver. Y para hacerlo sacó provecho de sus conocimientos en tecnología y creó Pencil.
Esta es una plataforma web móvil en la que los rectores, maestros y padres de familia encuentran un puente de comunicación que les permite trabajar en conjunto por el bienestar de los niños.
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A través de esta, los maestros y gerentes de las instituciones pueden brindar en tiempo real toda la información a los padres de lo que está pasando con sus hijos en momentos definidos y manteniendo la privacidad de la conversación. También pueden enviar notificaciones y comunicaciones sobre decisiones administrativas de la institución.
Pablo Mejía, CEO de Pencil, lo define como el software as a services que cautiva a padres desde el primer momento. “Se presentan cero problemáticas de comunicación: el padre está conectado en la aplicación, se involucra en lo que está pasando con su hijo en las diferentes etapas escolares y no invade la privacidad o los espacios de descanso de los maestros”, afirmó.
Pablo Mejía, CEO de Pencil
Según los emprendedores, cerca de 130 instituciones educativas cuentan con la plataforma en el país y están desarrollando algunos pilotos en Perú, Panamá y Ecuador. Así mismo, aseguran que 95% de las familias usan la plataforma semanalmente y garantizan 92% de lecturabilidad en los mensajes, algo que con el método tradicional no pasaba.
Pero Pencil no se queda ahí. También permite a los docentes gestionar y automatizar algunas de sus tareas diarias como tomar la lista, enviar reportes a los padres y hoy en día con la covid-19 les permite asignar y llevar un control de las actividades planteadas para sus alumnos de forma 100% digital.
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La empresa que está transformando las habilidades digitales en el país
La start-up espera cerrar este año con un crecimiento exponencial de usuarios y con una gran entrada al sector público, para lo cual ya se están preparando. “La pandemia nos hizo migrar a modelos donde el padre está más involucrado en la educación de sus hijos. Y para ello necesitaba una herramienta como la nuestra, donde entendemos su rol y brindamos un puente de comunicación que realmente hacía falta”, señaló Zúñiga.
Adiós al diploma
Cada vez es más común que los estudiantes se gradúen de cualquier entidad con unas habilidades y conocimientos específicos. Pero, cuando se enfrentan al mercado laboral, no logran vincularse sintiendo que, de alguna manera, la inversión que realizaron en su formación no tendrá algún retorno.
Sin embargo, para la emprendedora Anabella Laya esto tiene solución en comunicar de manera más acertada lo que cada persona es capaz de hacer. Ella es la fundadora de Acreditta, una plataforma colombiana que busca que los títulos obtenidos en cursos, diplomados, pregrados y hasta MBA virtuales describan las habilidades que desarrollan las personas durante sus experiencias de aprendizaje.
Anabella Laya, CEO y fundadora de Acreditta
“Los títulos tradicionales no comunican de una manera acertada lo que el estudiante ha aprendido y hoy vemos cómo los reclutadores y las mismas compañías buscan personas con habilidades puntuales, existiendo un gran vacío sobre esa información”, afirmó Laya.
Para lograr esto, la plataforma en alianza con diversas instituciones educativas online y offline brinda insignias digitales. Estas son una evidencia digital y verificable de una habilidad, conocimiento o logro alcanzado. Según explica Laya, estas insignias, además de brindar información detallada de dichos logros, son seguras, pueden ser verificables en línea y no corren el riesgo de ser falsificadas, pues en el caso de Acreditta están alojadas en tecnología blockchain.
La emprendedora explica que estas insignias tienen la capacidad, contrario al diploma físico, de compartirse en redes sociales como LinkedIn y facilitan la búsqueda de talentos en las empresas.
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Acreditta tiene presencia en más de siete países y en Colombia ha brindado sus servicios a más de 10 universidades. En mayo entregaron más de 5.000 insignias y esperan terminar 2020 con un acumulado de 100.000, y llevar el producto fuera de las universidades, es decir, que cualquier persona pueda obtener su insignia a través de la plataforma.
“Aumentar el valor de las insignias, cerrar la brecha de habilidades y competencias es un objetivo común de los gobiernos, de organismos multilaterales y de empresas. Nosotros estamos en ese camino, dando una herramienta que permitirá acercarnos a cumplir esa meta y con el "nuevo normal", seguramente, tendremos más protagonismo en esta lucha”, dijo Laya.
Guiando con IA
Felipe Rojas se declara un crítico de la educación. Su experiencia tanto en el colegio como en la universidad no fue la mejor. Estudió Finanzas y Relaciones Internacionales, aunque siempre tuvo un gusto y una afinidad por la música y las artes. Y durante gran parte de su carrera profesional, como él mismo lo cuenta, se sentía desubicado y empezó a notar que hacía lo que fuera necesario para estropear una próspera y brillante carrera. “Aparentemente todas las personas tienen que llevar una vida estándar: estudiar, ser un profesional, aspirar a posiciones gerenciales y ya. Pero yo no quería más de lo mismo”, dijo.
Felipe Rojas, cofundador de Life Design.
Se lanzó a ser emprendedor con el objetivo de ayudar a las personas a que diseñaran su propio destino, basados en lo que realmente les gusta. Así creó Life Design, una plataforma que con inteligencia artificial y machine learning ayuda a jóvenes y a cualquier persona a que se conecten con su propósito de vida y que, a partir de este autoconocimiento, tomen mejores decisiones a la hora de adquirir nuevas habilidades.
El proceso, explicó Rojas, está basado en el autoconocimiento y no es una evaluación sobre un tema para decirle a la persona si sabe o no matemáticas, sociales, o química. Así, el sistema diseñado en conjunto con sus socios, David Aponte, Ángel Rodríguez y Yenny Téllez, está basado en dos variables: una relacionada con las habilidades que tiene el usuario y la otra con sus gustos e intereses.
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Dicha información la cruza con variables como qué impacto quiere generar en el mundo, colocando a elección de los usuarios cinco de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, y cuánto aspira a ganar por hacer su actividad favorita.
El resultado final le muestra al usuario la oferta de carreras y cursos que están relacionadas con sus afinidades, permitiéndole así encontrar el mejor camino para su futuro.
Su modelo de negocio está dirigido a universidades y plataformas que quieran atraer estudiantes con programas que realmente se ajusten a los gustos de cada usuario y, de paso, aportar en la lucha contra la deserción estudiantil. “Soy un soñador, un convencido de que el mundo se puede transformar a través de la educación: qué mejor que hacerlo con una herramienta que ayude realmente a las personas a ser felices con lo que aprenden”, dijo. El algoritmo ha ayudado a más de 2.500 usuarios y gracias a alianzas con universidades esperan impactar a cerca de 40.000 personas en 2020.