ANÁLISIS
Fluidez digital: la clave de la competitividad más allá de la tecnología
Solo el 14% de las empresas a nivel mundial cuenta con el nivel necesario de fluidez digital para ser verdaderamente competitivo. Los beneficios vienen en términos de innovación, experiencia de las personas y valor para el cliente.
Todas las organizaciones buscan ser competitivas, destacar en su segmento y ser reconocidas como líderes de mercado, pero en tiempos acelerados, volátiles e inciertos, en los que los clásicos manuales de administración se quedan cortos, el camino hacia el éxito se construye sobre pilares digitales; pese a ello, el 86% de las organizaciones del mundo no cuenta con la fluidez digital necesaria para avanzar.
De acuerdo con el estudio Honing your digital edge de Accenture, en el cual se entrevistó a 5.400 trabajadores de organizaciones multisector de empresas representativas en 12 países, la aspiración de lo digital ahora es un imperativo.
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Los procesos de transformación digital normalmente se asocian a soluciones tecnológicas y, en algunos casos, a la evolución en los modelos de negocio, lo cual es pertinente. Sin embargo, no es suficiente porque, al igual que con un idioma, ¿de qué sirve conocer el funcionamiento de una tecnología, si la organización en conjunto no es capaz de ‘tener una conversación de alto nivel’ con ella?, una que permita construir soluciones innovadoras y así alcanzar un verdadero diferencial.
Ahora bien, cuidado con el tipo de conversación que se espera. No se trata de una charla técnica saturada de códigos solo abordable por los equipos técnicos; por el contrario, lo deseado es que los hablantes de esta lengua digital sean capaces de entenderla en contextos particulares, que comprendan sus impactos y, así, puedan traerla a la mesa para que aporte desde la estrategia al avance de las distintas áreas.
Aquí es donde radica el desafío, porque se requiere de la fluidez de los equipos en general y no solo de algunos de sus miembros.
La fluidez digital es un marco de referencia que analiza las capacidades y alineación de la organización frente al desarrollo tecnológico de la fuerza de trabajo, las operaciones digitales, las bases digitales, y el liderazgo y cultura digitales.
Según explicó Alejandra Ferraro, líder de Recursos Humanos para América Latina en Accenture, “es muy importante avanzar en este aspecto, ya que las organizaciones que son más fluidas digitalmente tienen 5,7 más posibilidades de contar con un crecimiento sobre el 20% en los próximos tres años. Además, las empresas líderes en fluidez digital tienen una mejor percepción entre sus empleados y consumidores: el 69% es considerado un buen lugar para trabajar por sus colaboradores y el 68% lidera en cuanto a satisfacción del cliente. Así mismo, alcanzan mayor eficiencia en el negocio: el 62% lidera en innovación y el 61% en eficiencia operacional”.
Para lograr la fluidez digital esperada por las organizaciones que se proyectan como líderes en la nueva economía, la firma consultora global presentó tres frentes de acción que facilitarán el avance:
- Desarrollo - la búsqueda de la fluidez digital: este es el ingrediente que falta en muchas iniciativas de transformación digital. Usualmente no es la tecnología en sí misma la que frena a los individuos, sino la falta de comprensión sobre cómo la dimensión tecnológica (bases digitales) es codependiente de las dimensiones del equipo de trabajo para lograr la transformación, sumando así los componentes de operaciones digitales (referidas al uso de información y tecnologías para el desarrollo de las actividades), fuerza de trabajo digital (competencias y habilidades frente a lo digital), y liderazgo y cultura digitales (sumando colaboración y agilidad a la organización).
- Planes – ampliar la ventaja: se sabe que la transformación digital le permite a una organización ser más eficiente y estar preparada para el cambio, creando nuevas experiencias para los trabajadores y los clientes. Conectando con las ‘bases digitales’ que configuran la dimensión tecnológica del marco de la fluidez digital, este ámbito es responsabilidad de la organización y sus líderes, frente a cómo capitalizar las tecnologías emergentes para construir esas experiencias: nube, inteligencia artificial, robótica y en general todas las decisiones técnicas han de ser parte de un plan construido para lograr los objetivos de negocio, mientras la tecnología actúa como habilitador para el cambio. Dada la combinación técnica y estratégica que supone esta planeación, los altos niveles de las organizaciones y, en particular, los CIO son los llamados a asumir el reto de visionar un futuro de negocio mediado por la tecnología, con el cual todos los colaboradores habrán de conectarse.
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- Personas - conocer la fuerza laboral digital: hablar de soluciones técnicas es relativamente sencillo si se compara con tratar de entender a las personas y su posición frente a la tecnología; aun así, las organizaciones necesitan cerrar la brecha de fluidez digital entre sus equipos de trabajo para garantizar que los planes proyectados sean viables. Para ello, el estudio identifica cuatro perfiles dentro de las organizaciones y brinda recomendaciones para impulsar su fluidez digital:
- Colaborador remoto: comprometido, experimentado y entusiasta, puede estar atravesando su primera experiencia de trabajo remoto, pero luego de un periodo de adaptación disfruta de la flexibilidad que este le brinda. Aunque suele estar en mandos medios, busca un ambiente laboral en el que su liderazgo sea reconocido y pueda generar propuestas. Para impulsar su fluidez digital, es posible diseñar un viaje de aprendizaje con hitos que le ayuden a construir nuevas habilidades, los cuales sean reconocidas a medida que se avanza.
- Trabajador disciplinado enfocado en metas: participativo, ansioso por aprender y colaborativo, habitualmente está en los niveles gerenciales, por lo que se siente cómodo con una estructura definida, roles y responsabilidades claras. Busca tener la oportunidad de colaborar y compartir su conocimiento a través de la organización, por lo que una posibilidad es impulsar su trabajo en equipos multidisciplinarios para determinar cómo la digitalización impulsa las diferentes áreas de negocio, reconociendo sus aportes y avances en el proceso.
- Colaborador adaptativo para trabajar en equipo: con gran flexibilidad, es reconocido como parte del talento emergente de la organización. En general, está comenzando su carrera y lleva poco tiempo en la compañía. Su interés está en trabajar en equipo y en ambientes desafiantes, así como recibir comunicaciones constantes por parte de los líderes. Para impulsar su fluidez digital, puede ser incluido en proyectos innovadores o en los que pueda aprender o hacer crecer sus habilidades, capitalizando su entusiasmo por las nuevas tecnologías.
- Innovador continuo: inteligente, experimentado y explorador, sobresale en la aplicación de nuevas tecnologías y las impulsa constantemente. Suele estar en roles de liderazgo, con una antigüedad medía y es impulsado por el propósito de la organización y la conexión de su trabajo con otros. Su fluidez digital puede impulsarse a través de una fuerte infraestructura y disponibilidad de herramientas tecnológicas, permitiéndole liderar pilotos digitales donde las integre, junto a formas ágiles de trabajar.
Solo el 14% de las empresas a nivel mundial cuenta con el nivel necesario de fluidez digital para ser verdaderamente competitivas. Los beneficios vienen en términos de innovación, experiencia de las personas y valor para el cliente gracias a la agilidad de los equipos de trabajo.
Ser digital es un imperativo y ya no solo una aspiración.
*Análisis Accenture
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