EMPRENDIMIENTO

Los beneficios de la Ley Naranja en el emprendimiento en Colombia

El cultivo creció 19,1%, según la Encuesta Nacional Agropecuaria (ENA) y las actividades relacionadas con cultura y creatividad, cobijadas bajo la sombrilla de esta industria cítrica, aportan anualmente entre 3,3% y 3,5% del PIB nacional. (De la revista Emprender).

7 de julio de 2017
Foto: Getty Images

Colombia es un territorio fértil para la naranja en todas sus facetas. El cultivo creció 19,1%, según la Encuesta Nacional Agropecuaria (ENA) y las actividades relacionadas con cultura y creatividad, cobijadas bajo la sombrilla de esta industria cítrica, aportan anualmente entre 3,3% y 3,5% del PIB nacional, según lo reseña el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

En sintonía con esta dinámica productiva, el pasado 26 de abril el Congreso de la República aprobó en último debate de la Cámara de Representantes –80 votos a favor y cinco en contra– la Ley Naranja. Este paquete legislativo, al que le hace falta la sanción presidencial, busca dinamizar esta actividad en el país y en este propósito la creación de empresas es uno de sus ejes.

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“El emprendimiento es importante no solo dentro de esta ley, sino en general. Es a partir de él que las naciones se preparan para cambiar sus modelos de financiación e inversión, para generar más y mejores mentefacturas”, explica Felipe Buitrago, autor, junto con Iván Duque, senador del partido Centro Democrático y ponente de la ley, del libro La Economía Naranja: una oportunidad infinita, publicado en 2013 por el BID.

Precisamente, según este organismo multilateral, dicha industria creativa es responsable de cerca de 800.000 empleos entre directos e indirectos en el país, y con la nueva normatividad, según Buitrago, se pretende mover el eje de desarrollo del país hacia los artistas y el cumplimiento de sus ilusiones oníricas.

“La Ley Naranja reconoce que la realización de estos sueños es un esfuerzo colectivo en el que participan múltiples agentes y dentro de los cuales los emprendedores son articuladores esenciales para que las ideas se transformen en la base de una economía en la que los millones de barriles de petróleo día (mbpd) son desplazados por los peta bytes mes (pbm) como punto de referencia”, aseguró.

Antes de que se promoviera esta ley, la primera de su tipo en América Latina y la tercera en el mundo, varias entidades de los órdenes nacional y local crearon programas con la finalidad de promover el emprendimiento creativo. Por ejemplo, desde 2012 iNNpulsa y el Ministerio de Cultura adelantan acciones en este sentido.

En una primera fase otorgaron recursos para cofinanciar seis proyectos. Y más adelante, crearon una segunda parte que traspasó las fronteras. Los beneficiarios fueron siete organizaciones de apoyo al emprendimiento cultural y siete emprendedores que vivieron un proceso de inmersión en el School for Creative Startups que les permitió conocer las mejores prácticas en todo ecosistema en Gran Bretaña.

“Nos encontramos firmando un nuevo convenio colaborativo con el Ministerio de Cultura para ejecutar el programa Aldea cultural y creativa, el cual busca construir una comunidad donde empresarios y emprendedores innovadores del sector tendrán la oportunidad de recibir asesoría especializada y encontrar herramientas para superar algunas barreras en su camino al emprendimiento”, asegura Juan Carlos Garavito, gerente general de iNNpulsa Colombia.

La cartera de Cultura adelanta la actualización de la información estadística sectorial con el fin de mejorar la toma de decisiones. Sin embargo, para tener dimensión del aporte del emprendimiento naranja en el país, en 2014 el valor agregado de las empresas y organizaciones del sector cultural alcanzó $6,4 billones.

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Así mismo, esta entidad desarrolla una estrategia de cinco ejes que financia y asesora a los emprendedores cítricos en todo el país. 

En el orden regional y local, una de las iniciativas a favor de este tipo de emprendimiento que más han avanzado en el país se encuentra en la capital de la República. En Bogotá, que concentra más de 90% de las empresas creativas y según la Cámara de Comercio se viene construyendo una Política Pública de Emprendimiento e Industrias Culturales y Creativas que marcará los derroteros en este campo.

Según Ángel Moreno, director de Asuntos Locales y Participación de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá, la construcción de esta política contribuirá en la generación de valor económico y cultural, además de mayor bienestar social. 

“El reto de la Política Pública de Emprendimiento e Industrias Culturales y Creativas es crear las condiciones para que el capital simbólico de la comunidad sirva de plataforma para agregar valor a productos que irriguen bienestar económico en todos los segmentos de la sociedad y proteger las instancias de la cultura que construyen cohesión social en el territorio”, aseguró el funcionario.

En un territorio fértil, la economía naranja se mueve en la consolidación del emprendimiento para las actividades culturales y creativas. 

Más apoyo

El Ministerio de Cultura desde 2014 puso en marcha el programa Emprende Cultura: Cultura para la Prosperidad, que el año pasado entregó capital semilla y capital intelectual a 300 nuevos empresarios.

Así mismo, por medio de los Nodos de Emprendimiento Cultural, la entidad impulsa acciones que permiten la articulación entre agentes e instituciones del sector cultura en siete municipios: Manizales, Buenaventura, Barranquilla, Pasto, Bucaramanga, Ibagué y Cartagena. A corte de junio de 2016 había realizado 21 talleres.

De otra parte, con el Programa Mujeres tejedoras de Vida  (2012-2016), 139 mujeres social y económicamente vulnerables, cabezas de familia y víctimas del conflicto armado, adquirieron gratuitamente conocimientos prácticos en la realización de productos artesanales con la utilización de fibras sintéticas y naturales,  técnicas en tejido, diseño de productos amigables con el medioambiente, emprendimiento y presupuesto. A la fecha este proyecto ha requerido una inversión de $698 millones.

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