El colombiano que conquistó el mundo de los juegos de Hasbro

Su apellido no es muy colombiano, pero él sí que lo es. La historia de Jonathan Kaplinsky en el país comenzó con la llegada a Argentina y Colombia de sus bisabuelos de origen judío, quienes escaparon de las persecuciones de la Unión Soviética y de la Segunda Guerra Mundial.

Por cosas de la vida, sus padres se conocieron en Israel pero él nació en Bogotá. Estudió en el Colegio Colombo Hebreo, donde además de destacarse en lo académico era recursivo y tenía un pequeño negocio para obtener ingresos extra. “Muchos niños vendían cosas y recuerdo que yo buscaba diferenciarme con dulces que no se solían comercializar como los alfajores. Y me iba muy bien”, comentó.

Estudió becado en la Universidad Pontificia Javeriana donde se graduó de administración de empresas, desarrolló un espíritu social y dio los primeros pasos de una carrera profesional exitosa. Cuenta que su carrera le permitía desenvolverse en diversas áreas, pero él no estaba muy seguro de qué rumbo tomar. En eso hizo sus prácticas en PepsiCo y lo llevaron por el camino del marketing. En la compañía aprendió lo necesario para desempeñarse profesionalmente y lideró varias iniciativas sociales, que tiempo después considera se convirtieron en un gran trampolín para su éxito. 

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De esta multinacional pasó a Alpina, donde también brilló. Hizo parte del equipo que posicionó el segmento de jugos mediante estrategias que conquistaron al público infantil con personajes de frutas divertidos, como Fruper y el famoso camaleón de la marca Soka.

Pero la cúspide de su carrera llegó en la multinacional estadounidense de juguetes Hasbro. Comenzó en 2012 como director de marca. Afirma que él, como muchos colombianos, tuvo miedo al iniciar, especialmente porque era un mercado diferente y debía mejorar habilidades como su inglés.

Cuenta que gracias a su trabajo y el de su equipo, en menos de tres años lograron posicionar la marca en Colombia, que para ese entonces multiplicó por diez su tamaño. Lo lograron con estrategias tan sencillas como hacer de Play-Doh, una de las marcas icónicas, un producto de consumo masivo, al ubicarlo en las cajas de pago.

Tres años después se fue a Chile, donde asumió el reto de posicionar marcas como Nerf y lo logró. Regresó a Colombia, donde estuvo dos años como director de marketing y dio los primeros pasos para incursionar en el mundo del comercio electrónico. Luego saltó a liderar la región Andina y tras cinco meses en el cargo, hoy maneja el área para los mercados de Europa, Oriente Medio y África, desde Holanda. 

Trabajar en Habro es estar en constante innovación. Por eso se divierte como en un juego de niños.

También recibió su primer Hasbro Hero, reconocimiento que da la compañía a quienes desarrollan iniciativas de gran impacto social. “Creo que el secreto está en dos cosas. La primera, construir una marca propia. Uno tiene que perder el miedo a demostrar sus aptitudes y demostrar que es capaz de cumplir cualquier reto. Y segundo, creo que mostrar resultados positivos, que incluso superen las expectativas de la compañía, hace que ascender en cualquier empresa sea más fácil”, señaló Kaplinsky. 

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Para él también es necesario tener claros los propósitos de vida y si se alinean con la cultura organizacional de la compañía. Esto, según dice, es clave pues marcará el desempeño de cada profesional.

En cuanto al mundo del marketing, este experto considera que como a todas las industrias el momento de cambiar llegó y estar al tanto de las tendencias y trabajar con la tecnología, especialmente del big data, resulta clave.

“Cada día me siento más orgulloso de que en el mundo reconozcan a los colombianos por su talento, por cómo lideran proyectos y llevan a grandes compañías al éxito. Esto sin duda nos ayudará a cambiar la imagen que siempre hemos tenido, solo hay que vencer el miedo a mostrar lo que realmente somos”, concluyó.