EMPLEO
¿Un fuerte aumento del salario mínimo realmente estanca el empleo?
La correlación entre un fuerte aumento del salario mínimo y el desempleo es uno de los argumentos de los empresarios en la mesa de negociación con los gremios en el marco de la crisis por la covid-19. ¿Pero realmente es así? Algunos casos en Latinoamérica dan pistas al respecto.
"No existe ninguna evidencia de que en Colombia el aumento del desempleo tenga alguna relación con la subida de los salarios, eso no tiene mayor evidencia. La falta de demanda laboral se debe a la precariedad de la estructura empresarial del país", dijo a Dinero el economista y director de Cedetrabajo, Mario Valencia.
Apuntó mejor a un "entorno de negocios muy desfavorable" con costos financieros altos y "al atraso productivo que tiene Colombia. Los datos de los países más competitivos del mundo muestran un relación casi perfecta entre la alta competitividad, con altos salarios y productividad. Si esa lógica fuera cierta, Alemania y Estados Unidos tendrían unas tasas de desempleo altísimas".
Tradicionalmente en diciembre el país discute sobre el aumento del salario mínimo para el próximo año. En estas negociaciones los sindicatos suelen pedir aumentos que para los empresarios son desfazados, mientras que los propietarios de compañías ofrecen mucho menos de lo que los empleados esperan.
Dentro de los argumentos que normalmente presentan los asalariados es que el sueldo mínimo del país es muy bajo frente al costo de vida. Por su parte, los empresarios señalan que un gran aumento frenaría la creación de empleo e incluso puede aumentar el desempleo en el país.
Valencia agrega que "en Colombia hay emprendimientos individuales y cada uno hace lo que puede. Cerca del 60% de las empresas en Colombia solo ocupan a una persona", argumenta, según cifras de Confecámaras.
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Para este año, marcado por la pandemia y una crisis económica de por medio, los gremios han propuesto un aumento del 2%, debido a que una cifra mayor frenaría la recuperación económica, según consideran.
Dinero comparó la situación de algunos países de la región, como México, Brasil o Bolivia, que durante algunos períodos hicieron unos aumentos importantes del salario mínimo y, contadas excepciones, mostraron un aumento del desempleo, y por el contrario, tuvieron un importante crecimiento del PIB (motivado también por el ‘boom‘ de los commodities).
Brasil y un aumento de 121% en valor nominal
El caso más llamativo es el de Brasil, bajo la Presidencia de Luiz Inácio Lula, quien estuvo entre 2003 y 2010 en el poder. En 2003, el salario mínimo del país era de 230 reales (unos US$45 de hoy), mientras que al año siguiente fue de 253 (US$50), es decir un aumento del 10%, y el desempleo pasó de 12,3% a 11,5%.
Crédito: Dinero
El mayor aumento se dio entre 2005 y 2006, cuando pasó de 286 (US$56 al cambio actual) a 337 reales (US$66), lo que significó un aumento del 18%, cuando la inflación fue de 6,88%. De un año a otro el desempleo no creció y por el contrario bajó a 9,6%.
Al final de su mandato, Lula dejó el salario mínimo en 510 reales (US$100), lo cual supuso un aumento de 121% en valor nominal frente a 2003. El desempleo, por su parte, lo redujo al 7% y el PIB llegó a crecer hasta 7,5%, según datos del Banco Mundial y del Banco Central de Brasil.
Para el economista José Roberto Acosta, el tema de bajar los salarios o mantenerlos bajos es un enfoque del siglo XIX, en el que se creía que había que abaratar el mercado laboral, para incrementar la demanda.
"Bajar el salario no crea más empleo y eso es algo que no se ha comprobado, en cambio, hacer crecer la economía, crear mayor demanda, mayor inversión, genera una mayor demanda de mano de obra", explicó el economista.
El caso de México
En tres de los últimos cinco años, México ha aprobado aumentos del salario mínimo de entre el 16% y el 21%, pues mientras que en 2016 este valor era de $73 diarios (unos US$14,44 de hoy) en 2020 llegó a $123 (US$24), casi un 80% nominal.
Y, como se puede observar en la siguiente tabla, el desempleo no sufrió grandes cambios durante este ciclo, pues mientras que en 2016 se ubicó en 3,9% a principios de 2020 llegó a 2,9%, antes de la pandemia.
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De hecho, el presidente Andrés Manuel López Obrador propuso un aumento del 15% para 2021, a pesar de que México también ha sufrido una fuerte recesión por la pandemia.
Desempleo en Bolivia
En Bolivia también ocurió una situación similar a la de Brasil y México, pues durante algunos años el salario mínimo creció a grandes escalas, mientras que el desempleo se mantuvo estable.
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Entre 2012 y 2017, el piso salarial creció un 100%, pues pasó de 1.000 (US$145 de hoy) a 2.000 bolivianos (US$290), sin que esto marcara un incremento importante en la inflación, que se ubicó normalmente sobre el 6%.
En cuanto al desempleo, durante estos años se mantuvo estable entre un 2% y un 3,5%, con períodos en los que creció y otros en los que disminuyó.
"No es posible anticipar"
Según el estudio "Servicio de Mercados Laborales Inclusivos, Relaciones Laborales y Condiciones de Trabajo", elaborado por Mario Velásquez, para la Oficina Internacional del Trabajo, "no es posible anticipar efectos determinísticos sobre el empleo a partir de aumentos del salario mínimo. Los enfoques teóricos son diversos y predicen efectos muchas veces contrapuestos y la experiencia analizada tanto de los países desarrollados como los de la región, confirma lo anterior".
Aunque el experto advierte que en períodos de recuperación postcrisis "aumentos significativos del salario mínimo se constituyen en una política complementaria de esta", en situaciones "recesivas o de ajuste pueden derivar en efectos netos no deseados en el empleo y pérdidas mayores en el bienestar".