EMPRESAS

Big Data para la lucha contra la corrupción

AB InBev implementó un proceso para ser la pionera en el uso de análisis de datos para prevenir prácticas antiéticas en Bavaria, con el desarrollo de un patrones y modelos de predictibilidad.

8 de noviembre de 2019
Big Data para la lucha contra la corrupción.

Desde la entrada de Colombia a la Ocde, las empresas del país han tenido que unirse a una tendencia mundial de cumplimiento, o como lo llaman en el mundo anglosajón Compliance. La mayoría de compañías ahora cuentan con una gerencia encargada de transparencia, prácticas antisoborno y anticorrupción, de manera que adoptan estrategias transversales para evitar el pago de coimas o comportamientos antiéticos. Lo anterior, en el marco de enormes escándalos de corrupción y daños reputacionales que se han generado alrededor del mundo. 

Sin embargo, este control, especialmente en las grandes compañías, se vuelve difícil. Muchos empresarias se preguntan cómo implementar controles eficientes en toda la cadena de valor que permitan garantizar que no se está incurriendo en prácticas no deseadas. Asimismo, preocupa la generación de costos adicionales que pueden significar un menoscabo en del margen de utilidad y el curso del negocio.

La cervecera más grande del mundo AB InBev -de la cual es accionista el grupo Santo Domingo-, se ha convertido en un referente por la manera en la que implementó el Big Data y Data Analytics al mundo del compliance. A través de dichas herramientas, han logrado desarrollar una serie de patrones sobre la manera en la que sus más de 182 mil empleados hacen negocios y se relacionan con todos los grupos de interés, para así alertar cuando existen comportamientos extraños o inconsistentes. La herramienta genera modelos que se convierten en la herramienta clave para el manejo de la multinacional en los más de 50 países donde opera.

Por ejemplo, si un contrato con determinado proveedor oscila dentro de un mismo rango de precio mes a mes, y de repente surge algún cambio, ahí puede haber una alerta sobre prácticas ilegales. Las estadísticas se convierten entonces en modelos claves de predictibilidad y confianza de todos los actores del negocio, que permiten un mejor relacionamiento con todos los grupos de interés. Para dimensionar el impacto de esta herramienta, basta con mencionar que Bavaria -compañía que pertenece a AB InBev- cuenta con 4.000 empleados directos y 80.000 indirectos en el territorio nacional. 

Al respecto, Matt Galvin, vicepresidente global de ética y compliance de AB InBev y panelista del Compliance III – Foro Legal y Empresarial que se lleva a cabo en Cali, afirma que éste es tan sólo uno de los ejemplos sobre cómo la tecnología está revolucionando la manera en la que operan las compañías. Sostiene que las empresas deben estar abiertas a compartir sus experiencias de éxito y estrategia cuando se habla de anticorrupción, de manera que cada vez más, se obtenga un ecosistema empresarial saludable.

Foto: Matt Galvin, vicepresidente global de ética y compliance de AB InBev

El trabajo en equipo también resulta crucial en el desarrollo de patrones cada vez más confiables, pues es necesario alimentar el sistema con la mayor cantidad de información disponible. Por ello, sostiene que el interés de AB InBev, es democratizar este tipo de estrategias y herramientas para que otras empresas puedan ser parte del cambio. Se trata de un aprendizaje conjunto, agrega Galvin.

Para el experto, la manera de adoptar una buena visión de compliance es desde una perspectiva amplia, donde se valoren los beneficios para la sociedad, el Estado y la empresa. Así, las compañías deben preocuparse, por un lado, por el bienestar de la sociedad en la que participan y cumplir con todos los estándares previstos en la legislación. Se trata de cumplir con expectativas éticas y sostenibles, de manera que se contribuya al desarrollo del país. Y por otro lado, las empresas deben entender que incurrir en dichos comportamientos implica pérdidas monetarias y de reputación enormes, que golpean contundentemente el desarrollo del negocio. 

En este sentido, Galvin afirma que adoptar políticas transversales de anticorrupción, antisoborno y contra el lavado de activos, es una cuestión crítica para el negocio y que debe ser eje central de todo el modelo de cualquier compañía. Siempre que el mayor peligro es que “la corrupción es muy contagiosa”, y cuando existe una relación deshonesta con determinado actor, otros empiezan a reproducirlo. Y es en ese momento que se convierte casi imposible de manejar. 

Reconociendo la difícil trayectoria del país, bajo el contexto del conflicto armado y del narcotráfico, Galvin aplaude los esfuerzos adoptados por el país y sus empresas para evadir dichos comportamientos. “Creo que se está luchando para que Colombia sea líder en la región y por esto, veo en el país un futuro brillante. Por esto, queremos ser parte de esa tendencia desde Bavaria”, explica. 

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