COLOMBIAMODA

Excombatientes en Colombiamoda claman que no les sigan asesinando

Excombatientes de las Farc llevaron su proyecto Confecciones La Montaña por primera vez a Colombiamoda y calificaron la experiencia como exitosa, aunque advirtieron que “no hay empresa que funcione y resista si matan a sus trabajadores”.

30 de julio de 2020
Andrés Zuluaga, líder del proyecto Confecciones La Montaña. | Foto: Crédito: Archivo del ETCR Jhon Bautista Peña

Confecciones La Montaña es un proyecto productivo liderado por excombatientes de las Farc en el que elaboran morrales, ropa y accesorios desde la vereda La Plancha, en Anorí, Antioquia.

Por primera vez el proyecto participa en Colombiamoda, el evento de moda más importante en el país, que este año tuvo que celebrarse entre el 27 de julio al 2 de agosto de forma virtual por las restricciones generadas por la pandemia de la covid-19.

Andrés Zuluaga, líder del proyecto Confecciones La Montaña, conversó con Dinero, calificó la participación en Colombiamoda como una experiencia exitosa, pero advirtió sobre la difícil situación que atraviesan los excombatientes por cuenta de los asesinatos y amenazas en varios territorios del país.

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Dinero: ¿Cómo tomaron la noticia de que participarían en Colombiamoda?

Andrés Zuluaga: Realmente sorprendidos por la noticia, pero muy contentos. Algo asustados porque nunca habíamos estado en este tipo de eventos de esta magnitud y este nivel. Por supuesto con mucha expectativa también porque es la primera feria de Colombiamoda que es digital y nosotros estamos en un proceso de aprendizaje en estos temas productivos, cooperativos y más en el tema digital. Ha sido un gran aprendizaje y estamos sacándole provecho al máximo.

D: ¿Cuál ha sido el balance de esa experiencia hasta ahora?

AZ: El balance ha sido realmente exitoso, ha sido muy positivo. Hemos tenido reuniones muy importantes con personas con las que vamos a hacer alianzas estratégicas desde el punto de vista de mejorar la capacidad productiva de nuestro taller, mejorar la presentación de los productos, mejorar los diseños, las telas y los insumos. Estamos hablando también de la posibilidad de tener contratos grandes que nos permitirían impulsar la reactivación de otros talleres adicionales al nuestro en Anorí, Antioquia. Recordemos que son muchos los talleres de confecciones que hay a nivel nacional y muchos de ellos están parados por falta de contratos y falta de demanda. Hemos tejido redes importantes en ese sentido.

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D: El maletín tiene un significado especial para ustedes. Fueron muchos años cargando todo en esos morrales, en medio de la confrontación armada...

AZ: Sí, nosotros en la confrontación no teníamos casa, pero teníamos morral. Allí se llevaba absolutamente todo: la ropa, la comida, el estudio, etc. El morral podría definirse como el símbolo cultural de lo que fuimos nosotros en la guerrilla y fue una herramienta que fuimos perfeccionando con el tiempo. Nosotros mismos los hacíamos y fuimos perfeccionándolos porque era una herramienta de suma necesidad para el día a día. Por eso los maletines de Confecciones La Montaña han sido reconocidos por los clientes como productos de muy buena calidad que se adaptan a las características geográficas de nuestro país.

D: ¿Qué ha sido lo más difícil de emprender y lo más difícil del proceso de reincorporación?

AZ: Lo más complejo es que estos son proyectos productivos que no nacieron por una idea de emprendimiento de una persona que quiso montar una empresa. Esto nace gracias a un acuerdo de paz entre la insurgencia y el Estado, de manera que estos proyectos dependen del cumplimiento de ese Acuerdo.

Yo insisto mucho en que no hay empresa que funcione o resista cuando le están matando a sus trabajadores. Nosotros llevamos ya 220 excombatientes asesinados que hicieron dejación de armas y se comprometieron con el proceso de paz. A nosotros pueden comprarnos muchísimo y los morrales pueden venderse mucho, pero si nos siguen asesinando estos proyectos no van a salir adelante.  

Hay que entender que más allá del proyecto productivo y de que los emprendimientos funcionen bien, esto va unido y concatenado con el cumplimiento integral de los acuerdos, y eso es lo que estamos exigiendo como sociedad y es importante tenerlo claro.

Foto: Archivo del ETCR Jhon Bautista Peña

D: ¿Cuál ha sido la experiencia de ustedes en Antioquia al respecto?

AZ: Aquí en Antioquia ha sido terrible. Antier en Urrao asesinaron a dos compañeros, estuvimos en la noche intentando que los trasladaran para que fueran atendidos, pero finalmente fallecieron. También vimos el desplazamiento masivo de excombatientes en Ituango por amenazas que ya se habían cumplido, porque ya van varios excombatientes asesinados en esa zona. Estamos viendo que en Antioquia el conflicto se está volviendo a encender, lo cual es bastante triste. Nosotros seguimos completamente comprometidos con este proceso, pero es importante entender que el buen avance del proceso no depende exclusivamente de las Farc. 

A pesar de las dificultades, los incumplimientos y los asesinatos, esto ha valido la pena. Nosotros queríamos hacer el esfuerzo de construir la paz, porque eso es lo que queremos para Colombia. El país tiene que transitar por otro camino, no podemos pasar otros 50 años en confrontación contra nosotros mismos.

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D: Confecciones La Montaña es un proyecto impulsado a través de una cooperativa. ¿Cómo es ese funcionamiento colaborativo?

AZ: Nosotros somos una cooperativa multiactiva, es decir, desarrollamos varias líneas productivas, no solamente la de confecciones. Entre esas está Miel de la Montaña, un proyecto piscícola, tenemos también un proyecto de turismo con énfasis en el tema de la reconciliación y conservación del medioambiente. Confecciones es solo una de las líneas productivas que manejamos. Somos 125 excombatientes en proceso de reincorporación que estamos comprometidos con el proceso en la vereda La Plancha de Anorí.

D: ¿Cuándo y cómo surgió la idea de arrancar con este tipo de proyectos?

AZ: Esta es una actividad productiva que traíamos desde la confrontación, entonces realmente la idea surge a partir de los incumplimiento del Estado luego de los acuerdos. Nosotros no podíamos quedarnos sentados esperando que el Estado cumpliera con los recursos para los proyectos de reincorporación, entonces vimos la necesidad de reactivar una actividad productiva que ya conocíamos, pero cambiándole el sentido a través del cooperativismo y con el objetivo de producir para la paz.

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D: ¿Cómo han atravesado este contexto atípico que generó la pandemia y de qué manera impactó el funcionamiento de Confecciones La Montaña?

AZ: La pandemia ha sido otro golpe a la implementación del acuerdo porque están suspendidas las capacitaciones y las asistencias técnicas para los proyectos. Algunos proyectos están suspendidos, pero en el caso de Confecciones La Montaña, nosotros logramos que el taller no fuera cerrado. Nos volcamos a la gestión de materiales para la producción de tapabocas y lo logramos, pero realmente el tema de la pandemia ha golpeado bastante. 

D: Hay una motivación especial cuando se trabaja en un proyecto propio. ¿Qué representa Confecciones La Montaña para ustedes?

AZ: Hay que entender que esto ha avanzado gracias al trabajo colectivo de la gente, hombres y mujeres comprometidos. Confecciones La Montaña es un proyecto que amamos porque lo hemos sacado adelante con nuestro propio esfuerzo, realmente apoyo del Estado hemos tenido muy poco, algún apoyo de la cooperación internacional para arrancar, pero lo demás han sido esfuerzos de los excombatientes. Es un proyecto que amamos porque cada paso que damos y cada crecimiento nos produce gran satisfacción porque sabemos que fue gracias al esfuerzo propio y el apoyo de la sociedad civil.