MUJER
Patrimonio autónomo: ¿una buena idea para abrir campo a las mujeres empresarias?
El patrimonio autónomo para mujeres emprendedoras trae grandes retos y varias dudas por resolver.
El principal factor por el que quiebra una startup en Colombia y, en general en América Latina, es por la falta de acceso a financiación. Y la mortalidad parece ser mayor cuando se trata de empresas lideradas por mujeres. Según el estudio Inversión con lentes de género: cómo las finanzas pueden acelerar la igualdad de género para América Latina y el Caribe, del BID, la región tiene la segunda tasa más alta de fracaso de compañías que son propiedad de mujeres a nivel mundial. La principal razón: la falta de acceso a capital.
Señala que la brecha de crédito en la región alcanza los US$5.000 millones para microempresas fundadas por ellas y de US$93.000 millones para Pymes. También resalta que la industria de inversión de impacto en Latinoamérica y el Caribe ha inyectado solamente 10% de su capital a estas empresas.
Y otro dato: solo 5% de las startups en etapa temprana de mujeres accede a financiación, frente a un 16%, más del doble que los hombres.
En Colombia no hay data significativa al respecto, pero, según datos de la Asociación Colombiana de Emprendedores (Asec), de 10.000 emprendedores que hay en el país, 35% corresponden a startups fundadas por mujeres, confirmando así la información de la red Endeavor en la que resalta que Colombia es el país de Latinoamérica con la mayor brecha de participación de ellas en la creación de empresas.
En ese contexto, unido a que en el país las mujeres están siendo las más afectadas por la pandemia, la Vicepresidencia de la República dio a conocer a principios de junio un mecanismo con el que espera promover, financiar y apoyar de manera exclusiva a emprendimientos y empresas creadas por mujeres.
Según explicó la vicepresidente Marta Lucía Ramírez, el patrimonio autónomo tendrá la capacidad de recibir recursos de diferentes fuentes, entre ellas el presupuesto nacional, del sector privado, de la cooperación internacional y la banca multilateral, entre otros. También será administrado por una fiduciaria pública y tendrá un consejo directivo con representación de la vicepresidencia, de los Ministerios de Agricultura y Comercio; así como del Sena, el Departamento de Prosperidad Social, entre otros.
La idea cayó bien, especialmente en las mujeres del ecosistema. Shrilhey Sánchez, emprendedora y miembro de la junta directiva de Colombia Proptech, la iniciativa sin duda ayudará a despertar el interés femenino por sacar adelante sus ideas de negocio pues sentirán que de alguna manera hay un mecanismo exclusivo para ellas. “Cuando un Estado reconoce que la participación femenina es importante, genera un fuerte empoderamiento que se traducirá en más participación en la economía”, dijo.
También concuerda en esto Luz Magdalena Salas, docente del departamento de Economía de la Universidad Javeriana. Considera que este es un momento interesante para lanzar este mecanismo “porque en medio de la preocupación le da una gran oportunidad a las mujeres que tanto se han visto afectadas y que siempre han estado aisladas de este tipo de iniciativas”.
Camila Salamanca directora ejecutiva de Endeavor, considera que impulsar este tipo de mecanismos es clave porque el solo hecho de apoyar a mujeres emprendedoras hace que se generen círculos virtuosos en los que entre ellas generan empleo y oportunidades de crecimiento. Y María Isabella Múñoz, socia de Mas Equity Partners, considera que la iniciativa tiene sentido y que “ojalá no solo por temas de covid se abanderen planes para apoyar a las mujeres”.
Pero, si bien es una gran oportunidad, las cuatro consideran que la puesta en marcha de este mecanismo tendrá una serie de retos por cumplir para realmente ser efectivo. Para ellas, es claro que la apuesta por atraer inversión y financiación en las emprendedoras es un factor fundamental. Sin embargo es necesario asegurar que dichos apoyos no solo serán económicos, sino también en iniciativas que permitan con el tiempo mantener la sostenibilidad de las empresas creadas por ese millón de mujeres que esperan impactar. “Esto no puede ser del Gobierno para el Gobierno. Deben existir garantías de que cada actor cumplirá con su rol en este patrimonio”, resaltó Méndez.
Así mismo, aunque en un principio está pensado para apoyar a las mujeres que trabajan en sectores afectados por la pandemia y en los que tradicionalmente suelen tener proyectos productivos, también será necesario promover nuevas industrias en las que ellas también aportan.
Tanto estas representantes como Santiago Delgado, director ejecutivo de Asec, cuestionan el hecho de crear un nuevo mecanismo y no revisar los existentes, analizar sus falencias y mirar cómo pueden reforzarse.
En ese sentido, el patrimonio deja abierta una pregunta relacionada con iNNpulsa, el principal promotor del ecosistema. Si bien la vicepresidente aclaró que la entidad será el ‘hermano mayor’ y hará parte del comité directivo, para algunos actores quedan dudas sobre por qué no se ató el mecanismo a la entidad que ya lleva ocho años fortaleciendo los emprendimientos en el país. “iNNpulsa ya tiene la experiencia en el manejo de recursos y en articular al ecosistema. Entonces, ¿por qué crear uno nuevo? Será clave aclarar ese papel”, dijo Delgado.