MODA
Tapabocas, el nuevo accesorio
Los confeccionistas nacionales han encontrado en los tapabocas no quirúrgicos una nueva línea de negocio para abastecer el mercado local y el externo. Su clave: el diseño.
La moda no incomoda y la pandemia del coronavirus así lo confirma. La necesidad de protegerse de posibles contagios, sumada a las exigencias de las autoridades, convirtieron al tapabocas en un accesorio indispensable, que abrió una oportunidad para las empresas que producen prendas quirúrgicas y para los confeccionistas tradicionales. En los tapabocas, los fabricantes de ropa vieron primero la posibilidad de seguir produciendo en medio de la cuarentena y luego una ventana de negocios.
Ese es el caso de Frenesí, una empresa caleña que confecciona y diseña prendas para la práctica del ciclismo, con énfasis en mujeres. Su propietaria, Karina Peña, explica que con el inicio del aislamiento obligatorio comenzó su preocupación por buscar una alternativa para seguir pagando la nómina de sus 25 colaboradores.
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Se enteró de que los confeccionistas que fabricaran material médico podían seguir operando y así fue como entró al segmento de tapabocas. “La mayoría de las personas que trabajan en Frenesí son madres cabeza de familia y lo que hicimos fue enviarles las máquinas de coser a sus casas. Empezamos a probar distintos materiales, usando telas quirúrgicas y antifluido. Encontramos el material perfecto en el que se usa para elaborar chaquetas rompevientos”, aclara.
Después se ampliaron a otros accesorios como buffs o bandanas, que dan la misma protección del tapabocas, pero sirven para hacer ejercicio, dado que aquellos no son recomendables para la práctica deportiva al aire libre. También están fabricando viseras con antifluido.
El resultado ha sido tan bueno que en plena cuarentena han tenido que contratar a tres personas, sus clientes ya no solo son los deportistas, sino las empresas que necesitan dotar a sus empleados. Hoy producen 500 tapabocas diarios y están en la búsqueda de talleres satélite, pues ya les permitieron volver a producir sus confecciones tradicionales.
Atienden en todo el país a través de sus redes sociales y lograron enviar un primer pedido a Panamá.
Totto y Frenesí son dos firmas que han trabajado en el diseño de tapabocas no quirúrgicos.
Una experiencia similar ha vivido la marca de ropa infantil Offcorss, que sacó unos tapabocas para vender online, dado que aún no pueden abrir sus tiendas. “Los tapabocas quirúrgicos son difíciles para los niños. Empezamos con varios prototipos, buscando que fueran seguros y cómodos. Teniendo claro que no son para uso clínico, obtuvimos el permiso del Invima y empezamos a producir”, comenta Yanet Londoño, CEO de Offcorss.
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La empresa tardó una semana en el proceso de diseño; cada uno de sus tapabocas lleva 22 insumos y garantizaron la cadena de suministro y confección. En solo 20 días vendieron 100.000 y lo que sigue es complementar ese accesorio con prendas confortables como sudaderas de telas antifluidos y protección para el calzado.
Diseño resiliente
En ProColombia ratifican que las exportadoras del sistema moda están aprovechando la coyuntura, no solo con tapabocas sino con trajes completos y accesorios. Ya tienen pedidos de varios países. “Esta industria está mostrando su lado más resiliente e innovador, al lanzar rápidamente nuevas colecciones para adultos y niños”, sostiene la entidad en un comunicado.
En los tres primeros meses del año, las exportaciones del sistema moda llegaron a US$190,6 millones y lo que más se vendió en el exterior fueron jeans, fajas y ropa de control, manufacturas de cuero y ropa interior femenina. Quizás en el segundo semestre de 2020 en ese grupo aparecerán los tapabocas y la ropa de bioseguridad.
Mónica Bonilla, directora de asuntos corporativos de Totto, otra de las firmas que entró a este segmento, comenta que lanzaron una colección con telas antifluido que incluye overoles de protección reutilizables, polainas cubrezapatos, cuello protector multiuso, chaqueta rompe vientos, protector para morral y tapabocas ajustables de dos capas. Ya han recibido solicitudes para enviar estos productos a Bolivia, Ecuador, Guatemala, El Salvador, Panamá, Chile, Aruba y República Dominicana. Su meta es hacer las primeras exportaciones de esta colección durante junio.
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En Arturo Calle también han fabricado tapabocas para vender en su página web y a través de WhatsApp a nivel nacional. Diseñaron para niños, hombres y mujeres y su apuesta es que no sea solo un elemento de protección, sino también un accesorio. Arrancaron con una producción de 5.000 paquetes, en presentación de 3 y 5 unidades.
Bosi, otra marca de moda, comenzó con la línea de tapabocas con el fin inicial de donar a la red hospitalaria de Antioquia y luego para proteger a empleados y clientes. Desarrollaron tapabocas anatómicos con 3 capas de protección. Así mismo, en el proceso de preparar sus tiendas para la reapertura, venderán un aerosol antibacterial con tecnología ecoamigable para desinfectar prendas de vestir, zapatos y superficies.
Con puntadas de innovación, estos empresarios ratifican que mientras unos lloran otros hacen pañuelos.